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Información General |Crecen los reclamos

Inseguridad en los barrios: el desafío cotidiano de vivir con miedo

Vecinos de distintas zonas de la Ciudad hablan de un creciente número de delitos y piden mayor presencia policial, mientras cambian hábitos en nombre de la seguridad e invierten en más recursos para protegerse

31 de Julio de 2022 | 06:12
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“La preocupación por el tema de la inseguridad es permanente. Vivimos encerrados. Primero pusimos rejas, después alarmas, después cámaras, pero nada es suficiente. Lo único que pedimos es vivir tranquilos”, dice Marta Molinari, una vecina de Los Hornos, integrante de un grupo de vecinos reunidos ayer en el club Comunidad Rural que destacó que el delito en esa zona está en aumento, “desde el raterismo a las entraderas” y que incluso hay gente que, cansada, decidió dejar el barrio. Situaciones similares se viven en City Bell, donde los comerciantes lamentan que el centro haya perdido mucho de la tranquilidad que otrora lo caracterizara mientras crece el accionar de bandas de adolescentes. Y en Tolosa, donde los vecinos lamentan que de la mano del incremento del delito se hayan perdido típicas costumbres barriales, desde lavar el auto en la vereda hasta salir después de las ocho de la noche.

Y es que la preocupación por la seguridad está cada vez más presente en los barrios de La Plata, donde los vecinos invierten cada vez más en alarmas (domiciliarias y vecinales), cámaras, rejas y elaboran protocolos de seguridad mientras reclaman más presencia policial.

“Primero fueron las rejas. Después las alarmas. Más tardes las cámaras. Pero nada de esto resuelve el problema, que no puede depender sólo del esfuerzo de los vecinos”, decía ayer un vecino de Los Hornos.

Todo para ilustrar una inquietud que es creciente y para la que todavía no reciben una respuesta que los satisfaga, según surge de una recorrida que hizo este diario por distintos barrios platenses.

En City Bell

Vecinos de la zona comercial de City Bell y sus alrededores destacan que es creciente la preocupación por el accionar de banditas de adolescentes que roban por la zona. Y que de la mano de este tipo de delitos y de otros, como las entraderas, van cambiando muchas de las costumbres que tradicionalmente caracterizaron a la zona.

“Antes el comercio del centro de City Bell cerraba tarde. A las 20,30 en invierno, 21,30 en verano. Hoy a las 19,30 ya hay gente que está bajando la cortina, porque nadie se siente seguro. La localidad, que antes era sinónimo de tranquilidad, ahora vive estresada por la inseguridad”, dice por caso Martín Bizet comerciante de la zona.

En la zona comercial y alrededores, dicen los vecinos, se nota un problema hoy reiterado. Y es que desde que se implementó el estacionamiento medido, los comerciantes que permanecen muchas horas en el lugar estacionan más lejos, a entre 200 y 300 metros de la calle Cantilo, donde los autos quedan solos en una zona sin luces. Entonces se producen muchos robos de ruedas, al tiempo que se nota el accionar de bandas que usan inhibidores de alarmas, abren los autos y se llevan todo lo que encuentran adentro.

“Con la Cámara de Comercio la primera propuesta para resolver los problemas de inseguridad fue hablar con los funcionarios de turno, con gente del Ministerio de Seguridad y del Municipio. Y tenemos siempre la misma respuesta, que es un problema de bandas de menores de edad y que no hay mucho para hacer con el marco legal vigente”, dice Bizet.

Los vecinos dicen que se logró que se refuerce la cantidad de patrulleros en la madrugada, lo que favoreció que disminuyeran la rotura de vidrieras por parte de ladrones que entraban por la madrugada a robar. Aunque sigue haciendo casos.

El mayor problema ahora lo tienen de día, dicen, momento en que “seguimos extrañando a la policía local, que era la que caminaba el barrio, tenia el contacto con el comerciante, conocía la problemática de la zona y la verdad es que nos sentíamos acompañados y seguros. Si bien ahora hay policías, es muy intenso los sábados, por caso, el movimiento de banditas de adolescentes que se pelean, que hacen vandalismo. Y el comercio se ve debilitado, porque ya no se trata de un centro comercial tranquilo. Como lo había sido tradicionalmente. Pasa a ser un centro más del montón. Es cierto que mejoró la presencia policial, pero no alcanza y siempre va un paso adelante el vandalismo, la delincuencia. Y creo que vamos camino a estar cada vez peor. Cualquier medida que pueda tomar el gobierno provincial o la municipalidad siempre va a ser poco con respecto al avance de la delincuencia. Tiene que haber un cambio profundo en las leyes en relación a los menores que delinquen”, opina Bizet.

Para los comerciantes de City Bell, uno de los motivos de preocupación es el cambio que tuvieron que instrumentar en sus rutinas en función de la inseguridad.

“Pertenezco a una tercera generación de comerciantes y lo primero que cambió es tener cerrada la puerta de un comercio, que es prácticamente como tener las luces de la vidriera apagada. Hoy los comerciantes tenemos las puertas cerradas con porteros eléctricos para que la gente golpee y esperás un segundo para verle la cara y abrirle la puerta al cliente. Desde el marketing ese es un error garrafal, pero no nos queda más remedio que encerrarnos en nuestros propios negocios para ver a quién dejamos entrar. Hoy sistemas de seguridad, cámaras de vigilancia, alarmas monitoreadas, son algo normal. Hace un par de años sólo algunos los tenían. Y así y todo, los delincuentes ven las cámaras instaladas y se animan a entrar igual y se animan a robar. Entonces cualquier comercio tiene dos o tres cámaras apuntando a la caja”.

Los cambios de horario no tienen que ver sólo con el cierre. Según afirman en la zona, muchos locales que intentaron hacer un horario corrido a la siesta, no lo están haciendo más por temor a la inseguridad.

Tolosa

En Tolosa, en tanto, se habla de un empeoramiento de la seguridad, con un incremento de las entraderas, de las presencia de gente que camina por los techos a la noche y se cuela en las casas y de una sensación que se describe como “de desprotección total”.

“La desprotección es total, no se ve un patrullero, un policía y mientras tanto podemos ver gente que circula en plena calle 7 con motos sin patente. A veces se llama al 911 y no responde. Hay ocasiones en que el comisario viene con su auto particular porque no tiene patrulleros”, cuentan vecinos y comerciantes reunidos por este diario en la esquina de 7 y 524.

Mientras tanto, los vecinos cambian costumbres, se afirma. Tradiciones típicas del barrio como salir a lavar el auto a la vereda ya se consideran demasiado arriesgadas. Tal como salir de noche: “para salir después de las ocho de la noche tenés que tener el auto de Batman”, dice Carlos, un vecino de 7 y 524.

También, como sucede en casi todos los barrios, se refuerza la seguridad del vecindario a partir de los propios vecinos.

“En un primer momento se instalaron alarmas; en una segunda etapa las cámaras, pero esto con recursos de los propios vecinos. Las cuadras se manejan con un protocolo de seguridad. Cuando suena la alarma vecinal se esperan 30 segundos por si fuera un error. Pasado ese tiempo se activa un grupo de WhatsApp de alerta vecinal en el que hay encargados de llamar al 911 y otros de hacer lo mismo con la comisaría”, cuentan.

Los vecinos dicen que se vive alterado por la inseguridad y que las cámaras de seguridad “asustan un poco”, pero no resuelven el problema. Así lo afirma Jorge, otro vecino de Tolosa que agrega que “la solución puede ser volver al agente en la calle. Que haya policía no es lo mismo que estar solo”.

En los Hornos

Vecinos de Los Hornos destacaron, por su parte, que en el barrio se incrementaron los robos, que se reforzaron las medidas de seguridad tomadas por los propios vecinos y que hasta hay vecinos del barrio que se fueron por la situación de inseguridad.

Enzo Florentino, vicepresidente de Comunidad Rural reconoce que “no estamos tranquilos”, mientras Marta Molinari destaca que son muchos los vecinos que viven encerrados en sus casas por el incremento de los robos: “pusimos alarmas, pusimos cámaras, pusimos rejas. Tenemos un grupo de WhatsApp para cuidarnos entre nosotros. Y sin embargo seguimos escuchando tiros todas las noches, los ladrones se meten en las casas y vivimos con miedo. Estamos abandonados del mundo, pagamos todas nuestras tasas e impuestos. Pedimos que alguien haga algo”.

Francisco, otro vecino del barrio, destacó que desde 2020 a la fecha se incrementaron mucho los delitos, desde el raterismo a situaciones más extremas como las entraderas: “Hemos planteado el problema a muchos funcionarios sin obtener respuesta. Y hay vecinos que se fueron del barrio. Pusimos rejas, cámaras, alarmas vecinales invirtiendo en eso mucho dinero . Pero los robos siguen”,

Cada vez más barrios crean protocolos de seguridad o suman alarmas vecinales

Vecinos dicen que la inseguridad cambia costumbres e impacta en la calidad de vida

 

 

 

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Rejas, cámaras, alarmas domiciliarias y vecinales, los vecinos suman recursos para sentirse más seguros / Gonzalo calvelo

La inquietud por la seguridad, cada vez más presente / Gonzalo calvelo

Vecinos de los hornos hablan de un crecimiento dl delito y piden más presencia policial / el DIA

Vecinos de Tolosa dicen que la inseguridad cambia las costumbres del barrio / el DIA

“Hoy los sistemas de seguridad, las cámaras de vigilancia y las alarmas monitoreadas son algo normal. Hace un par de años sólo algunos los tenían” - Martín Bizet - Comerciante de City Bell

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