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La Ciudad |MENTES BRILLANTES, UNA ASIGNATURA PENDIENTE DEL SISTEMA EDUCATIVO

Benjamín: la vida de un niño superdotado

Tiene 7 años, cursa cuarto grado, y ya atravesó distintas instancias complejas. Su familia lucha por respetar los derechos del nene. Le apasiona el fútbol, el ajedrez, jugar con su amigo Ramiro y disfrutar momentos al aire libre

Benjamín: la vida de un niño superdotado

Benjamin en distintas actividades que le generan mucho interés y otras que le apasionan: ajedrez, fotografía, lectura y actividades al aire libre / Whatsapp

11 de Abril de 2022 | 03:04
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Benjamín - 7 - tiene altas cualidades intelectuales y trascendió en los medios porque sus padres lucharon por su derecho a adelantar de grado para que estuviera en el adecuado a su capacidad. Así, saltó de sala de 4 a primer grado, luego rindió libre segundo grado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y cuando quedó habilitado para cursar tercero, desde la Dirección General de Educación Privada (DIEGEP) se dispuso obligarlo a retroceder, algo que la Justicia dejó sin efecto. Ahora cursa cuarto grado en un colegio privado de la Ciudad y por primera vez en mucho tiempo dice que lo tratan con amabilidad y que no se siente señalado.

Soledad Heith, su madre, cuenta que para llegar a este nivel de bienestar Benja tuvo que recorrer un largo camino y pasar por pruebas de coeficiente intelectual y de escala madurativa, algo que no fue sencillo porque en la Argentina hay pocos especialistas en psicodiagnóstico para niños de altas capacidades.

A poco de nacer, sus padres ya se percataron de que Benja era un bebé muy adelantado e incluso un pediatra les sugirió que “aflojaran” con la estimulación. Pese a los consejos, a los seis meses el nene empezó a hablar, ya diferenciaba los colores y tenía reacciones de niños más grandes. Al año y medio le dijo a la madre que ya no usaría más pañales.

“Recibimos consejos equivocados, sufrimos maltrato, nadie evaluaba lo mal que lo pasan estos chicos cuando no se los entiende; las maestras en lugar de capacitarse y adaptar sus conocimientos hasta lo echaron de un colegio y la consecuencia fue que a los 4 años estaba deprimido”, apunta Andrés, el padre, y valora a un médico que les sugirió que Benja fuera a un jardín maternal al cumplir el año y medio.

Sin embargo la experiencia no resultó enriquecedora para la formación del nene. “En ese jardín lo ataban a una silla porque él no quería dormir como el resto, sino jugar con los más grandes; también pasó situaciones en los que con tres años las maestras le discutían porque él planteaba otras interpretaciones de los cuentos infantiles o simplemente cuestionaba, por ejemplo, que los lobos no hablan”, recuerda Soledad.

Para los padres no fue difícil darse cuenta de que el nene se frustraba al no recibir la educación que necesitaba, por eso les pidieron a los docentes que se capacitaran e incluso encontraron cursos sin costos para ellos, pero dijeron que nunca encontraron eco.

Por todos los obstáculos que tuvieron, Soledad está convencida de que mientras la discapacidad genera empatía, los nenes superdotados sufren el rechazo. “Estos nenes tienen otra forma de percibir el mundo, lo hacen de otra manera, son más intensos emocionalmente”, resume la mamá.

En ese contexto, Andrés asegura que es muy importante que se respete el derecho de los niños superdotados a recorrer la trayectoria educativa que necesitan en cada etapa: “hay estudios que indican que la tercera parte de ellos se va a destacar, otra tercera parte quedará mal y la otra tercera termina camuflándose”.

Con relación a cuándo se dieron cuenta de que el nene tenía que pasar a niveles superiores, se explica que en la sala de 4 distintas evaluaciones revelaron que Benja estaba en condiciones de pasar a primer grado. “Para ir al jardín el nene me pedía usar una máscara, sentía que nadie lo entendía, que era un problema, una carga”.

¿CÓMO ES VIVIR CON UN NIÑO SUPERDOTADO?

Amor, respeto y límites son los valores con los que los padres acompañan el crecimiento de Benjamín. El nene asiste a un establecimiento de doble jornada, de 8 a 16. Ahora con sus compañeros de cuarto grado se lo ve feliz y extrovertido. Ama las matemáticas y aprendió las tablas de multiplicar haciendo deducciones.

Además de cumplir con las tareas escolares, se apasiona por los deportes, juega al fútbol, al ajedrez, practica taekwondo y ama pasar el tiempo con Ramiro, su mejor amigo a quien conoció en la colonia de vacaciones.

Su madre asegura que es un nene alegre y curioso, una de sus características es preguntar y cuestionar todas las normas para saber a qué responden.

Es muy independiente e incluso hace algunos años, al ver que la mamá estaba demorada en su trabajo, llegó a prepararse la comida solo.

Entre los temas de conversación puede hablar del universo paralelo o de lo incierto del mañana. “El futuro siempre sorprende porque cambia cuando llega el presente”, es una de sus reflexiones cotidianas. Pese a que pueda pensarse que el pequeño se la pasa estudiando o leyendo, en el tiempo libre prefiere jugar con la pelota.

“Siempre se tuvo que defender de algo, ahora llega del colegio y nos dice que lo tratan con amabilidad”, cuenta Soledad y destaca el gesto de una madre del colegio que la llamó para felicitarla por Benja.

Los padres aseguran que luchan para que Benjamín tenga los mismos derechos que el resto de los niños, sin que se lo haga sentir hostigado. “Los niños superdotados necesitan que les enseñen, no nacen con el conocimiento incorporado, deben ser aceptados por quienes son y acompañados”, afirma la mamá.

Andrés y Soledad, padres del niño/ G. Calvelo

EL ROL DE LA JUSTICIA

Tal como publicó este diario, recientemente la justicia de La Plata le volvió a dar la razón a Benjamín, a quien el año pasado la dirección de Educación provincial intentó negarle la posibilidad de pasar a tercer grado - ahora cursa cuarto -.

Se enfatizó en la prioridad de atender el interés superior del niño. Así lo resolvió la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo de La Plata que le dio la razón al fallo de primera instancia resuelto por el Juzgado N° 1 de Garantías.

El caso había trascendido el año pasado tras haber sido publicado por EL DIA cuando la cartera educativa había dispuesto que el alumno regresara a segundo grado.

Benjamín estaba cursando tercero, y había aprobado el segundo grado luego de un examen que rindió en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Su familia interpuso un amparo ante la decisión administrativa de la cartera educativa provincial y la Justicia hizo lugar al pedido presentado por la representante legal de la familia, la abogada Fabiana Rogliano.

Benjamín disfruta del fútbol

 

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