Néstor “El Mago” Yalet, el máximo jockey de La Plata

Fue un ícono del turf platense, un competidor brillante y un personaje entrañable, cuya memoria sigue viva en el corazón de los aficionados

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Ganó diez estadísticas consecutivas en el hipódromo de nuestra ciudad y se convirtió para los tiempos en la máxima referencia de los jinetes turfísticos que compiten o compitieron en la arena platense. Fue el “Irineo Leguisamo” de La Plata, en donde nació en 1940.

Una vez concluida su actividad como jockey se dedicó a la de cuidador en su stud de la calle 41, ubicado a la altura del “palo de los 600 metros”, en donde había hecho construir una atalaya desde donde miraba las competencias.

Pero no sólo sus centenares de victorias hípicas lo convirtieron en ídolo del ambiente hípico. Su vida fue un ejemplo de dedicación y constancia en los más diversos aspectos.

“El Mago” en su lugar en el Mundo, el Hipódromo

Desde muy niño estuvo ligado a los caballos y su crianza, circunstancias que lo marcaron a fuego; y también desde pequeño fue “novio” de Susana Beatriz Zappettini, con quien se casó formando una familia en la que nacieron sus hijos Silvina, Néstor y Nicolás.

Su hogar familiar se encontraba en la calle 2 entre 36 y 37, en donde era un residente más que salía a hacer las compras por el barrio y compartir charlas ocasionales con sus vecinos.

AMOR POR LOS CABALLOS

Yalet conoció desde siempre el ambiente del hipódromo platense porque su padre trabajó allí durante 35 años, pero su amor por los caballos se había despertado en él ya desde su más temprana infancia en Magdalena, en donde su abuelo, un inmigrante francés cuyo apellido llevaba Néstor Antonio, lo hacía pasear sobre esos animales desde “antes de aprender a caminar”.

Pero entre el comienzo de su profesión de jockey y la última parte de la infancia, la vida lo puso a prueba duramente cuando a los doce años sufrió la muerte de su padre, por lo que sin más armas que su voluntad se fue a ganarse la vida con “rebusques” en Punta Lara, en donde además de boyero, fue ayudante de los pescadores que salían con sus redes desde la zona de Boca Cerrada, y hasta improvisado jardinero.

Pero aun en esos difíciles tiempos, Néstor sentía una profunda debilidad por los caballos, a raíz de lo cual ingresó a la Escuela de Aprendices del circo hípico local, destacándose ya en el primer año en oportunidad de ganar una carrera.

Rápidamente le llegó el primer resplandor de la fama al ganar varias competencias más en calidad de aprendiz y cuando ya había cumplido los 19 años era toda una figura del turf platense, además de comenzar a ser tenido en cuenta en los hipódromos de Palermo y San Isidro.

Néstor Yael, en el Hipódromo de Palermo

Pero en los años sesenta se convirtió en una verdadera estrella turfística. En esa época fue el ganador consecutivo de diez estadísticas del hipódromo platense, es decir, una década completa como el máximo jockey local.

También obtuvo triunfos en otros hipódromos, y como era ferviente admirador de Leguisamo, cada vez que en alguna reunión hípica coincidía con el “Pulpo”, le pedía consejo al más grande jinete de la hípica argentina, quien lo atendía con cariño.

Yalet, el “Mago” se convirtió en leyenda, pero su éxito, según él mismo creía no se basaba únicamente en su técnica y su destreza como jinete, sino en el hecho de comprender a los equinos: “A los caballos hay que entenderlos, para saber cuándo están felices”, decía.

 

Empecé a los 15 años como aprendiz. Corrí diez años y gané todas las estadísticas. Creo que lo heredé de mi abuelo que era francés. Salió de su país con un grupo de amigos a recorrer el mundo. Si hubiera vivido en los sesenta se habría dicho a lo hippie. Pero salieron para volver y mi abuelo se quedó aquí, criando caballos. Los amaba, como yo”

Néstor “El Mago” Yalet
En una entrevista al diario EL DIA publicada el sábado 30 de mayo de 1998

 

EL CUIDADOR

En 1970, cuando contaba con sólo treinta años de edad, Yalet decidió “colgar la fusta”. Y si bien al principio muchos no creyeron que concretaría esa decisión, finalmente lo hizo. Pero no se alejó de la actividad hípica, porque de inmediato comenzó su labor como cuidador, ocupación en la que también fue un “mago” gracias a ese saber distinguir los estados de ánimo de los animales.

Goleada, Eclipse West, Chevillard, Godard, Di Escorpión, Mountdrago y Team, fueron, entre otros, espléndidos caballos de su stud que ganaron varias importantes competencias en nuestro país.

El 15 de diciembre de 2012 fue el último día que Néstor Yalet fue a un hipódromo, al de San Isidro, para participar en un homenaje a ex jockeys.

Para ese entonces el hombre estaba enfermo y el 4 de agosto de 2013 falleció en una clínica porteña.

“El Mago” Yalet fue una verdadera gloria del turf platense. Supo ganarse el respeto y el reconocimiento de todos

 

Suplemento Aniversario
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Néstor “El Mago” Yalet

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