El drama de la violencia en el fútbol Amateur de la Ciudad
Edición Impresa | 16 de Octubre de 2025 | 03:19

Una vez más un partido de fútbol amateur de La Plata terminó comentado en la página policial de este diario, a partir de los episodios de violencia que se desataron entre los jugadores y con la intervención de parte del público.
En esa nueva oportunidad fueron jugadores de un partido de la categoría Senior, de los clubes Unidos de Olmos y ADIP, los que convirtieron una competencia deportiva en una batalla que terminó a las trompadas, patadas e insultos, en una batahola que duró varios minutos y que determinó la suspensión del cotejo. Tras varios minutos de tensión y amenazas, la trifulca cesó por la oportuna intervención de unos pocos jugadores y allegados que lograron reducir a los contrincantes ocasionales.
Es sabido que en las últimas semanas se registraron hechos de violencia que ensucian el sentido de las competencias. A lo largo del año ello ocurrió tanto en las categorías mayores del fútbol amateur platense, como también en las divisiones que se supone debieran ser formativas. Hace dos semanas, en otro hecho repudiable, un padre agredió a un árbitro durante un partido de fútbol infantil.
En Berisso, semanas atrás, ocurrió un hecho de similares características en la –paradójicamente llamada- “Liga Amistad”. Durante un partido de Quinta División entre Barrio Obrero (Berisso) y San José (Ensenada), se desató una secuencia de violencia que dejó estampas duras: corridas, piedrazos, heridas, sangre y jóvenes en el centro de la escena.
Insultos a granel, graves amenazas o ataques físicos al árbitro, golpes de puño, patadas a jugadores caídos, necesidad de internar a futbolistas en hospitales a partir de agresiones violentas, son parte de las negativas consecuencias que aparejan estos desbordes.
Inculcar principios de disciplina, de respeto a compañeros, a ocasionales adversarios, al reglamento de juego y a los árbitros, constituyen premisas básicas para permitir que no sólo los jugadores sino los hinchas de cada club se encuentren preparados para convivir.
Sea como fuere, si bien la Liga y representantes de varios clubes platenses habían anunciado la puesta en marcha de campañas destinadas a prevenir y erradicar la violencia, todo indica que debieran acentuar esa intención y ponerla en práctica, ya que se vuelven a presentar en las canchas episodios injustificables.
Resulta desalentador formular advertencias acerca de una realidad que, en lugar de mejorar, se sigue deteriorando año tras año. Pero la sociedad no debe disimular su existencia y, en primer término, debe reclamarle a la dirigencia del fútbol local que actúe con responsabilidad y que castigue en la forma más enérgica posible a todo comportamiento desviado.
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