Robo, persecución y choque: la inseguridad al rojo vivo en Zona Norte
Edición Impresa | 8 de Enero de 2022 | 03:18

La Zona Norte volvió a dar pruebas de que se ha convertido en uno de los sectores más calientes de la Ciudad en lo que respecta a inseguridad. Entraderas, robos a mano armada en comercios, arrebatos en la vía pública y escruches, son frecuentes sectores como City Bell, Arturo Seguí, Gonnet, Villa Elisa y Gorina, configurando así un clima de preocupación, hastío y bronca entre los frentistas.
En ese marco, el pasado jueves una familia pasó a engrosar la larga lista de víctimas de robos en este sector de la Ciudad. En la comodidad de su casa de veraneo ubicada en 474 entre 138 y 139, los damnificados fueron sorprendidos por dos delincuentes armados, alcoholizados y con los rostros cubiertos, que actuaron de manera violenta para hacerse de un botín compuesto por algunos artefactos electrónicos, “unos pocos pesos” y una camioneta 4x4 que abandonaron a las pocas cuadras luego de chocarla contra un tronco en el marco de una persecución policial.
Durante el atraco no faltaron los culatazos, gritos, amenazas de muerte, además ataron a las víctimas de pies y manos mientras la tenían reducidas en el suelo. Un escenario de terror que ayer recordó uno de los protagonistas en diálogo con EL DIA.
Según contó a este diario el hijo del matrimonio propietario de la finca, alrededor de las 20 salió junto a sus pequeños a buscar a su esposa que salía de trabajar. El plan era regresar a la casa para compartir una cena. Jamás imaginó que al regresar, media hora después, se iba a encontrar con sus padres inmovilizados.
Si bien al principio le pareció raro que todas las ventanas estuvieran cerradas, el joven avanzó hasta el inmueble seguro de que no se encontraría con nada raro. Pero cuando cruzó el dintel de la puerta fue abordado por un sujeto que lo abrazó por la espalda y le puso un revólver en la cabeza.
“Era un tipo de baja estatura y de contextura física delgada. Mucho olor a alcohol. Tenía un arma y no podía hacer nada”, detalló.
“‘¿Dónde tenés la plata? Te aviso que te entregaron. Nos pasaron el dato de que hay mucha plata en esta casa’, me decían. Estaba intentando hacerles entender que era una casa de veraneo y que no había plata cuando me pegaron un culatazo en la cabeza. Mientras sangraba le iba explicando a mi nene que todo se trataba de un juego”, relató.
Después de varios intentos, los ladrones se convencieron de que la familia estaba diciendo la verdad, ya que en el registro que hicieron por la casa solo hallaron juegos de mesa y cubiertos.
Acorralados por el tiempo, cuando se cumplió una hora de su presencia en la casa, los intrusos optaron por reunir todo cuanto había de valor y a mano. Teléfonos, una notebook y hasta las alianzas de casados de los matrimonios formaron parte del botín que reunieron. Luego tomaron las llaves de la Toyota Hilux que estaba estacionada en el patio y abandonaron la casa por 474 con dirección a 140.
Pero no pudieron ir muy lejos ya que a las pocas cuadras, los malvivientes se cruzaron con un patrullero. Los agentes notaron cierta actitud sospechosa y empezaron a seguirlos. Luego, la situación se convirtió en una persecución que se extendió por varias cuadras y que finalizó cuando los sospechosos quisieron cortar camino por un campo. “Estaba todo oscuro y chocaron contra un tronco. Se bajaron y continuaron escapando a pie. La policía sólo pudo recuperar la camioneta”, cerró el entrevistado.
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