Agrotóxicos en Argentina: detectan los niveles más altos del mundo

Investigadores del CONICET registraron en los sábalos del río Salado, en la provincia de Santa Fe, las concentraciones más altas a nivel planeta de nueve biocidas de uso masivo en cultivos transgénicos

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Las concentraciones más altas a nivel mundial de nueve biocidas de uso masivo en cultivos transgénicos, principalmente de soja, maíz y algodón, fueron registradas por investigadores argentinos en los sábalos del tramo inferior del río Salado, en la provincia de Santa Fe.

El alarmante hallazgo, publicado en la revista Science of The Total Environment, fue hecho por investigadores del Conicet y la Universidad Nacional del Litoral (UNL) al analizar muestras de sedimentos y tejidos de sábalos en diferentes sitios del curso bajo del río Salado.

En esa cuenca fluvial rodeada de cultivos genéticamente modificados, los científicos demostraron que las poblaciones de sábalos, incorporaron en sus tejidos múltiples residuos de insecticidas, herbicidas y fungicidas.

“Los resultados de nuestro estudio determinaron concentraciones máximas muy altas de herbicidas polares, principalmente glifosato y sus productos de degradación, y glufosinato de amonio (herbicida) en tejido muscular de peces, mayores que los registrados para peces de agua dulce en otros estudios a nivel mundial”, aseguraron los investigadores.

Las concentraciones de agrotóxicos halladas en estos peces, que se alimentan del sedimento del fondo de los ríos, “son extremadamente altos: no existe en la literatura científica registros de esa magnitud, por eso en el trabajo se dice que son los valores más altos registrados en el mundo. Esto fue avalado por un comité científico de una de las revistas más prestigiosas del mundo en contaminación ambiental”, resalta Rafael Lajmanovich, uno de los responsables de la investigación.

Como menciona el investigador, que integra el Laboratorio de Ecotoxicología de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la UNL, si bien se analizaron en forma simultánea peces localizados a lo largo de más 100 kilómetros del río Salado, el hallazgo se produjo en “ese tramo que atraviesa una zona productiva extremadamente productiva que estaba poco estudiado”.

Lo que los investigadores detectaron en músculos y vísceras de los fueron nueve plaguicidas, principalmente herbicidas (organofosforados, cloroacetamidas y triazinas), insecticidas (piretroides y organofosforados) y un fungicida.

Por tratarse de una mezcla de nueve biocidas, Lajmanovich señala que “hay que tener en cuenta la sinergía”, ya que “la combinación suele tener efectos tóxicos que son mayores que la suma de las toxicidades individuales”.

Por otra parte, “si bien se estudió sólo en Santa Fe, este tema es como un embudo. Lo que se caracteriza acá se denomina contaminación difusa”, dice el investigador, quien afirmó que “el origen son los cultivos agroindustriales que están en todas las cuencas”.

La contaminación fue detectada “en el último tramo del río y eso hace pensar que probablemente los tramos superiores estén contaminados, aunque no lo podemos afirmar hasta no tener muestras”, reconoce el investigador.

PARA CONSUMO HUMANO

Para el análisis de los residuos, los científicos compraron los ejemplares a pescadores locales ubicados en los mismos cinco sitios de muestreo donde se recolectaron los sedimentos, quienes los ofrecían en venta para el consumo humano.

En esas muestras “Demostramos que el glifosato tiene una mayor afinidad por el tejido muscular”, comenta Lajmanovich al explicar que “el músculo es lo que más importa para el consumo, porque las vísceras se tiran”.

El glifosato junto con su metabolito (AMPA) estuvieron presentes en el 100% de los peces, mientras que el glufosinato de amonio (herbicida) ocupaba el segundo lugar con el 50%.

En tanto, los insecticidas piretroides (cipermetrina y lambda-cihalotrina) se encontraron en el 43,75 % de las muestras de vísceras de los peces en todos los sitios estudiados.

El sábalo es un pez nativo neotropical de amplia distribución que se extiende hasta las cuencas de los ríos Paraná-Paraguay y Paraíba do Sul en América del Sur.

Aunque esta especie es una de las principales fuentes de alimento de los habitantes ribereños y tiene un nivel importante en la red trófica acuática, su salud no se controla, alerta el estudio

En sus conclusiones, el trabajoo advierte que “este grado de contaminación provoca un aumento significativo de los efectos nocivos para la salud de los peces por la presencia simultánea de plaguicidas en dosis subletales y, además, puede suponer un grave riesgo para toda la fauna acuática y la salud humana.

DE USO MASIVO

El uso masivo de agroquímicos en Argentina determinó en 2017 un consumo de 196.008 toneladas de plaguicidas, de las cuales el 93,7% fue glifosato, de acuerdo a cifras del estudio.

 

Argentina es el tercer país en el mundo que más utiliza glifosato, un fenómeno que se concentra en cinco provincias: Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, Buenos Aires y Salta”.

Rafael Lajmanovich Investigador del CONICET

 

Argentina “es el tercer país en el mundo que más utiliza glifosato, un fenómenos que se concentra en cinco provincias: Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, Buenos Aires y Salta. Utilizamos una proporción similar a Brasil”, detalla el investigador del CONICET.

Aunque la contaminación por agroquímicos constituye actualmente un problema global, el 95 % de los cultivos transgénicos se produce en China, Estados Unidos, Canadá, Brasil y Argentina.

Sólo cinco países
Si bien la contaminación por agroquímicos constituye actualmente un problema global, cerca del 95 % de los cultivos transgénicos, que requieren de ellos, se concentra en sólo cinco países: China, Estados Unidos, Canadá, Brasil y Argentina.
Agrotóxicos

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