Un discurso beligerante contra muchos
Edición Impresa | 10 de Diciembre de 2024 | 02:00

Adicto a las redes sociales para reproducir cumplidos y repartir agravios, el presidente, Javier Milei, introdujo en un año de gobierno un léxico creativo para el insulto.
El líder ultraliberal llama “econochantas” a los economistas que considera “chantas” (farsantes) porque cuestionan su política económica. Tal fue el caso grave que sufrió el exministro Ricardo López Murphy, a quien trató de “fracasado”, “traidor” y “basura”. No fue el único. Pero el ensañamiento con López Murphy se debió a que no estuvo en la reunión de Diputados en la que se trataban proyectos que el presidente consideraba fundamentales; el economista estaba en Estados Unicos acompañando a una hija gravemente enferma que murió poco después. Antes, lo ponderaba.
Milei, mientras, se refiere a sus adversarios políticos como “mandriles”, “ratas”, “parásitos”, “degenerados fiscales” y “casta putrefacta”. Y “sindigarcas” a gremialistas a quienes acusa de “garcas” (estafadores).
“El discurso de Milei es atípico por su agresividad y violencia simbólica”, dijo a AFP Ezequiel Ipar, director del Laboratorio de Estudios sobre Democracia y Autoritarismos (LEDA) de la Universidad Nacional de San Martín. Los discursos de odio no nacieron con el presidente, prosigue, pero él sabe “organizarlos y orientarlos” para sintonizar con el malestar social.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, justifica el estilo del mandatario diciendo que se trata de “una persona súper respetuosa que defiende la libertad de expresión como nadie”.
Tal visión de la libertad de expresión como un “privilegio absoluto” es para Ipar un sello de las derechas radicales contemporáneas -con Donald Trump y el expresidente brasileño Jair Bolsonaro a la cabeza- y una “mala interpretación” que busca igualarla con la “libertad de agredir, de amenazar y de hacer discursos estigmatizantes”.
El 65,7% de los argentinos cree que “el odio y la intolerancia están aumentando” desde que gobierna Milei, según una encuesta de septiembre de la consultora Zubán Córdoba.
Milei también suele cargar contra la prensa. El mes pasado escribió en X que los periodistas son “delincuentes del micrófono”.
En sus discursos suele atacar a los “periodistas ensobrados” (corruptos) y en un mitin reciente defendió a sus “trolls” por “mostrar la realidad” mejor que la prensa.
La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa) denunció en septiembre el clima de “hostilidad” contra los medios de comunicación.
“Las acusaciones y los denuestos presidenciales motorizan a un ejército de troles, con el amparo del anonimato y de un financiamiento opaco, que multiplican agresiones verbales y abren así rendijas a la violencia física”, escribió Adepa, al enumerar decenas de casos de periodistas y medios que sufrieron “imputaciones infundadas y descalificaciones estigmatizantes”.
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