El PJ pondrá a prueba su unidad en la negociación por las listas
Edición Impresa | 20 de Junio de 2025 | 01:56

Por JOSÉ PICÓN
Aún inmerso en los efectos del cimbronazo político que generó la detención de Cristina Kirchner, el peronismo bonaerense deberá dejar rápido de lado la épica movilizadora que escenificó en Plaza de Mayo para procurar encaminar una discusión que no asoma sencilla: el armado de las listas de candidatos para las elecciones del 7 de septiembre.
El apremio tiene que ver con el apretado calendario electoral. El 19 de julio habrá que presentar las candidaturas y 10 días antes, las alianzas. Esas definiciones deberán alumbrar bajo dos realidades superpuestas. Por un lado, la centralidad política que volvió a ganar la ex presidenta; por el otro, la disputa interna entre Axel Kicillof y La Cámpora que parece lejos de saldarse.
Por estas horas se habla de recrear una mesa de discusión tripartita que nuclee al kicillofismo, al kirchnerismo duro y al Frente Renovador massista. Sería una suerte de resurrección de aquella experiencia fallida de acuerdo que terminó con el desdoblamiento electoral que dispuso Kicillof pese a los deseos en contrario de Cristina Kirchner y La Cámpora.
Ahora, en tiempo de descuento, la realidad política parece ser distinta. Al menos en las declaraciones públicas y las definiciones que se hacen en privado, ningún sector interno estaría empujando la ruptura. Todos hablar de “unidad” como definición primaria. Habrá que ver, en todo caso, en qué términos puede cerrarse.
Por lo pronto, el peronismo debe resolver el acertijo político que se terminó creando con la salida de Cristina Kirchner de la escena electoral. La ex presidenta no estará ajena al diseño de la estrategia, pero el hueco que dejó vacante en la Tercera sección electoral donde iba a competir, es motivo de debates e intrigas.
La posibilidad de que un Kirchner reemplace a otro ya genera recelos. Máximo, el líder de La Cámpora, es uno de los nombres que más se menciona como posible líder de la lista de la Tercera, una sección de enorme peso electoral y donde, además, late con más fuerza el corazón del kirchnerismo.
RESISTENCIAS
Es un nombre que genera resistencias en el sector de Kicillof. Los intendentes de la Tercera que reportan al Movimiento Derecho al Futuro vienen combatiendo los modos y la forma de construcción de La Cámpora. Jorge Ferraresi (Avellaneda), Mario Secco (Ensenada) y Juan José Mussi (Berazategui), entre otros, son los abanderados de esa postura refractaria a que se entronice a Máximo como depositario de un poder en transferencia.
Cerca de Kicillof tampoco genera algarabía esa posibilidad que el propio hijo de la ex presidenta no descartó. ”Cuando uno tiene conducción está siempre preparado para asumir los roles que haya”, dijo. Aunque luego, concedió: “Hace mucho tiempo dije que no había apellidos milagrosos. Sí tiene que haber hombres y mujeres en representar a la mayoría”.
En la Gobernación sostienen que habría que buscar un nombre de consenso. En algún momento se lanzó a rodar la alternativa de Verónica Magario. La vicegobernadora integra el sector de Kicillof pero mantiene un buen diálogo con el kirchnerismo.
El menú de alternativas es más amplio. La intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, estuvo ayer reunida con Cristina Kirchner y el encuentro alimentó los rumores sobre una eventual postulación por la Tercera. La jefa comunal es una de las principales dirigentes de La Cámpora.
En las últimas horas también se mencionó al senador nacional Eduardo “Wado” De Pedro como una de las alternativas que manejaría el kirchnerismo si se decide prescindir en la boleta del apellido Kirchner.
La colección de nombres que surge deja de alguna forma expuesta la disputa sin saldar en el peronismo. La sospecha de referentes cercanos a Kicillof es que La Cámpora buscará salir fortalecida de la condena a Cristina y que intentará avanzar para quedarse con los lugares más apetecibles en las listas.
El Gobernador, mientras tanto, volvió a hablar de listas de unidad. Lo hizo ante su tropa el martes, un día antes de la movilización a Plaza de Mayo. Un término que, en la balanza kicillofista, implica repartir las cargas sin hegemonías.
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