“El Esquema Fenicio”: una comedia de espías con un aire sentimental

Wes Anderson vuelve al cine el jueves con su nueva película, otra extravagante aventura del director que sigue a un padre millonario que quiere dejarle su imperio a su hija, con quien se ha distanciado

Edición Impresa

El cine de Wes Anderson es personalísimo, reconocible gracias a sus simetrías y colores con un solo fotograma. Tanto es así que es ya casi un meme, generando incluso el lanzamiento de una cuenta de Instagram dedicada a imágenes de la vida real accidentalmente “andersonianas”. Bueno, su última película es quizás la expresión más acabada de ese estilo.

Para muchos, en ese sentido, “El Esquema Fenicio”, que llega a los cines locales el jueves tras su paso por el Festival de Cannes, resultará otra irritante faena del cineasta de “El gran hotel Budapest” y “Rushmore”: un desfile de estrellas que se disfrazan de extravagantes personajes para jugar a los peculiares juegos narrativos de Wes en su casa de muñecas. Sin embargo, a la sombra de esas superficies de placer para algunos, regodeo formalista para otros, se esconde el Anderson narrador, uno de los mejores contadores de historias del cine actual. Y este nuevo esquema, protagonizado por Benicio del Toro, es un deleite narrativo. También, es una de sus películas más sentimentales: una historia de padre e hija que esconde un aire de melancolía detrás de la comedia de espías.

La historia tiene lugar en 1950: Anatole “Zsa-zsa” Korda (Del Toro), un enigmático industrial y uno de los hombres más ricos de Europa, sobrevive a otro intento de asesinato —su sexto accidente aéreo. Las prácticas empresariales de Korda —de alcance global, complejas y despiadadas— lo han convertido en enemigo no solo de empresas rivales, sino también de gobiernos de todas las ideologías, y en un blanco recurrente de asesinos.

Ahora se encuentra en las etapas finales de un proyecto que ha definido su carrera durante décadas: el Esquema de Infraestructura Fenicia por Tierra y Mar de Korda, una ambiciosa explotación de una región potencialmente rica, aunque inactiva desde hace tiempo. El riesgo para su capital personal es incalculable. Las amenazas contra su vida siguen latentes. En este momento crucial, decide nombrar y preparar a su sucesora: Liesl, su hija de veinte años, con la que lleva años distanciado —y que actualmente es monja.

Del Toro, acompañado en la película por Tom Hanks, Scarlett Johansson y la hija de Kate Winslet, Mia Threapleton, construye en pantalla un personaje escrito por Anderson con alguien en mente: Korda está vagamente basado en el suegro libanés de Anderson, “un tipo de persona completamente diferente, pero era ingeniero y bastante alfa”, según el director. “Su relación con mi mujer es probablemente el ADN de la película. Un día le dijo: ‘Tengo que contarte cómo funcionan mis negocios porque no viviré para siempre’. Pero la forma en que le habló de su negocio fue abriendo un armario, sacando cajas de zapatos y diciendo: ‘Este es el proyecto que estamos llevando a cabo en Arabia Saudí. Este es el proyecto que estamos haciendo en Gibraltar. Ella volvió a casa y dijo: ‘Esto es una locura’. Así que todo eso fue a parar a la película”.

Anderson también es padre, de una jovencita de 9 años, pero “no tenía nada que quisiera comunicar sobre lo que es ser padre”, relató en Cannes, donde contó que además de la historia de su mujer y su suegro, el otro puntapié fue Benicio, “ese rostro. Una imagen de Benicio en un primer plano como este personaje. Su cara es tan expresiva e interesante. Es una ventaja especial que tiene”.

El autobús de Wes Anderson

Del Toro había trabajado con Anderson en “La crónica francesa”, y desde entonces se ha subido al “autobús” del cineasta, que es tanto metafórico como literal: suele contratar una y otra vez a un grupo de actores fetiche, pero además llega a Cannes con su elenco en un micro, ya que al ser tantos prefieren evitar el servicio de transporte del festival.

Otro que se sube al micro ahora es Michael Cera, el actor de “Arrested Development” y “Scott Pilgrim”. Ya no estará, sin embargo, Gene Hackman, que, como Del Toro, protagonizó una película de Anderson que el realizador escribió directamente para él: “Los excéntricos Tenenbaum”.

Las explosivas historias de Hackman, fallecido recientemente, en el set de Anderson son conocidas, aunque Wes se refirió al actor en el mejor de los términos. “Fue uno de los mejores actores de cine de todos los tiempos”, dijo. Y contó entre risas: “Disfrutó de la película, creo, entre la acción y el corte. Pero realmente no disfrutó de las partes intermedias, que es la mayor parte del tiempo. En primer lugar, no le gustaba mucho el guión. No creo que le encantara la idea de ser ese tipo. No nos conocíamos bien. A veces, cuando teníamos conflictos, solíamos tener conversaciones abiertas sobre lo que acababa de pasar. Y sentí que aprendí mucho de él en esos momentos. Y a menudo se volvía mucho más amable. No quiero dar por sentada una gran amistad porque no creo que él se hubiera referido nunca a nuestra relación en esos términos. Pero me caía muy bien. Llevaba tanta tensión y la utilizaba en el trabajo, pero a veces rozaba un poco el abuso, sobre todo conmigo”.

“La cara de Benicio, tan expresiva e interesante, es una ventaja especial que tiene. Fue uno de los puntos de partida de la película”

Wes Anderson, director de “El Esquema Fenicio”

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE