Miguel Bru: murió el último policía que seguía preso
Edición Impresa | 19 de Noviembre de 2025 | 02:31
En las últimas horas falleció en un hospital de Florencio Varela Justo José López, exsargento de la comisaría Novena de La Plata y uno de los cuatro policías condenados en 1999 por la desaparición del estudiante de Periodismo Miguel Bru. Era el único de ellos que aún permanecía detenido.
López cumplía su condena en la Unidad Penal Nº 24 y desde hacía tiempo intentaba acceder a la libertad condicional, un beneficio que la Justicia le negó en reiteradas oportunidades. Siempre sostuvo su inocencia y aseguró haber sido víctima de una maniobra política, aunque los tribunales lo señalaron como partícipe directo del crimen, pese a que el cuerpo de Bru jamás apareció. En los últimos días había sido internado en grave estado, afectado por un cáncer de esófago que le impedía alimentarse, y no tenía familiares que lo acompañaran.
La madre del joven, Rosa Schonfeld de Bru, buscó durante años que López revelara qué hicieron con los restos de Miguel, pero el expolicía murió sin aportar ningún dato.
Miguel Bru tenía 23 años cuando fue secuestrado por personal de la Novena, una dependencia que lo venía hostigando desde que el estudiante denunció un allanamiento ilegal en su casa. De acuerdo al expediente, fue detenido de manera irregular, torturado dentro de la comisaría y luego desaparecido.
El último intento para que López obtuviera la condicional se produjo durante los primeros meses de la pandemia. Su abogado, Lino Andrés Gauto Cardozo, había solicitado incluirlo entre los internos que podían acceder a egresos extraordinarios por la emergencia sanitaria. La jueza de Ejecución, María Silvia Oyhamburu, rechazó el planteo y consideró que no se encontraba en una situación de riesgo que justificara modificar la resolución previa. Antes de ello, la Suprema Corte bonaerense ya había desestimado un recurso similar.
Cabe mencionar que con la muerte del exsargento Justo José López, ya no quedan detenidos por el caso. La desaparición de Miguel, ocurrida en agosto de 1993, continúa siendo una herida abierta: su cuerpo sigue sin aparecer y la causa permanece activa únicamente en esa línea.
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