La grieta que propicia Trump
Edición Impresa | 5 de Junio de 2020 | 01:30

WASHINGTON
Al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le están lloviendo las críticas por su manejo de las protestas contra la brutalidad policial, por su falta de empatía con las víctimas y su enfoque divisionista ante el problema.
Las críticas le llegan tanto de la oposición como desde su propio partido, de líderes sociales y religiosos por igual, y en su mayoría coinciden en que su estrategia de mano dura, con la amenaza de movilizar el Ejército y su descalificación de la protesta, igualando a manifestantes con vándalos y saqueadores es errónea.
A personajes como los expresidentes George Bush, republicano como Trump, y Barack Obama, su antecesor en el cargo, el exsecretario de Defensa Jim Mattis, o el propio titular del Pentágono, Mark Esper, se han sumado otras voces críticas con su gestión de la crisis.
La última de ellas la senadora republicana moderada Lisa Murkowski, quien dijo estar cuestionándose su apoyo a Trump tras haber leído la declaración en la que Mattis cuestionaba la estrategia del presidente de dividir a la sociedad.
“Donald Trump es el primer presidente en mi vida que no intenta unir al pueblo estadounidense, ni siquiera pretende intentarlo. En cambio, trata de dividirnos”, había escrito Mattis en una declaración publicada en The Atlantic, en la que también criticó su amenaza de movilizar al Ejército contra el pueblo que debe defender.
Anteriormente, y en una inusual declaración para un miembro del Gobierno, el actual titular de Defensa, Mark Esper, rechazó el empleo de tropas en activo propuesta por Trump para contener la ola de protestas desencadenada por la muerte del afroamericano George Floyd a manos de la policía.
“Es hora de que Estados Unidos examine nuestros trágicos errores”, escribió el expresidente republicano George W. Bush.
“Aunque no es el momento para dar lecciones (...) es hora de escuchar (...) Muchos dudan de la justicia de nuestro país y con razón. Los negros ven la violación reiterada de sus derechos sin una respuesta urgente y adecuada de las instituciones”, agregó Bush.
Al contrario de la postura del presidente, que ha calificado de matones, asesinos, rufianes, terroristas e incendiarios a los manifestantes, al expresidente Barack Obama opinó que le parece que las protestas demuestran una nueva mentalidad y deben continuar para garantizas que se producen cambios.
“Aunque algunas protestas se han visto empañadas por las acciones de una minoría que se abocó a la violencia, la mayoría de los estadounidenses sigue pensando que las protestas están justificadas”, dijo Obama.
Pero para expertos como Heaney, “la polarización del sistema político es el mayor problema que enfrenta el país hoy”, al socavar la capacidad de las instituciones para abordar los problemas sociales y amenazas como la discriminación racial, la inmigración, el acceso a la atención médica o las emisiones de carbono. (EFE)
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