Mientras suma y sigue, no hay novedades en cuanto a la renovación de Zielinski

El fútbol representa un mundo cambiante, totalmente histérico, en el cual todo puede modificarse de la noche a la mañana. Y luego de dos derrotas al hilo que trajeron algunas dudas puertas adentro (Independiente y sobre todo Newell´s, en Rosario), Estudiantes enderezó el rumbo con tres triunfos de manera consecutiva que trajeron tranquilidad y posicionaron al equipo entre los mejores del torneo y de la temporada, pensando también en la chance concreta de clasificación a las copas internacionales, el principal objetivo albirrojo.

Así, el ciclo de Ricardo Zielinski al frente de Estudiantes llegó con el del domingo a los 19 partidos oficiales (sin contar el cruce con el Rojo en Cuartos de Final de la Copa de la Liga Profesional), con un saldo de 10 victorias, 4 empates y solo 5 derrotas.

Sin embargo, el arribo del DT a la institución en enero del corriente 2021 no se puede analizar solo desde lo numérico, ya de por sí muy bueno, sino que debe incluir también el contexto previo de un Pincha que la pasó muy mal en la Copa Maradona, con un equipo sin respuestas futbolísticas ni anímicas, lo que terminó decantando en la salida de Leandro Desábato.

SIETE MESES DESPUÉS, LA REALIDAD ES OTRA

Ricardo Zielinski firmó su vínculo con Estudiantes el 11 de enero del 2021. En aquella oportunidad, quien venía de un último paso por Atlético Tucumán, precisamente el rival del reestreno en Uno, firmaba contrato con el Pincha hasta diciembre del corriente año.

Con objetivo complejos pero claros, el DT avisaba en la conferencia de prensa de presentación, una semana después, que la única receta conocida para él y su cuerpo técnico era “el trabajo y el sacrificio”.

“Me gustan los equipos ordenados y protagonistas. Con mi cuerpo técnico somos de exigirles a los jugadores el compromiso que tienen que tener en el día a día y los partidos. Somos simples, no la complicamos”, remarcaba el flamante entrenador albirrojo. “Nos interesa hablar poco y trabajar mucho para que el equipo se potencie. Aspiro a un equipo agresivo, donde cada uno sepa su rol, que sea competitivo y ganador”.

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Hoy, siete meses después de aquel primer mensaje, su Estudiantes se muestra coherente con esos dichos.

Sin ser un equipo que brille, que “juegue lindo”, es un equipo que juega bien, que conoce sus virtudes y sus limitaciones, y que sabe sacarle provecho a los errores rivales, algo que ha explotado considerablemente en el actual certamen, con los gritos a Sarmiento, Arsenal o Central Córdoba, por mencionar algunos.

Así, paso a paso y semana a semana, ha sabido dejar atrás aquella magra versión de un 2020 para el olvido, transformando a Estudiantes en un equipo que recibe pocos goles en su valla y que convierte mucho en la ajena, rompiendo con la etiqueta de “defensivo” que injustamente lo ha acompañado desde sus primeros pasos por el Ascenso.

En lo que va de su ciclo, el Pincha es el tercero en cuanto a diferencia de goles, con 28 convertidos y 16 recibidos para un +12, solamente superado por Colón, el último campeón (30 y 16, para +14), y River (37 y 16 para, +21).

Además, dejó atrás el incipiente temor en cuanto a los promedios, y a un equipo que comenzó cerca de los últimos puestos de la tabla acumulada, lo elevó al segundo lugar, con 34 de 57 posibles, solo por debajo del Sabalero pero con la misma cantidad que Vélez e Independiente.

Esta condición, y si bien es cierto que aún falta demasiado, le otorga también el privilegio de ser actualmente uno de los equipos que se está clasificando a la Copa Libertadores del 2022, el gran anhelo del León cuando puso la firma, allá por enero.

MÁS VARIANTES PARA UN PLANTEL QUE AÚN NO ALCANZÓ SU TECHO

Otra de las cuestiones a tener en cuenta al momento de hacer un análisis sobre el ciclo de Zielinski y una continuidad que parecería no correr riesgos, es la cantidad de variantes que ha sumado el plantel con el último mercado de pases. Sin dudas se ha dado el salto de calidad que el DT tanto pregonaba, por lo que ahora la exigencia acompañará a los nombres propios.

Y si bien hay varios que aún no se han puesto en su mejor forma física y futbolístico, con lo que ha podido contar, el equipo se confirmado como uno de los animadores del actual certamen, en el que suma 12 unidades de las 18 posibles, lo que lo ubica en la cuarta colocación, solo superado por Independiente (a quien ya enfrentó), con 14, y Lanús y Colón, ambos con 13.

El presente es bueno, y el futuro asoma como esperanzador. Serán Ricardo Zielinski, su cuerpo técnico y sus jugadores, los encargados de llevar al campo algo que parece un hecho: que este Estudiantes está para pelear el torneo hasta las últimas consecuencias, lo que le permitiría volver a la Copa Libertadores, competencia en la que participó por última vez en 2018.