Leo Dan: adiós a uno de los últimos románticos
Edición Impresa | 2 de Enero de 2025 | 04:10

El cantante y compositor Leopoldo Dante Tévez, conocido mundialmente como Leo Dan, murió ayer a los 82 años. Fue un destacado referente de la música romántica en América latina. Aunque se estaba despidiendo de los escenarios, el artista, radicado en Estados Unidos con su mujer y sus cuatro hijos, soñaba con volver al país para despedirse.
La noticia de su muerte fue confirmada por su familia a través de sus redes sociales, donde expresaron su gratitud por el amor y apoyo recibidos a lo largo de su vida.
Nacido en Santiago del Estero en 1942, Leo Dan se convirtió en uno de los mayores exponentes de la música romántica en habla hispana. Éxitos como “Santiago querido”, “Cómo te extraño mi amor” (versionada años después por la banda mexicana Café Tacvba, una versión que tuvo su cal y su arena: tiempo después del suceso diría que cada vez que él interpretaba, el público le gritaba “no es así”), “Esa pared” y “Libre, solterito y sin nadie” quedaron grabados en el corazón de millones de personas, consolidándolo como un símbolo de la música popular.
La familia del artista destacó que Leo Dan “partió en paz y acompañado del amor de sus seres queridos”, describiéndolo como un guía espiritual que seguirá iluminando a todos aquellos tocados por su arte. Asimismo, invitaron a sus seguidores a celebrar su vida y su música eterna.
SU ÚLTIMO SUEÑO
La semana pasada, el artista ofreció su última entrevista a un medio argentino. En diálogo con Radio Rivadavia contó que deseaba regresar a su país para despedirse formalmente del público local.
“Aún no me despedí de la Argentina, tengo ganas de volver. Yo ya no quería cantar más, me iba a dedicar solo a componer, pero creo que ahora voy a hacer un show en Argentina. No puedo adelantar mucho porque estamos aún en conversaciones para hacerlo y no está todo firmado. Pero, la despedida de octubre pasado, no será la última si Dios así lo quiere”, había relatado el intérprete santiagueño que logró un Grammy como mejor compositor.
“El adiós a una leyenda” fue la última gira con la que Leo Dan comenzó a decir adiós y llegó a su fin con un concierto en octubre pasado en California. Sin embargo, seguía activo: “Estoy tratando de hacer una canción que les golpee el corazón a todos los santiagueños, a todos los argentinos porque de eso se trata la vida, de recordar que seguimos vivos”.
En su entrevista con Alejandra Rubio para Rivadavia, Dan aseguró: “Seguimos trabajando y planeando cosas. Dios me dio sabiduría y ganas de hacer cosas. Y eso no lo pierdo. Grabo mis ideas en un grabador y después trabajo sobre ellas. A veces me resulta difícil encontrar los grabadores, con esto de los huracanes acá en Miami, cuando viene uno, agarro una bolsita, junto los grabadores y salimos de la casa casi con lo puesto”.
En esta línea, había revelado: “Mi vínculo con el público es eterno y espero que así siga siendo”.
un viaje maravilloso
En cuanto a su carrera, el popular músico dijo que fue “un viaje maravilloso, pero es momento de cerrar este capítulo. De transformarlo, de hacerlo diferente. El público y la gente siempre van a estar en mi corazón y voy a seguir trabajando para llevarles alegría. Es hermoso que mis canciones sigan dando la vuelta al mundo. No voy a parar de hacer canciones. Dios me dio un don maravilloso que es llevarle alegría a la gente y de una manera u otra quiero seguir haciéndolo”.
Sus últimos años los dedicó a la solidaridad. Según reveló, era voluntario en una entidad que alejaba a los jóvenes de las drogas: “Yo no solo ayudo a mi Santiago querido, también en Rosario ayudo a una entidad que saca los chicos de la droga. Ayudamos a más de 50 chicos con adicciones que no solamente se los alimenta, sino también se les enseña un oficio para que puedan insertarse nuevamente en la sociedad y tener una vida plena”.
Además, el intérprete brindaba un aporte a los niños carenciados de su ciudad natal: “Nunca me olvido de la Argentina. Tengo la suerte de poder darle el desayuno, el almuerzo, la cena a los chicos de la escuela que fui en Atamisqui en Santiago del Estero”.
“Todos podemos ayudar a hacer un mundo mejor. No hace falta tener dinero. Ayudar a alguien a cruzar la calle, sonreír a un cliente si estás atendiendo un negocio, pensar de qué forma poder ayudar a otro. Para eso no se necesita dinero, sino voluntad y ganas de ayudar”, concluyó en el que fue su último contacto con la prensa.
Nacido en Santiago del Estero, forjó una carrera de alcance internacional que duró 50 años
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