Dolor en La Plata por la muerte del reconocido médico Roberto E. Lima

Fue un reconocido médico platense que se destacó en la especialidad de Traumatología y Ortopedia, pero por sobre todas las cosas Roberto Edgardo Lima fue apreciado por su mirada humanista y su trato respetuoso, por eso su fallecimiento motivó sentidas muestras de pesar en distintos ámbitos locales.

Había nacido el 2 de septiembre de 1939 en La Plata, sus padres fueron Luis Roberto Lima y Susana Elena Esqueu y creció junto a sus hermanos Luis, Susana y Enrique. Su formación transcurrió en la Escuela Anexa, en el Colegio Nacional y en la facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata, de la que se graduó con importantes calificaciones.

Con el tiempo, junto a los médicos Moreno, Brunatti, Moscato y Franchini, abrió el Instituto de Traumatología, Ortopedia y Rehabilitación - ITOR -, ubicado en 47 entre 10 y 11, desde ese centro se dedicó a la medicina deportiva y a la rehabilitación. Algunas de las prestaciones innovadoras para la época fueron las guardias de la especialidad durante los fines de semana.

Años después impulsó el Instituto Olazábal y se especializó en miembro superior y cirugía de la mano. A raíz de sus conocimientos, escribió un libro y fue presidente de la Sociedad Argentina de Cirugía de la Mano.

Lima siempre trató de implementar acciones que mejoraran el bienestar de los pacientes, como por ejemplo, cuando impulsó el quirófano ambulatorio para hacer cirugías menores sin la necesidad de internar.

En el plano familiar tuvo tres hijos, Lucas, Ana y Carola, quienes a su vez lo convirtieron en abuelo de Martina, Galo, Simón, Uma, Lorenzo y Justo.

En el tiempo libre le gustaba compartir reuniones con su familia y con amigos, ya sean los del barrio de 45, entre 10 y 11 o los del Colegio Nacional.

Además fue un gran lector, de temas vinculados a su especialidad y de otros que nutrieron su cultura general.

Entre sus pasiones estuvo viajar en auto. En 1976 unió por ruta Argentina y Venezuela; participó de apoyo a pilotos de turismo carretera y fue cultor de la marca Ford. Además, junto a sus primos, armó autos de colección.

Bueno, solidario, respetuoso, Roberto Lima se caracterizó por ser con todos de la misma manera, valores por los que sin dudas será recordado.