A 50 años del asesinato de Arturo Mor Roig: cuando la violencia destruye el diálogo

En 1974 la Argentina transitaba los escabrosos caminos de la intolerancia, la irracionalidad, el caos, el desgobierno y la violencia extrema.

A pocos días de la muerte de Perón, las fuerzas violentas de la izquierda y derecha peronistas, instalaron una nueva modalidad de negociación política, frente al endeble gobierno de la sucesora, Isabel Martinez de Perón, que implicaba lo que popularmente se llamaba “ tirar muertos” para demostrar el poder de cada organización y supuestamente obtener mejores condiciones.

El lunes 15 de julio de ese año, a un par de semanas del fallecimiento del General Perón, es asesinado Arturo Mor Roig, mientras almorzaba en un restaurant de San Justo, cercano a su lugar de trabajo.

Unos meses después, en una entrevista secreta que Ricardo Balbín tuvo con el líder subversivo Roberto Quieto, con el objetivo de intentar parar el espiral de violencia alocada en la que se encontraba el país, éste le confiesa, que el asesinato de San Justo tuvo el objetivo de advertirle al gobierno y a los políticos que debían tenerlos en cuenta al momento de sentarse a la mesa de la toma de decisiones.

Arturo tenía 59 años y era católico. Fue Procurador Nacional, Doctor en Ciencias Políticas y político retirado, habiendo sido Concejal en San Nicolás, Senador provincial , Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación y Ministro del Interior. Además admiró la obra de Ortega y Gasset y de Juan Bautista Alberdi, quienes forjaron su pensamiento Humanista y Republicano.

Era catalán de nacimiento y argentino por opción. Vino a la Argentina junto a su madre Carmen Roig y su tío Ángel Roig en 1920 y luego de vivir en Parque Patricios, se instaló junto a su familia en San Pedro. En sus años de estudiante universitario abrazó la causa Yrigoyenista, del presidente derrocado.

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Su larga carrera política lo tuvo como protagonista en varias oportunidades, priorizando el diálogo como método esencial en la búsqueda de consensos, tal como sucedió en 1962 siendo secretario de la Asamblea de la Civilidad y desde luego en 1970, con la Hora del Pueblo.

Precisamente la Hora del Pueblo y en especial el delegado de Perón, Daniel Paladino, fueron quienes insistieron para que Arturo aceptara la designación como Ministro del Interior, que pudiera garantizar la salida electoral sin proscripciones.

Las reformas electorales

Las principales e inmediatas acciones de Arturo Mor Roig a cargo del Ministerio del Interior, en abril de 1971, fueron: la derogación de la prohibición de actividades de los partidos políticos y la creación del Estatuto que reglara su funcionamiento, además de la posterior creación de la Cámara electoral y su respectivo Código. Y desde luego, al poco tiempo, fue autor de la enmienda constitucional de 1972, que garantizaba el proceso electoral que se avecinaba, que contaba con la aceptación y respaldo de todas las agrupaciones políticas de la época. Más de 20 años después, la enmienda de 1972 fue la base de la reforma constitucional de 1994, que tuvo como objetivo consolidar las instituciones democráticas y que cumple 30 años de vigencia.

Al finalizar su tarea en el Ministerio del Interior, entregando el poder a la fuerza triunfadora, luego de un largo período de proscripciones, Arturo se retiró de la vida pública y desarrolló su actividad profesional como asesor jurídico, además de sostener una intensa actividad social y familiar.

Columnista de EL DIA

Gracias a la incipiente relación de amistad y respeto con el director del diario EL DIA David Kraiselburd, Arturo comenzó a escribir una columna semanal de actualidad política nacional e internacional, bajo el seudónimo de Esteban Sastre, llamada “Hoy y Aqui”. Eligió ese seudónimo de la fusión de dos figuras literarias y educativas como lo fueron Esteban Echeverría y Marcos Sastre, de la reconocida generación del ´37.

Algunos sostenían que a través de esa columna de opinión Arturo estaba esbozando el borrador de un libro, que además de analizar el presente político, contenía hechos y acciones del proceso de institucionalización que tuvo a cargo entre 1971 y 1973.

El 15 de julio de 1974, era lunes y como todos los lunes, EL DIA publicaba la columna de opinión de la realidad política, a cargo de Esteban Sastre, bajo el título ”Las responsabilidades multiplicadas”, donde analizaba la Argentina post Perón.

Ese día salió de su departamento y como todas las mañanas caminó a su trabajo; muy lejos estaba de imaginase, que ese mediodía sería cobardemente asesinado por la espalda, en una fonda de San justo mientras almorzaba.

A pesar que muchas veces sus allegados le habían sugerido tener custodia, siempre se negó por considerar que era una restricción a su libertad, mientras caminaba por las calles como un ciudadano más.

Fue víctima de la irracionalidad política de los imberbes que pretendían imponer sus ideas a los tiros, a pesar de vivir en democracia, la cual comenzaba a debilitarse día a día y que marcarían el oscuro camino hacia lo que vendría.

Arturo fue un humanista, que creía en la educación de los pueblos, la razón, la democracia, la República y en el diálogo como camino para lograr estos objetivos supremos, a pesar que sus asesinos lo ignoraran.* Concejal platense. Ex Senador provincial. Nieto de Arturo Mor Roig

“Fue un humanista, que creía en la educación de los pueblos, la razón, la democracia y el diálogo, a pesar que sus asesinos lo ignoraran