Antolina festejó sus 104 años: ¿la más longeva de la Ciudad?

La cumpleañera se definió como ferviente católica y su entorno señaló que es activa, alegre, le gusta pasear y socializar

Edición Impresa

De buen ánimo y con ganas de estar rodeada de sus seres queridos, Antolina Rodríguez celebró ayer 104 años, edad que la ubica entre los vecinos más longevos de la Ciudad. “Le encanta salir y conversar, además afortunadamente se mantiene muy lúcida”, contó Julia, una de sus hijas.

Antolina nació en Salta, en el seno de una familia con un buen pasar económico. Según contó, su padre tenía almacén de ramos generales.

En la adolescencia, después de haber perdido tempranamente a su madre, se radicó definitivamente en La Plata.

En nuestra ciudad conoció a Mario con quien se casó y constituyó su propia familia. De la unión nacieron sus hijas Julia y Alicia, que a su vez le dieron 3 nietos y cuatro bisnietos.

Al momento de hacer un balance sobre los (muchos) años vividos, Antolina reconoció que fue una mujer feliz, que se pudo dedicar por completo a los suyos y también desarrollarse como una persona de fe. “Nunca tuvo que trabajar, se dedicó a ser ama de casa, fue una mamá estricta, pero cariñosa y muy feliz en su matrimonio”, aportó su hija.

Los años no hicieron mella en su espíritu activo y aún mantiene las ganas de salir y de conversar con la gente de su entorno.

Auxiliada por su andador, periódicamente sale de su departamento, ubicado en la zona de 17 y diagonal 74 para dar la vuelta a la manzana.

Hasta no hace mucho tiempo disfrutaba de ir a tomar el té a las confiterías más emblemáticas locales.

“Iba con sus amigas a la Confitería París hasta que la cerraron; luego fue perdiendo a casi todas sus amigas, pero sigue vinculada a Ana -69- y a Rosita -88-”, sostuvo Julia y anticipó que ellas estaban invitadas a la íntima reunión que se realizó para agasajar a su madre.

De carácter muy sociable y alegre, a Antolina le gusta recordar las buenas épocas, como cuando en Tolosa fundó el Club de Jubilados Corazones Unidos. Por ese entonces ya había fallecido su esposo y la nueva actividad le permitió encontrar ámbitos de participación y amistad.

Es que la cumpleañera vivió muchos años en Tolosa, cerca de la iglesia Santa Lucía a la que siempre estuvo vinculada.

Rezar y cantar

En su cotidianeidad, uno de los momentos que más disfruta la centenaria es cuando llega a su casa la religiosa Lin para acompañarla por las noches. Con ella comparte momentos de oración y de canto, actividades que le dan mucha alegría.

Con relación a haber nacido el Día de los Inocentes, lejos de resultarle una carga, sus allegados dijeron que le permitió por muchos años hacerle bromas a los desprevenidos para poner de relieve su buen humor.

Si bien Antolina goza de buena salud, a los 91 años fue sometida a una severa intervención quirúrgica en la que se le extirpó un tumor. Sin embargo, pasó el mal momento con gran fortaleza y lo pudo superar.

En la actualidad toma 4 remedios y tiene una alimentación ordenada y saludable.

Y pese a las contratiempos que trajeron los años, su hija la describió como una mujer coqueta que le gusta verse arreglada y bien vestida al momento de salir a pasear.

En el tiempo libre también le gusta escuchar música y, como ferviente católica, entregarse a los momentos de oración.

“Pensar que mamá fue sietemesina y que en ese momento se pensó que podría tener muchos problemas de salud. Es admirable que haya llegado a los 104 años”, reflexionó su hija.

 

Antolina

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE