Acusan a una banda de jóvenes por robos y ataques de noche en City Bell

Ya los habían visto merodear cerca de las 21.30 por la cuadra de 17 entre 464 y 463, donde suelen juntarse por las tardes. A veces llega a haber hasta 30 jóvenes, que, según sostienen los vecinos, forman parte de una banda que tiene a maltraer a los moradores de ese sector de City Bell, uno más de los tantos acechados por los delincuentes. La mayoría, son chicos del barrio y viven cerca del mismo lugar que por las noches utilizan como “coto de caza”.

Con linternas y llevando bicicletas a la rastra -algunas recientemente sustraídas-, el martes por la noche hicieron de las suyas. Eran 10 y los vieron por las cámaras de seguridad instaladas en varias de las casas situadas en 464 entre 17 y 18.

Visitaron al menos dos propiedades hasta que se activaron las alarmas vecinales de tres puntos distintos y se vieron obligados a abandonar sus planes. “Vinieron los patrulleros, pero ya no estaban más. Igual, cerca de las 3 regresaron” a probar suerte en otros terrenos, le dijo una frentista a EL DIA.

CORRIDAS Y GENTE QUE SE ARMA

Sara, al igual que su hermana, vive en esa cuadra donde sucedió el último incidente. Minutos antes de la medianoche camina los metros que separan su hogar del de su familia para “ponerle unas gotas en los ojos”. Las dos jubiladas viven hace tiempo allí y todavía recuerdan cuando las puertas no se cerraban con llave.

Ahora, afirmó Sara, “vivimos en un barrio convulsionado”. La situación llegó a tal extremo que “la basura la sacamos únicamente de día, y tengo entendido que algunas personas empezaron a armarse”, manifestó.

El martes tuvo la fortuna de no cruzarse con la banda. “Fue por unos minutos, porque a las 23.30 comenzaron los problemas”, señaló. María, en tanto, los observó desde las cámaras de su casa. Una decena de jóvenes, algunos menores, recorrían la calle 464 para encontrar una vivienda “al voleo”, en la cual pudieran “entrar y llevarse lo que sea”.

LE PUEDE INTERESAR

“Papupa”, detenido por una lluvia de balas en medio de una pelea por la propiedad de tierra

LE PUEDE INTERESAR

Alarma por un incendio de vagones en Barrio Hipódromo

Una vecina activó las alarmas de tres calles distintas. La Policía llegó, pero no hubo detenidos

La mujer señaló que “son todos de acá, nos conocemos y nos tienen locos porque se meten a ratear en todos lados”. Otra testigo, que prefirió no dar su nombre, fue más allá: “Lo que hacen es robar cualquier cosa que pueden para después vendérselo al dealer que está acá cerca y le compran droga”. Conforme ese testimonio, “todos saben cómo funciona ese lugar de compra-venta, hasta la Policía. Han allanado, pero nunca pasa nada”.

Las filmaciones muestran a la bandita rondar por el área para luego ingresar a dos casas. Fue entonces cuando se activaron las alarmas de tres calles distintas, 17, 18 y el corredor de 462. Media hora antes, en el grupo de WhatsApp que comparten entre varios frentistas, una chica había denunciado el robo de su bicicleta.

“El barrio está convulsionado y sabemos de gente que se está armando. Ya no se puede vivir de esta forma”

Sara,
Vecina

La Policía llegó enseguida. “Eran 10 pibes entrando en una casa, con tres patrulleros que los rodeaban y ninguno terminó preso”, se lamentó María. Sin embargo, aseguró que “quieras o no, a nosotros el comisario nos responde. Llamamos y vienen al toque”.

Algunos vecinos denunciaron haber oído disparos provenientes de una propiedad. Sara sostuvo que “se escucharon algunas detonaciones”, aunque no pudo determinar si se trataba de disparos. Mientras tanto, en los grupos de redes sociales y mensajería instantánea relataban lo que sucedía. “Estén atentos por favor Uno de ellos tenía un pantalón largo negro y campera deportiva con líneas blancas en los brazos”, informaban.

La noche se hizo larga para quienes permanecieron despiertos en señal de alarma. Sabían que no era el fin del peligro, y el tiempo les dio la razón.

María indicó que “con el ruido de las sirenas se dispersaron y quedaron escondidos”. Una vez los móviles se fueron, volvieron a pulular por las esquinas.

Por otro lado, reveló que “yo tengo un paredón de tres metros rodeado con alambre de púa y hace poco estaba en el patio cuando veo a uno de estos pibes saltar hacia” el interior de la propiedad. Eran las 20, todavía había luz y María lo miró a la cara. El ladrón no esperaba toparse con la dueña, por eso volvió por donde llegó, no sin antes hurtar una escalera de la vivienda de al lado.

Cuando los uniformados arribaron a la escena, los delincuentes “tiraron” la escalera y negaron haberla sustraído. “Al rato vino un oficial y me la devolvió”, recordó la víctima.

Los hechos ocurren en un área de no más de seis o siete manzanas. Sara le contó a este diario que “cuando salen van tocando los picaportes de todas” las fincas hasta que se topan con una puerta sin llave. En otras ocasiones, sortean los cercos y escapan con cortadoras de césped, herramientas o rodados. “No hace mucho le entraron a un hombre de calle 18, le llevaron -entre otras cosas- muebles y con después usaron una mesa para” colarse en otra finca, detalló.

Ayer, un sujeto oriundo de Florencio Varela simuló ser el dueño de un inmueble -que está deshabitado- cuando vecinos alertaron a las autoridades de su presencia. Lo vieron merodear en forma sospechosa la zona y efectivos policiales lo interceptaron en 15 y 462.