“Los muertos también tienen derechos humanos”

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Ante funcionarios municipales y provinciales, legisladores y concejales, Julio Alak encabezó ayer la inauguración del nuevo osario del Cementerio local, donde serán reinhumados los restos de 13.500 personas fallecidas, que fueron hallados arrumbados en distintos depósitos del Campo Santo. El hecho fue denunciado en febrero de 2024, cuando se inició un proceso de identificación de los restos óseos, a cargo del antropólogo y director provincial de Personas Desaparecidas, Alejandro Incháurregui.

Durante la inauguración de la obra, para disposición final de los restos, el Intendente evitó nombrar a su antecesor, pero no dejó de cuestionar el hallazgo recibido, al que calificó de “horroroso”. “Eran restos humanos de 13.500 personas que estaban sin enterrar o sin mandarlos a nichos, que estaban en bolsas de residuos, que estaban tiradas, revoleadas en diferentes dependencias”, relató. Y subrayó la existencia del delito de “incumplimiento de funcionario público”, que también fue denunciada en la justicia penal, investigación a cargo de la fiscal Cecilia Cordfield y el juez de Garantías Pablo Massi.

En ese contexto, el jefe comunal realizó una reflexión con una dura crítica a la gestión de su antecesor Julio Garro, a quien nunca nombró. “Muchas veces se piensa que los derechos humanos son solamente derechos de los vivos, pero nuestros muertos también los tienen y hay que respetarlos.

Más duro fue Incháurregui, al ser invitado a dar una conclusión de su investigación, cuyo compilado fue titulado “Los muertos infamados”. Al describir el hallazgo de los cadáveres en bolsas de nylon, el antropólogo que dirigió la investigación habló con énfasis: y señaló: “Hubo indolencia, falta de ética, desidia y desinterés”. Y se preguntó: ¿Cómo fue posible que se llenaran siete depósitos de restos humanos por la frívola banalidad de que no hubiera un osario construido?”.

Y continuó: “En el país de (Juan) Vucetich es un imperativo ético identificar a los muertos. Estas personas ingresaron al Cementerio de La Plata con nombre y apellido, y aquí dentro se convirtieron en NN”, lanzó. Y añadió: “Lo digo a pocos días del 24 de marzo, en una de las ciudades que más desaparecidos tuvo durante la última dictadura”.

Finalmente, el Arzobispo auxiliar monseñor Jorge González bendijo entonces el memorial. “Que estos hijos de nuestra ciudad puedan descansar en paz”, dijo al concluir la ceremonia.

 

Julio Alak
Cementerio de La Plata
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