Tendencias: las mascotas no convencionales como hurones, iguanas y erizos ganan lugar en el hogar

Cuenta Sabrina, una diseñadora gráfica de 27 años, que para ella su hurón, Aurelio, es como su bebé. Desde que lo compró hace tres años, casi no hay día en que no comparta una foto suya en sus redes sociales. Le encanta llevarlo con ella a la cama, disfrazarlo y sacarlo algunas noches con una correa a pasear. Cuando se le pregunta por qué eligió tener un hurón por mascota, su respuesta es tajante: “¿Por qué no?”.

Como Sabrina, a lo largo de la última década cada vez son más las personas que eligen tener por mascota animales no convencionales como hurones, erizos, iguanas, serpientes y hasta aves rapaces. Se trata de un fenómeno muy ligado a su mayor exhibición y oferta a través de redes sociales y que los médicos veterinarios en general intentan desalentar. Y es que más allá de que algunos de ellos requieren cuidados especiales que no todas las personas están en condiciones de ofrecerles, su compra puede constituir a veces un acto ilegal.

“Cada vez es más habitual tener un animal no tradicional en las familias. Hoy no sólo los perros y gatos forman parte del núcleo familiar; ahora se suman hurones, iguanas, erizos, conejos y aves”, reconocen desde el Colegio de Veterinarios de la Provincia, donde señalan que “éstos, como todo animal, necesitan de atención y cuidados tanto para garantizar su bienestar como para resguardar la salud de quienes los eligen tener.

Si bien se entiende que una mascota no tradicional es un animal de compañía que no es perro ni gato, dentro de este amplio concepto es necesario establecer diferencias. “Un animal no tradicional puede ser silvestre, es decir, pertenecer a la naturaleza y no está permitido su crianza como animal de compañía; a su vez, puede ser autóctono, de la zona; o exótico, que no es de esta zona”, explican desde el Colegio en referencia conceptos clave que en este terreno separan una tenencia legal de otra que no lo es.

UNA FINA LÍNEA

“Existe una delgada línea entre la legalidad y la ilegalidad. Muchas especies no están permitidas hoy en día, pero como hace tiempo se las podía adquirir sin problema hay personas que cuentan con esos animales, como serpientes o iguanas; y los veterinarios especializados están habilitados a atender cualquier consulta, independientemente de que el animal sea legal o no”, aclaran desde el Colegio profesional.

Por otra parte, si bien la tenencia de fauna silvestre no está permitida, por lo que no se debe fomentar su integración en las familias, muchas personas cuentan con algún animal silvestre como consecuencia de rescates, por lo cual los veterinarios entienden que “hay que brindarles todo el cuidado sanitario, ya que la gran mayoría no se puede liberar”.

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Mascotas que no son para cualquiera

La delgada línea de la legalidad lo es especialmente en el caso de los hurones. “Los que se permite tener como mascota en Argentina son los del tipo doméstico, que vienen de criaderos. Hay que tener cuidado con eso porque existen otros dos tipos de hurones autóctonos que no sólo está prohibido comercializar porque son animales silvestres sino que además pueden ser peligrosos”, cuenta Sabrina, quien antes de comprar a Aurelio se tomó un tiempo para informarse bien.

Aunque fanática de los hurones, ella reconoce que “no son una mascota para cualquiera”, por los cuidados que demandan. “Si bien los hurones domésticos como Aurelio son muy dóciles y cariñosos, exigen mucha atención. Más allá de que hay que asegurarse de tener siempre carne fresca para darles y evitar dejar a su alcance alimentos que puedan hacerles mal, en las pocas horas que están despiertos, que en general es a la noche, son muy activos y se trepan a todos lados: si uno deja una ventana abierta se pueden escapar o caer”.

Inés y Juancho, la mascota que creció más de lo esperado / Facebook

CUIDADOS ESPECIALES

Cuando tenemos como mascota un animal no tradicional hay que estar atentos a muchas cosas, “no se comportan igual entre ellos y tampoco de manera similar a un perro y gato. Hay mucha variación según la especie, y por eso hay que ver cuáles son los puntos de alertas o las cuestiones de manejo y nutrición para trabajar y prevenir enfermedades”, cuentan en el Colegio de Veterinarios de la Provincia.

“Hay una delgada línea entre lo legal y lo ilegal. Muchas especies no están permitidas hoy”

Es necesario además ser conscientes de que algunas de estas especies padecen diferentes enfermedades zoonóticas y que su riesgo de contagio suele ser más alto que en el caso de animales domesticados desde la antigüedad. Por eso “es necesario contar con un médico veterinario especializado en el tema, ya que cada especie es única. Tener conocimientos correctos y asesoramiento sanitario permite que tengan una buena calidad de vida y podamos prevenir muchas enfermedades”, explican desde la entidad profesional.

“Los adolescentes suelen tener, por ejemplo, iguanas y serpientes para mostrarlas. Pero conllevan un cuidado que va mucho más allá de una mascota común. Porque también hay que tener en cuenta que son inofensivas hasta que dejan de serlo, ya que todos mantienen su instinto animal, por más domesticados que estén o parezcan”, explica la médica veterinaria Verónica Ritacco.

Hay por otra parte, “animales que crecen mucho y se hace difícil mantenerlos en un hábitat ideal o con la alimentación necesaria y luego aparecen en un estado deplorable”, explica la profesional al señalar que por ese motivo conviene averiguar su origen. “Muchos son encontrados lastimados a la vera de la ruta y son adoptados; otros nacen en criaderos y otros son producto del tráfico ilegal, que es una realidad que existe y que se debe combatir”.

Desde su experiencia, las mascotas no convencionales “requieren muchos cuidados, que en general no son contemplados cuando se las adquiere”, por lo que es necesario asesorarse bien antes de tomar esa decisión.

“JUANCHO”

Que su mascota iba a requerir mucho más lugar del que había previsto fue algo que tomó por sorpresa a Inés, una asesora de seguros, madre de tres hijos y dueña de “Juancho”, una iguana adulta al que bautizó en homenaje al personaje de dibujos animados que solía ver en su niñez.

“Cuando nos los regaló una amiga que ya no podía cuidarlo medía 60 centímetros y supuestamente no iba a crecer mucho más. Ahora tiene cerca de un metro y me dijeron que pueden llegar hasta el metro veinte”, cuenta Inés de Juancho, a quien le gusta observar el ir y venir de los habitantes de la casa desde su lugar favorito, la cabecera de un viejo sillón.

“Por suerte nos mudamos a una casa más grande con jardín y ahora él anda de acá para allá”, explica su dueña al comentar que uno de los principales cuidados que requieren las iguanas es contar con un hábitat calefaccionado y con una luz ultravioleta que les ayuda a observar nutrientes a falta de suficientes horas de sol.

Más allá de que su presencia suele a veces inquietar a las visitas, Inés coincide con otros dueños de mascotas no convencionales en que su crianza exige una cuota extra de cuidados y responsabilidad. “Mi recomendación para las personas que tal vez sueñan con tener una iguana es que se informen bien de todo lo que implica y las condiciones que requiere para vivir bien –dice-. No me parece justo comprar un animalito por un capricho y después dejarlo abandonado a su suerte porque uno se da cuenta de que no lo puede cuidar”.