Problemas con el sueño: el reflejo de lo oculto en el inconsciente
Edición Impresa | 30 de Julio de 2023 | 09:07

Los sueños, esos enigmáticos viajes nocturnos que realizamos mientras dormimos, han sido objeto de fascinación e interés desde tiempos inmemoriales. Para el doctor Flavio Calvo, psicólogo, docente, tallerista y autor, los sueños son mucho más que simples manifestaciones oníricas: “Son el reflejo de lo reprimido en el inconsciente, el espejo de nuestros sueños y anhelos, así como de nuestros miedos; son formas que tiene el inconsciente de proyectar partes de nuestra personalidad”.
Históricamente, los sueños han sido objeto de diversas interpretaciones y significados. Ligados a lo mítico y las profecías, se han buscado revelaciones sobre el futuro a través de ellos. Desde los sueños relatados en la Biblia hasta el psicoanálisis, pasando por aquellos que buscan números para la quiniela, los sueños han intrigado a la humanidad. No obstante, como destaca Calvo, la interpretación de los sueños es altamente subjetiva y personal, dependiendo de la historia, creencias y contexto de cada individuo. Soñar con una rata no implica hacerse rico, ni soñar con fuego señala necesariamente problemas de contención.
Para entender los trastornos del sueño, es necesario comprender qué son los sueños y cómo se producen. Los sueños son historias visuales y sensoriales que experimentamos durante la fase REM (“Rapid Eye Movements”), caracterizada por el movimiento rápido de los ojos. A lo largo de una noche, es posible tener alrededor de 30 a 40 sueños, aunque muchos de ellos no sean recordados al despertar. Los sueños ocupan una porción significativa de nuestras vidas, llegando a ocupar aproximadamente seis años de la existencia de una persona. Aunque nuestra mente consciente parece estar “apagada” durante el sueño, el cerebro y el organismo siguen activos. El cerebro procesa emociones y desarrolla creatividad, lo que ayuda a comprender, asimilar, integrar y acomodar los aprendizajes del día. Los sueños, por tanto, contienen “restos diurnos”, fragmentos de lo vivido en el día.
La privación crónica del sueño puede contribuir al desarrollo de problemas
A pesar de la importancia de los sueños, no siempre los recordamos fácilmente. Esto se debe a que el proceso de procesamiento de los sueños difiere del estado de vigilia. Los lóbulos frontales, que son esenciales para la memoria y los recuerdos, permanecen inactivos durante la fase REM del sueño, lo que dificulta el recuerdo de los sueños al despertar.
Los trastornos del sueño representan un desafío para muchas personas. Existen diversas condiciones que afectan la calidad y la cantidad de sueño, como el insomnio, las pesadillas, el trastorno por pesadillas recurrentes, la apnea del sueño y la narcolepsia, entre otros. Estos trastornos pueden tener un impacto significativo en la salud física y mental de una persona.
El insomnio, por ejemplo, es una dificultad persistente para conciliar el sueño o mantenerlo, lo que conduce a la falta de descanso y afecta el rendimiento diurno. El estrés, la ansiedad, el consumo excesivo de cafeína o el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir son factores que pueden contribuir al desarrollo del insomnio.
Las pesadillas recurrentes, por su parte, generan angustia y miedo durante el sueño, perturbando el descanso y provocando despertares frecuentes. Estas pesadillas pueden estar asociadas con traumas pasados o problemas emocionales no resueltos.
La apnea del sueño es un trastorno que se caracteriza por la interrupción recurrente de la respiración durante el sueño. Esto puede dar lugar a somnolencia diurna, falta de energía y problemas de concentración.
La narcolepsia, por otro lado, es una afección que provoca una somnolencia extrema y repentina, incluso durante actividades diurnas. Quienes padecen este trastorno pueden experimentar episodios de cataplejía, que consisten en una pérdida súbita del tono muscular en respuesta a emociones intensas.
Los sueños son historias visuales y sensoriales que experimentamos en la fase REM
Los trastornos del sueño no solo afectan el bienestar físico, sino también la salud mental. La privación crónica del sueño puede contribuir al desarrollo de problemas como la depresión y la ansiedad. Además, la falta de sueño puede disminuir la capacidad para tomar decisiones, regular las emociones y resolver problemas eficazmente, tal como señaló el Dr. Calvo en relación con los beneficios del sueño.
Afortunadamente, los trastornos del sueño pueden tratarse y gestionarse con intervenciones adecuadas. Consultar a un profesional de la salud especializado en el sueño puede ser fundamental para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento efectivo.
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