“Mariano”; cuatro historias que giran en torno a un gato negro

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En la vasta e inabarcable jungla de cemento que constituye nuestra cotidianeidad, los techos de las casas guardan secretos que pocas veces emergen a la luz. Germán Martínez, en su última obra titulada “Mariano”, nos invita a descubrir uno de esos secretos. El relato se centra en un protagonista inusual, un gato negro llamado Mariano, que ha sido castrado y abandonado, y que deambula por los techos de un corazón de manzana en busca de supervivencia. Este felino, con su mirada entre altanera y comprensiva, se convierte en el hilo conductor de cuatro historias humanas que se entrelazan y desarrollan a su alrededor.

Mariano, acostumbrado a cazar palomas y lauchas para subsistir, comienza a recibir las atenciones y aportes de tres casas diferentes, cada una habitada por personas con historias propias y bien definidas. Estas interacciones no solo afectan la vida del gato, sino que también le permiten influir y participar en la vida de los humanos que encuentra en su camino. El paso del tiempo y el impulso de hacer el bien se convierten en fuerzas motrices de esta trama, donde el gato observa, se involucra y, en ocasiones, parece definir su propio destino y el de aquellos que lo rodean.

Germán Martínez, el autor detrás de “Mariano”, es un platense de 57 años, periodista de formación por la Universidad Nacional de La Plata y conocido conductor y columnista en Radio Provincia de Buenos Aires. Su habilidad para contar historias se evidencia no solo en “Mariano”, sino también en su obra anterior, “Hasta los setenta”, otra publicación bajo el sello de Editorial Dunken. En esta novela, Martínez presenta una oferta peculiar: vivir sin sobresaltos hasta los setenta años. El protagonista, a sus 55 años, recibe una revelación divina que le asegura una vida saludable y sin problemas hasta esa edad, momento en el cual su existencia llegará a un final certero y sin sufrimiento. Este pacto con el destino desata una tensión interna, donde el protagonista debe gestionar y procesar la certeza de su mortalidad inminente, explorando sus temores, rituales, fantasías y deseos.

“Mariano” y “Hasta los setenta” comparten una profunda introspección sobre el paso del tiempo y la forma en que los personajes, y por extensión los lectores, se relacionan con él. En “Mariano”, el gato se convierte en una especie de testigo silencioso y, a la vez, un catalizador de las vidas humanas con las que interactúa. La mirada de Mariano, cargada de experiencias y de un silencioso entendimiento de la condición humana, es un reflejo del propio autor, quien utiliza a este felino como un vehículo para explorar las complejidades de las relaciones humanas y el impacto del tiempo en nuestras vidas.

La narrativa de Martínez no solo ofrece entretenimiento, sino que también invita a una reflexión profunda sobre nuestra propia existencia y las interacciones que tenemos con quienes nos rodean. En “Mariano”, cada historia humana que el gato encuentra y con la que se entrelaza es un espejo de nuestras propias vidas, marcadas por la búsqueda de sentido y el anhelo de conexión. El autor logra, a través de una escritura cuidadosa y detallada, que los lectores se sumerjan en un mundo donde un simple gato negro puede convertirse en el hilo conductor de una exploración más amplia de la naturaleza humana.

 

Mariano
Germán Martínez

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