25 años sin la “Rita Hayworth argentina”

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El 1 de junio pasado se cumplieron 25 años sin Cris Miró, la primera mujer trans que ratificó su identidad en los programas más populares de la tele y llegó a las marquesinas de la calle Corrientes cuando vestir ropa del sexo opuesto en la calle era considerado una contravención. Tenía 33 años cuando falleció en la Clínica Santa Isabel del barrio porteño de Flores.

Uno de los momentos televisivos que marcaron su vida ocurrió en la mesa de Mirtha Legrand: “No sé mi amor cómo tratarte: ¿señorita?, ¿señor?”; “Vos votaste, ¿no? ¿y en qué mesa votaste?”; “¿Cuál es tu verdadero nombre? ¿querés decirlo?”, le preguntaba la conductora a mediados de los 90 en sus ya clásicos almuerzos a una Cris Miró de impactante metro 85, pelo negro ondulado y ojos verdes, que con dulzura le respondió: “Mi verdadero nombre es el que siento”.

Hija de un militar retirado y una ama de casa, Cris Miró estudiaba odontología en la Universidad de Buenos Aires cuando fue convocada para actuar en calle Corrientes. “Debe haber sido 1992 cuando la vi por primera vez aparecer en un boliche como quien ve entrar a Rita Hayworth”, recordó tiempo atrás el productor y director Lino Patalano. “Recién cuando me la presentaron me enteré que era una chica trans y esa misma noche le prometí entre copas que cuando hiciera una revista la iba a llamar a ella”, agregó.

En 1995, con Patalano al frente del Teatro Maipo participó de “¡Viva la revista!: “Fue la sensación absoluta, hicimos un agujero en el techo y ella bajaba vestida con una malla que le quedaba increíble tirando papelitos dorados y plateados”. También recordó que “hacía un número de streaptease muy Rita Hayworth y lo hacía tan bien que nadie se daba cuenta que era una chica trans, porque al principio no se lo habíamos dicho a nadie. Tenía un talento inusitado y un tremendo don de gente”.

Miró estudió baile clásico con Julio Bocca, comedia musical y actuación. Su carrera fue meteórica: la popularidad del teatro de revista la catapultó a la pantalla chica donde se convirtió en una figura solicitada en los programas de mayor audiencia: Mirtha Legrand, Nicolás Repetto, Antonio Gasalla y Marcelo Tinelli. “Era una diosa que trabajaba en Morocco, estudiaba odontología y venía de una familia de clase media; para mi era otra realidad porque yo había sido expulsada de mi casa en Salta como el 90 por ciento de las compañeras de provincia, y tirada a una situación de prostitución”, dijo Daniela Ruiz, activista.

“Sin embargo -destacó- que ella se haya sentado ahí y haya dicho ´yo soy una travesti, yo soy Cris Miró´ representaba un acto político en el cual muchas como yo, que éramos adolescentes, nos sentíamos identificadas no sólo por la visión de ser travesti y de nuestro colectivo (que en ese momento no podíamos ni salir a la calle), sino por ser actriz y lo que eso implicaba para nosotras en el arte”.

En 1997, en plena cima de su carrera, comenzaron a trascender sucesivas internaciones por problemas de salud que alimentaban rumores sobre HIV que ella siempre negó. Murió a los 33 años en el más absoluto hermetismo familiar.

 

Cris Miró

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