Sigue la conmoción en el barrio del megaincendio

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Anteanoche, en 32 entre 132 y 133, se desató un feroz incendio en el depósito de una casa de sanitarios. Y no fue un incendio más. Se trató de un episodio que alteró los ánimos de todo un barrio y que provocó momentos de enorme angustia y tensión.

Con las llamaradas de varias metros de altura, muchos vecinos linderos temieron por sus viviendas y sus comercios. Por eso se registraron corridas y hasta mudanzas en situaciones extremas.

“Era sacar lo que se pudiera, como se pudiera, antes de que el fuego arrasara todo”, contó Leonardo en diálogo con este diario.

“Mi hermano tiene una inmobiliaria muy cerca del negocio incendiado y fue uno de los que anduvo a las corridas para sacar todas sus cosas. Vivió un momento dramático”, agregó.

El trabajo de los bomberos, que se extendió hasta la mañana de ayer, fue arduo. Y se supo que gracias a la colaboración de dos vecinos, que permitieron que sacaran el agua de sus piletas domiciliarias, pudieron seguir el combate del siniestro.

“Por lo que contaron, hay una boca de incendio en 25 y 32, pero quedaba bastante lejos y no había tiempo por perder”, indicó Leonardo.

PERSIANAS BAJAS

En el local “Plomiplas”, ayer las persianas bajas daban cuenta del impacto de lo ocurrido.

El depósito quedó reducida a la nada misma y las pérdidas materiales fueron millonarias. Hasta se quemó un vehículo utilitario.

“Por fortuna, no hay heridos. Pero por lo que tenemos entendido, algunas propiedades linderas quedaron afectadas, pero nada comparado con lo que pudo haber ocurrido”, completó Leonardo.

Por fortuna, las lenguas de fuego no llegaron a otro galpón donde almacenaban colchones y otros productos de alta combustión.

Eso hubiese sido un verdadero desastre.

 

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