Netanyahu, acorralado y sin más vía que tratar de destruir a Hamás

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Por PATRICK ANIDJAR

AFP

El ataque sorpresa de Hamás contra Israel sacudió los cimientos del gobierno de Benjamin Netanyahu, ya bajo presión por un enredo político-judicial y compelido ahora a abocarse a una única tarea: desintegrar la infraestructura islamista en Gaza.

El cambio de prioridades políticas se explica por el trauma colectivo provocado por la operación llevada a cabo por una organización calificada de terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, que dejó al menos 1.200 muertos en Israel, la mayoría civiles y entre ellos muchas mujeres y niños.

Por no hablar de la captura de decenas de civiles, llevados como rehenes a Gaza. “Netanyahu está acorralado. Todo el mundo lo presiona, incluso dentro de su partido”, el Likud, afirmó un reconocido experto de la política israelí, Akiva Eldar.

Según este especialista, ni siquiera el apoyo brindado a Netanyahu por el presidente estadounidense, Joe Biden, constituye un “cheque en blanco”. “Bibi [apodo popular de Netanyahu] se ve obligado a destruir la infraestructura de Hamás. Pero si eso implica que los niños de Gaza empiecen a morir de hambre, la opinión pública mundial, por el momento favorable a Israel, cambiará”, afirma Eldar.

Una operación militar contra Gaza presenta otros riesgos. “La respuesta debe ser proporcional a los horrores cometidos por Hamás, pero Netanyahu no puede permitirse cargar con la muerte de mil soldados y de los rehenes”, subraya.

El primer ministro al frente del gobierno más derechista de la historia de Israel debe evitar además la parálisis del país, como la ocurrida durante los 34 días de la guerra contra el Hezbolá libanés en 2006, advierten los economistas. Una parálisis probable, según una fuente militar israelí, dado que el ejército no está preparado para combatir en tres frentes: Gaza en el sur, el Hezbolá en el norte y un eventual levantamiento en Cisjordania ocupada, en el este.

Netanyahu y uno de los principales dirigentes de la oposición, el centrista Benny Gantz, anunciaron el miércoles la formación de un gobierno de emergencia que permanecerá en funciones hasta el fin de la guerra.

En su primera alocución al frente del nuevo gobierno, el mandatario prometió “aplastar” a Hamás y señaló que cualquier miembro de esa organización podía considerarse “un hombre muerto”.

La entrada de Gantz al gobierno “reducirá las tensiones, sin cambiar nada en el fondo”, estima el politólogo y exdiputado laborista Daniel Bensimon. “Netanyahu tiene los días contados y lo sabe. No sobrevivirá a esta crisis. Su carrera política está acabada. En Israel nunca había ocurrido algo semejante desde su fundación” en 1948, agrega.

 

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