Recuperó la manera de jugar que mejor le sale y lo liquidó

Se instaló donde esperaban estar Boca y River, entre los ocho mejores del continente. Fue intenso como debía y lo resolvió con absoluta justicia

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Por MARTÍN MENDINUETA

@firmamendinueta

Mejor, imposible. Noche redonda. Ante una multitud que lo despidió colmándolo de mimos y cariño, Estudiantes venció por demolición a Fortaleza y se instaló en la sala VIP de cuartos de final de la Libertadores, el mismo recinto donde les encantaría estar a los poderosos Boca y River.

Haciendo rápido y muy bien los deberes, el León del Ruso sacó a relucir su estirpe copera desde el primer minuto y en un tiempo ya le hizo el daño suficiente a su huésped brasileño como para encaminar la clasificación.

Con otra gran noche de los uruguayos Agustín Rogel y Manuel Castro, el hambriento anfitrión liquidó el pleito muy temprano, a los doce minutos del complemento; con la única tristeza de haber perdido por lesión a su delantero referencial, Mauro Boselli.

Prácticamente sin trabajo para Andújar, lo mejor que hizo el Pincha fue recuperar la manera de jugar que mejor le sale, la que ejerce gobernado por un nivel de búsqueda en ataque difícil de soportar para quien lo enfrente.

Después de haberse mostrado flácido y permeable en el torneo local, el brutal cambio de semblante hizo que sus hinchas sintieran que el avance copero era más que probable. Y así ocurrió. Las noche terminó tarde y con una fiesta donde también participaron los jugadores unos minutos, cuando se abrazaron, ya ganadores, en el círculo central.

Otra gran noche en la Copa de Rogel. El uruguayo hizo en la cancha lo que más disfrutan los hinchas

 

INTENSIDAD Y ANTICIPOS, CLAVES EN UN BUEN PRIMER TIEMPO DEL LEÓN

Con estadio repleto y sabiendo que su gente le estaba demandando una saludable reacción con respecto a sus dos últimas presentaciones en el ámbito local, el Pincha salió a jugar aplicando la receta que mejor le sale.

Intensidad plena, presión para anticipar y convicción ofensiva fueron los mejores atributos de quien ganó de modo inobjetable la pulseada del capítulo inicial.

Con un gran trabajo de Agustín Rogel (partícipe indispensable del gol de Castro y autor de una conquista anulada a instancias del VAR) y un valioso patrullaje de Fernando Zuqui en tres cuartos de cancha, el anfitrión asfixió a un rival con escasos recursos que terminó de complicarse la vida cuando perdió por expulsión a Pikachu.

En la primera mitad quedó la nítida sensación de que Estudiantes estuvo más cerca del segundo grito que Fortaleza de llegar al empate.

NO HUBO SUSPENSO, SIEMPRE SE SINTIÓ EL DUEÑO DE LA NOCHE

La cómoda victoria significó el medicamento exacto para volver a poner en su altura habitual a la autoestima albirroja. Cada uno de los goles fue recuperando a los jugadores, al cuerpo técnico y a los hinchas de ese malestar que había ocasionado un sensible bajón.

Esta vez no hubo dudas ni reproches de ninguna índole. Sólo felicitaciones. Estudiantes regó la cancha con la actitud y el nivel de concentración que le reclamaba la crucial ocasión.

 

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