El largo adiós: una acongojada Italia comenzó a despedir a su gran diva, Raffaella Carrà

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Italia comenzó ayer a despedirse de su gran diva, Raffaella Carrà, fallecida el lunes a los 78 años, con unas exequias de tres días que empezaron con el desfile de su féretro por los estudios televisivos de la RAI, desde los que conquistó al mundo entero.

El país, aún conmocionado por la inesperada noticia de su muerte, se ha volcado para honrar por todo lo alto a una de sus artistas más populares y queridas, también en el extranjero, sobre todo en España y Latinoamérica, con infinidad de eventos y propuestas de todo tipo.

Ayer llegó la hora de despedirse: su féretro, una austera caja de madera con un pequeño ramo de rosas amarillas, su color preferido, salió de su domicilio a bordo de un coche escoltado por motos de la Policía, en el barrio Vigna Clara, en la apacible periferia norte de la capital.

Después emprendió su periplo por los estudios de la RAI y otros lugares emblemáticos de su carrera. Tras hora y media de recorrido por Roma, el coche fúnebre llegó al palacio del Campidoglio, sede del ayuntamiento, donde se instaló una capilla ardiente hasta la mañana del viernes.

En el lugar, y a la sombra, se congregaban cientos de personas, entre ellos también muchos jóvenes, para ser los primeros en decir adiós a aquella enjuta y sonriente mujer de brillante melena rubia con la que crecieron a través de la pantalla o de las ondas.

La artista, que falleció por una enfermedad no aclarada, aunque se especula con un tumor, hizo de Roma su ciudad, aunque nació en la norteña Bologna: no obstante la capital la despedirá con todos los honores que merece. Se espera que miles de personas desfilen por la sala para dar su último adiós a la estrella hasta mañana.

 

 

 

 

 

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