Asfixiados por el delito: atacaron a balazos a un vecino de City Bell

La víctima, de 41 años, salvó milagrosamente su vida, al ser interceptado por dos motochorros armados en la calle 472 entre 26 y 27. Como se resistió, le gatillaron cinco veces: uno de los proyectiles le impactó en una mano

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Apenas habían pasado un puñado de segundos de la medianoche de ayer cuando los planes de descanso de una familia del barrio La Emilia, en City Bell, se vieron alterados por una situación de fuerza mayor.

Un chico de 11 años sufrió un ataque de asma y entonces su padre, de 41, salió presuroso de su casa para ir hasta una farmacia de turno. Necesitaba comprar un corticoide.

Sin embargo, la noche le deparó otro imponderable a Cristian Alejandro Catini, la víctima, quien no pudo arrancar la moto de su propiedad por alguna cuestión mecánica. Por eso, desesperado por lo que pasaba puertas adentro, no le quedó más remedio que agarrar una bicicleta y salir presuroso en busca del medicamento.

Ya de regreso de la farmacia ubicada en 472 y camino General Belgrano, a pocas cuadras de la vivienda familiar, dos motochorros aparecieron en escena.

De acuerdo a lo que pudo saber este diario, el hombre se resistió y no lograron asaltarlo, aunque uno de los cinco disparos que le efectuaron impactó en su mano izquierda. Los ladrones entonces huyeron sin nada y al cierre de esta edición permanecían prófugos.

“ZAFÉ POR UN ÁRBOL Y UN VECINO”

En la tarde de ayer, Catini atendió a EL DIA en la vereda de su casa (cuya dirección no se brinda por razones de seguridad) y relató el dramático episodio que afrontó y que bien pudo haber terminado con el peor desenlace.

“Eran las 12 de la noche y como mi hijo de 11 años tuvo un ataque de asma, decidí ir a una farmacia a buscarle un corticoide”, señaló.

Enseguida citó que “mi moto tuvo un problema y entonces fui en una bicicleta playera. Conseguí el remedio y para regresar a casa tome por el camino General Belgrano hasta calle 472. Pero antes de llegar a calle 26, vi a dos que circulaban en una moto Titán negra, de 150 cilindradas”.

Para su sorpresa, los jóvenes que se desplazaban en ese rodado, lo interceptaron de frente en la cuadra de 472 entre 26 y 27.

“Me encararon y atiné a frenar mi bici. De inmediato, el que manejaba la moto se levantó la ropa y me mostró que tenía un arma de fuego. Y el que iba en el asiento trasero, se bajó rápido. Entonces, me subí a la vereda y cuando se me vino encima le tiré una `piña`. Pero le dijo al compañero `matalo, matalo, que se me paró de manos`. Y el que estaba armado realizó cinco tiros”.

Pero sólo uno de ellos alcanzó a dar en el blanco. “Otros tres pegaron en un árbol grueso y el restante se perdió en el aire. Zafé por ese árbol, como me dijo la Policía. Pero también por un vecino, que escuchó los balazos, avisó al 911 y vino enseguida un patrullero”.

Catini está convencido que los agresores no son de City Bell. “Vivo de toda la vida acá y a esos pibes no los vi nunca. Creo que deben ser de Arturo Seguí o de Villa Elisa”.

Lamentó después que “siempre suelo salir con un machete para defenderme justamente ante algún robo. Pero por el apuro de llegar rápido a la farmacia por cómo se encontraba mi hijo, lo olvidé”. Y remató: “por suerte, la puedo estar contando. Pero fue brava”.

 

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