Beneficios de compartir la mesa
Edición Impresa | 26 de Febrero de 2023 | 08:38

1. FOMENTA LOS BUENOS HÁBITOS ALIMENTICIOS
Un estudio publicado en JAMA Network Open muestra que comer con los miembros de la familia se asocia con una mejor dieta en general, especialmente entre los adolescentes.
Se determinó que los jóvenes que se sientan a la mesa con sus seres queridos son más propensos a consumir frutas y verduras, y menos comida rápida y bebidas azucaradas. Esto ocurre independientemente del grado de funcionalidad del núcleo familiar, según el estudio.
2. PREVIENE PROBLEMAS PSICOSOCIALES
De acuerdo con una revisión sistemática realizada por el Colegio de Médicos de Familia de Canadá, las cenas frecuentes en el hogar pueden prevenir problemas relacionados con los trastornos alimentarios, el consumo de alcohol y otras sustancias adictivas, el comportamiento violento, la depresión y los pensamientos suicidas en los adolescentes.
3. AYUDA A LOGRAR EL PESO ADECUADO
Otra investigación científica, en esta ocasión publicada en el Journal of Pediatrics, descubrió una correlación directa entre la frecuencia de las comidas en casa durante la adolescencia y la reducción de las probabilidades de padecer obesidad diez años después, especialmente entre los jóvenes de raza negra.
El estudio concluye que las personas deben tratar de reunirse con los suyos al menos una o dos veces a la semana. De este modo, y entre otras muchas cosas, se contribuye a proteger a los menores ante los problemas de peso en el futuro.
4. MEJORA LA AUTOESTIMA DE NUESTROS HIJOS
La seguridad que brinda el compartir el pan en familia con regularidad puede ayudar a los niños a sentirse más seguros de sí mismos, según los expertos de Stanford Children’s Health, un sistema de atención médica pediátrica afiliado a Stanford Medicine y Stanford University.
Al alentar a tus hijos a hablar sobre su día —y al escuchar genuinamente sus respuestas—, les estás comunicando que valoras y respetas quiénes son. Se debe permitir que los menores elijan sus propios asientos y se les debe animar a ayudar con las tareas relacionadas con la cena, ya sea poner la mesa, quitarla, lavar los platos o cualquier otra.
5. MEJORA LAS HABILIDADES COMUNICATIVAS
Una investigación de 2018 difundida por el medio Science Daily determinó que un grupo de niños de 6 años cuyas familias se reunían frecuentemente a comer desarrollaban mejores habilidades comunicativas a lo largo de su infancia.
Además de la salud y el estado físico general, la interacción social y las discusiones sobre temas actuales en la mesa pueden hacer que los menores se comuniquen mejor, señaló la autora principal del estudio, Linda Pagani, profesora de psicoeducación de la Universidad de Montreal.
6. UNA AYUDA FRENTE AL CIBERACOSO
Una investigación publicada en JAMA Pediatrics, basada en una encuesta de casi 19.000 estudiantes, encontró asociaciones claras entre el ciberacoso y la ansiedad, la depresión y el abuso de sustancias. Es un tema importante, ya que uno de cada cinco jóvenes ha sufrido acoso cibernético en alguna ocasión.
Los adolescentes que cenaron con sus familias regularmente tuvieron menos problemas de este tipo.
Los autores del estudio señalan que el contacto regular con los seres queridos facilita una mayor orientación de los padres. Además, se fomenta la comunicación abierta con los hijos.
7. ES UN COMPLEMENTO DE LA TERAPIA
Los hábitos de cena pueden proporcionar una información bastante valiosa a los terapeutas en los casos en los que los miembros de la familia se acuden juntos a este tipo de intervenciones psicológicas, según un estudio publicado en la revista A&NZ Journal of Family Therapy.
Además, se puede alentar a los padres a conversar en este momento del día sobre las lecciones aprendidas durante la terapia. Ello permitirá, por ejemplo, experimentar con nuevos roles y patrones de comunicación.
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