Por la lluvia escasean las flores: las tormentas destruyeron 30 % de los cultivos
Edición Impresa | 9 de Abril de 2024 | 02:56

Para regalar, decorar, ambientar y perfumar, las flores engalanan cualquier ambiente y en nuestra Región su acceso suele ser fácil ya que el partido de La Plata se caracteriza por su gran producción floricultor, desde donde se provee de plantas y flores a gran parte del país. Más allá de la crisis económica que golpea a todo el país, este sector fue víctima de los temporales de hace algunas semanas, por lo que sus cosechas no serán las que esperaban y escasean las flores.
Entre el agua que quedó en las napas más altas de la tierra y el granizo que dañó los invernáculos, los cultivos se perdieron hasta en un 40 por ciento. Juan Carlos Fernández, presidente de la Cooperativa Argentina de Floricultores, explicó que “la cantidad de agua que cayó en La Plata hace unas semanas se refleja ahora en la producción ya que las flores que estaban plantadas se pudren, marchitan y tienen mala calidad debido al exceso de agua. Para colmo, el granizo generó goteras en los nylon de los invernaderos y el que no pudo cambiarlos, porque son costosos, tuvo el problema de las filtraciones”.
“La producción se redujo entre un 30 y 40 por ciento. En el momento no se notó tanto pero con el transcurso de los días observamos las consecuencias del agua”, agregó Fernández.
La gypsophila es una de las que más se afectó porque la humedad la pudrió. Con las rosas, a pesar de que ya está terminado su temporada, pasó lo mismo; y los claveles, que había nuevos, quedaron inundados y también se pudrieron. Muchas eran plantitas que se iban a cosechar de acá a tres meses y quizá haya algún productor que vuelva a invertir y plantar, pero son costos que luego se trasladan al producto”, comentó el referente de la cooperativa.
Según Fernández, “lo más económico en el mercado ahora son las variedades de las San Vicente, que vienen de todos los colores y algún que otro crisantemo chico. Lo que pasa es que ahora se está dándola transición de flores, se terminan las de verano y para que estén las de invierno aún falta”.
Desde un puesto de venta de flores del Centro, contaron que “lo que está en falta son los lilium y la yervera. Son plantas que se utilizan mucho para fechas especiales, como fue el Día de los Enamorados o el Día de la Mujer, y luego se demora su reposición porque como se corta mucho para esos días, hay que esperar que vuelvan a crecer”.
En cuanto a los valores, el empleado de un puesto de venta plantas y flores de 8 y 47, dijo que para las fechas especiales se puede ver un poco de aumento en las flores, pero que igualmente se tratan de mantener los precios para vender más. “Cuando comienza la temporada baja, que es en los próximos meses de frío sí hay una suba considerable porque algunas especies, como las rosas, hay que importarlas”.
Frente al escenario económico que presenta el país, Fernández estimó que “desde el sector calculamos que va a haber un achique por los altos costos que lleva el cultivo de flores. Después de la devaluación se incrementaron muchísimo los precios de los insumos que utilizamos, ya que se compran todos a valor dólar. No sé en qué porcentaje se va a achicar, pero va a haber menos siembra”.
Sin embargo, el cooperativista destacó que por “la venta no nos podemos quejar, porque dentro de la crisis, que todo sale una fortuna, nosotros vendemos flores que son prácticamente un producto de lujo. Quizá no tenemos los precios que nos gustarían, podrían estar más altos, pero si no vendemos tenemos que tirar las cosechas”.
“El tema es que además de los insumos, lo que vemos en la cooperativa es que los aumentos en tarifas no da un golpe fuertísimo, sobre todo en electricidad. Muchos recibieron facturas con el triple de aumentos. Y hay muchas flores que necesitan iluminación durante algunas horas específicas, además de que se usan bombas de riego. Y además, está la suba de los impuestos municipales y provinciales. No sé qué va a pasar”, analizó el floricultor.
“Uno ya lleva esto como un modelo de vida familiar. A fines de noviembre pasó el tornado que me voló todos los invernáculos y empecé de nuevo. Este cultivo tiene 85 años, lo empezó mi abuelo y es muy difícil dejarlo”.
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