La economía mejora y el país, dividido

Edición Impresa

Mauricio Savarese

Al presidente brasileño Luis Inácio Lula da Silva le gusta jactarse de que tuvo un buen primer año tras volver al ocupar el puesto. La economía está mejorando, el Congreso aprobó un proyecto de reforma fiscal largamente demorado, los agitadores que querían derrocarlo ya están en la cárcel, y a su predecesor y enemigo Jair Bolsonaro le fue prohibido postularse a un cargo público hasta 2030.

De todas formas, el mandatario de 78 años ha pasado apuros para incrementar el respaldo del que goza entre ciudadanos y legisladores. Algunos reveses duros, incluidas una serie de votaciones en el Congreso para anular sus vetos, dejan entrever que el futuro de Lula podría ser menos productivo en un Brasil prácticamente dividido en partes iguales entre sus simpatizantes y los de Bolsonaro.

“La polarización política en Brasil es tal que cristalizó las opiniones de los votantes de Lula y Bolsonaro más allá de la economía”, dijo el consultor político Thomas Traumann, autor de un éxito de librería sobre las divisiones políticas en el país. “Estos grupos están separados por puntos de vista muy distintos sobre el mundo; los valores que forman la identidad de cada grupo son más importantes que los precios de los alimentos y las tasas de interés”.

Lula asumió la presidencia el 1 de enero de 2023 tras una apretada victoria sobre Bolsonaro en octubre de 2022. Al principio de su periodo de cuatro años, sólo una cuarta parte del Congreso de Brasil lo respaldó. Líderes empresariales y de la oposición temían que Lula se había inclinado demasiado hacia la izquierda.

Edificios gubernamentales fueron destruidos en la capital Brasilia en un motín encabezado por simpatizantes de Bolsonaro el 8 de enero de 2023, y parecía seguro que habría más agitación. El exministro de Finanzas Paulo Guedes, entre otros conservadores, pronosticó que las políticas de Lula harían que la economía de Brasil pronto decayera tanto como las de Argentina y Venezuela.

Se pronostica que la economía de Brasil crecerá 3% en 2024 en lugar del 0,6% que prevén los economistas de mercado. La inflación parece controlada en aproximadamente 4,7% anual, ligeramente por encima de lo pronosticado pero lejos de los dos dígitos de años recientes. La tasa de desempleo cayó a 7,5% en noviembre, un punto porcentual por debajo del día en que Bolsonaro dejó la presidencia.

La bolsa de valores de Sao Paulo alcanzó niveles récord en diciembre, elevándose por encima de 134.000 puntos por primera vez en su historia. El real de Brasil también está ascendiendo frente al dólar. Todo ello hizo que Lula volviera a mostrarse optimista e inclinado a viajar al extranjero, aspectos de su personalidad que estuvieron ausentes durante casi una década de abatimiento personal.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE