El interior bonaerense, entre la vuelta a la normalidad y la aparición de nuevos brotes

En algunos municipios debieron retroceder de fase; en otros, pese a los contagios, mantienen la flexibilización de actividades

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Cuando ya pasaron casi cuatro meses de cuarentena, la reapertura diferenciada de actividades que analizan la ciudad de Buenos Aires y la Provincia (Ver página 4) parece haber sumado otras consideraciones al imperativo epidemiológico de salvar vidas: el hartazgo de quienes se ven privados de poder trabajar, un mal humor social que, en parte, encontró en los banderazos del jueves pasado su caja de resonancia.

Acaso sean esas urgencias económicas las que ahora empujan la decisión de aflojar el torniquete del aislamiento estricto, aún cuando los contagios de coronavirus no amainan lo suficiente y mientras aparecen brotes en municipios bonaerenses en los que por más de 100 días el virus fue poco más que un recurrente titular que los habitantes leían en medios porteños.

La foto más actual del interior provincial muestra que, tal como lo dispuso la Provincia, ocho comunas tuvieron que abandonar la fase 5 para volver a la 3: Suipacha, Zárate, Brandsen, Campana, Cañuelas, Exaltación de la Cruz, Dolores, Bahía Blanca e Hipólito Yrigoyen.

Por caso en Bahía, el distrito más complicado por fuera del ámbito metropolitano, los contagios confirmados desde el inicio de la pandemia eran hasta ayer 265, con un tiempo de duplicación de casos de siete días, lo que determinó desandar la apertura de peluquerías, salidas de esparcimiento, tiendas de indumentaria y calzado, entre otras actividades.

En la fase 4 o de reapertura progresiva aparecen 27 comunas. De ellas, ocho tuvieron que dejar la fase 5 en los últimos días, en algunos casos ante la aparición de los primeros contagios desde la irrupción del virus. Así pasó en Bragado, Coronel Rosales, General Paz, Junín, Navarro, San Andrés de Giles, Chacabuco y Bolívar.

Precisamente en Bolívar, los tres primeros casos registrados entre el 5 y el 7 de julio obligaron a las autoridades a suspender las medidas de flexibilización que incluían el funcionamiento de restaurantes con el 50 por ciento de aforo y salidas recreativas. Pero se anunció que mañana, a una semana de la detección del último contagio, se restablecerán las aperturas.

También en la fase 4, Mar del Plata es otra de las comunas del interior en la que empiezan a asomar interesantes experiencias sobre el complejo equilibrio entre sanidad y economía. Un ensayo de lo que podría ser la mentada “nueva normalidad”, de ese “ir y volver” del confinamiento del que hablan en Gobernación.

En la localidad balnearia, con 205 contagios confirmados (137 registrados en los últimos 12 días) y donde, entre otras autorizaciones, se habilitó la reapertura de locales gastronómicos, el municipio defiende que los nuevos casos no guardan relación con esa flexibilización y apunta a dos brotes: uno en un hospital y otro, en un hogar de ancianos. No obstante, se reevaluarían actividades permitidas.

Mientras, la mejor noticia llega desde Necochea, que con 40 casos registrados y tras superar el brote esparcido a partir de un polémico baby shower de comienzos de junio, avanzó hacia la fase 5, en la que se encuentran los 64 municipios sin contagios en los últimos 21 días. Como Florentino Ameghino, Villegas, Pinto, Lincoln y Alem, donde sus intendentes hasta se animaron a firmar un tratado de “libre circulación”, que ayer fue dado de baja por la Provincia por no contar “con el aval” del Ejecutivo.

Vicente López
Axel Kicillof se reunió con el intendente de Vicente López, Jorge Macri, para delinear la nueva etapa de la cuarentena. Tras la reunión, que Macri calificó como “muy buena”, el Gobernador pidió “dejar de lado las diferencias” para “unir esfuerzos” contra el COVID-19.

 

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