El Gobierno llevó la meta de crecimiento a 8% para 2021 y posterga ajustes para 2022

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Agustín Maza

eleconomista.com

El ministro de Economía, Martín Guzmán, confirmó que la proyección de crecimiento del PIB para 2021 pasó de 7 por ciento a 8 por ciento. “Argentina está viviendo un proceso sólido de recuperación económica, también con características heterogéneas, pero con una clara proyección de crecimiento vigoroso para lo que es el año 2021”, destacó el titular del Palacio de Hacienda.

Los analistas consultados por El Economista comentaron que la proyección que realizó el ministro, debido al impulso que va tomando la actividad de cara a este segundo semestre, es cumplible. Sin embargo, quedarán correcciones pendientes para el año próximo vinculadas a las tarifas y el tipo de cambio, a lo que deberá sumarse un acuerdo favorable con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que ponen en duda la duración del crecimiento.

Además, Guzmán destacó, frente a empresarios locales e internacionales que participaron de la reunión virtual del Council of the Americas, que se ve “un crecimiento de la inversión, que avanzó en el primer trimestre del corriente año 6,1 por ciento sin estacionalidad contra el último trimestre de 2020”.

Actividad de julio

Luego de cuatro meses consecutivos en baja, junio trajo un repunte en el nivel de actividad. El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE), que realiza el Indec, mostró para ese mes un crecimiento del 2,5 por ciento. Así, quedó 2,2 por ciento debajo del nivel de la prepandemia.

Sin embargo, según el Índice General de Actividad que releva la consultora Orlando Ferreres, julio tuvo una caída mensual desestacionalizada del 1,8 por ciento. Esa baja estaría explicada por una desaceleración en la producción industrial, afectada por las dificultades que presenta el sector automotriz.

Para Ferreres, “si bien la actividad parece haber encontrado techo, y muestra dificultades para superar los niveles que mostraba antes de la pandemia, esperamos para lo que resta del año una leve tendencia positiva impulsada por la mejora esperada en el consumo interno, el impulso propio del año electoral y el avance de la vacunación”.

Crecimiento y desafíos

“El mayor ritmo de vacunación reduce la probabilidad de nuevos cierres de acá a fin de año, ese regreso de la normalidad junto con un aumento en el gasto público e incrementos en las paritarias impactan en una recuperación de la economía en este segundo semestre, en especial respecto al segundo trimestre del año que no fue bueno”, comentó el director de Analytica, Claudio Caprarulo.

El economista proyectó un crecimiento de 8 por ciento para 2021, en línea con la nueva pauta oficial, “que muestra una recuperación importante pero aún insuficiente respecto a la caída de 9,9 por ciento de 2020”.

“El regreso de la circulación y el aumento en los niveles de consumo va a empujar a sectores de servicios que fueron los más golpeados desde el inicio de la pandemia como hotelería, restaurantes y recreación”, afirmó Caprarulo.

Por su parte, el economista de Ecolatina, Joaquín Waldman, dijo que el crecimiento que espera el Ministerio de Economía no luce “tan fuera de lugar” y proyectó una tasa de 7 por ciento para todo 2021. “Los datos de los analistas y consultoras vienen trepando porque la segunda ola pegó menos fuerte de lo esperado. Las restricciones fueron focalizadas y viene levantando la actividad, el consumo, la inversión y las exportaciones”, agregó Waldman.

El economista además explicó que parte de ese crecimiento está fundado en un retraso del tipo de cambio real y un congelamiento de tarifas. “Probablemente tenga que haber correcciones luego de las elecciones, sobre todo en las tarifas, y eso impacte en la demanda doméstica en 2022”, puntualizó Waldman.

“La última estimación que tenemos para todo el año es 7,4 por ciento de rebote en 2021, atentos a lo que pueda suceder con la variante Delta, y no estamos tan lejos de lo que dijo Guzmán”, afirmó el economista de Econviews, Andrés Borenstein, ante El Economista. Respecto a los datos de julio, el especialista indicó que hubo una desmejora en el nivel de actividad principalmente explicada por la baja en la producción industrial.

Borenstein subrayó también la importancia que tiene para el futuro de la economía un acuerdo con el FMI, porque Argentina no está en condiciones de enfrentar los vencimientos con el organismo el año próximo. “Todas las correcciones del tipo de cambio y tarifas van a quedar para 2022 y habrá que estar atento al impacto para el campo de una posible sequía que afecte la cosecha”, finalizó el economista.

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