El Papa besó el tatuaje de una sobreviviente del Holocausto
Edición Impresa | 27 de Mayo de 2021 | 01:33

CIUDAD DEL VATICANO
El papa Francisco besó ayer el número de detención tatuado en el brazo de una sobreviviente del Holocausto, durante la audiencia general celebrada en el Vaticano, en un gesto espontáneo de solidaridad.
La anciana, de 81 años, Lidia Maksymowicz, polaca de origen bielorruso, deportada en 1943 al campo de Auschwitz Birkenau cuando aún no tenía tres años, fue también víctima de los experimentos del criminal de guerra Josef Mengele.
Entre los asistentes a la audiencia celebrada al aire libre, la anciana aprovechó para saludar al pontífice al término del encuentro.
Tras intercambiar algunas palabras, se arremangó el traje para mostrarle el tatuaje con el número 70072 que los nazis le marcaron al ingresar al campo de concentración.
Ante ello, el Papa argentino se inclinó para besarlo y la sobreviviente, conmovida, lo abrazó espontáneamente.
“Con el Santo Padre nos entendimos con una mirada, no hicieron falta palabras”, confió la anciana tras su encuentro con Francisco, según contó el portal de noticias del Vaticano.
Entre las últimas sobrevivientes de los campos de concentración nazis, Maksymowicz se encuentra en Italia como invitada de la asociación “Memoria Viva” para contar a los jóvenes su testimonio, reflejado en un documental que lleva el título “La niña que no sabía odiar”.
Sometida a horrendos experimentos médicos por el doctor Mengele, como inoculación de virus, vacunas y venenos, la anciana considera un deber contar su historia para que no se repita.
“Todos los niños sabían quién era Mengele y le tenían terror. Considero que tengo la misión de contar mi historia, más de 200.000 niños murieron allí”, subrayó.
Adoptada y salvada por una familia polaca tras su liberación en 1945, encontró a su verdadera madre en Rusia en 1962 gracias a los tatuajes. (AFP)
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