La importancia de plazas y espacios verdes en la periferia de la Ciudad

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La atinada decisión de la Municipalidad platense de crear dos nuevas plazas en Los Hornos no sólo responde a reclamos de los vecinos y a demandas urbanísticas, sino que también debe ser vista a la luz de las necesidades de la periferia platense, que busca contar con muchos más espacios verdes que sirvan para el descanso, la recreación y culto a una vida sana.

Tal como se informó se trata de la plaza “Las Casitas”, ubicada en 146 y 55, y la segunda de “El campito de los pibes”, en 70 y 159. Los ediles habilitaron la creación de ambos espacios verdes con sendas ordenanzas que tuvieron despacho favorable de la Comisión de Planeamiento, Urbanismo y Tierra.

Las dos nuevas plazas serán dotadas de juegos, luminarias y equipamiento por parte de la Municipalidad local, según consta en el texto de las respectivas ordenanzas que fueron promulgadas días atrás.

La suficiente disponibilidad de plazas, paseos y espacios verdes en las localidades y barrios de todo el distrito sería inmediatamente aprovechada por los vecinos, que hoy ven en el aire libre y en esos lugares la alternativa de contar con una fórmula concreta y accesible para mejorar su calidad de vida.

Se ha dicho demasiadas veces que el diagrama con el que se proyectó el casco histórico platense previó la existencia de una plaza cada seis cuadras, sea en la dirección que sea, en un diagrama que también dispuso la existencia de amplias ramblas en varias calles troncales, del paseo del Bosque y del gran cordón vegetal que circunda hoy a la ciudad por las avenidas 32, 31 y 72.

Nuestra ciudad alcanzó en sus primeros tiempos un justificado renombre, por esa previsión de espacios verdes –plazas, el paseo del Bosque, amplios boulevares dotados de un maravilloso arbolado público- y se proyectó en el mundo como una urbe de vanguardia.

Sin embargo, por razones nunca explicadas y en todo caso injustificables, subordinadas todas a una indisculpable omisión de sucesivas administraciones –y a pésimos criterios urbanísticos- se permitió un crecimiento inorgánico en la periferia que, casi literalmente, se vio despojada de espacios verdes.

Cada una de las plazas existentes en el Gran La Plata surgió luego de muchos reclamos formulados por distintos vecindarios y, en algunas zonas, no se logró avanzar hasta ahora en ese rumbo que, es preciso decirlo, es respetado como premisa medioambiental en muchas ciudades del mundo.

La suficiente disponibilidad de plazas, paseos y espacios verdes en las localidades y barrios de todo el distrito sería inmediatamente aprovechada por los vecinos, que hoy ven en el aire libre y en contar con lugares reservados para disfrutar de esa alternativa, una fórmula concreta y accesible para mejorar su calidad de vida.

 

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