LLA y el PRO, más cerca de un acuerdo en la Provincia, pero no aflojan los tironeos
Edición Impresa | 26 de Junio de 2025 | 03:17

mpeulate@eldia.com
Por ahora hay que presentarlo todo en potencial. Pero anoche parecía más cerca la posibilidad del cierre de un acuerdo formal entre La Libertad Avanza y el Pro para competir juntos en la provincia de Buenos Aires en las próximas elecciones de septiembre para los cargos bonaerenses. Entendimiento que se viene demorando tanto como la marcha de los famosos tanques del general Alais en la Semana Santa del primer levantamiento carapintada contra Alfonsín (los más jóvenes pueden googlearlo).
Mandados por Mauricio Macri a cerrar el “mejor acuerdo posible”, los delegados amarillos se venían encontrando con cierta pretensión hegemónica de los libertarios a la hora de darle cuerpo a la eventual alianza. Una decisión más de imponer que de pactar. Que para los negociadores macristas (Cristian Ritondo, Diego Santilli y, en un plano secundario, Guillermo Montenegro) resultaría algo muy difícil de “vender” a la tropa propia si se pretende un acuerdo de fusión más o menos orgánico.
Pero algo habría cambiado el martes, en una reunión entre los acuerdistas amarillos y el operador violeta Sebastián Pareja, delegado de la Secretaria General de la Presidencia, Karina Milei. Que es la que decide, en nombre de su hermano el Presidente, lo que se hará en materia electoral en la crucial provincia de Buenos Aires.
Se trató de una suerte de seguro de garantía para espantar la principal desconfianza de los intendentes del Pro -son 13 en total- para adherir a un eventual acuerdo con el oficialismo a nivel nacional: que entren a los concejos deliberantes locales, en una lista conjunta, los referentes de LLA y después terminen comportándose como opositores en una estrategia para enfrentarlos en 2027.
Es que todos miran a la Ciudad de Buenos Aires, donde el alcalde Jorge Macri sufre el hostigamiento libertario en la Legislatura. Y todo el mundo entiende allí que eso se profundizará desde que en mayo pasado LLA le ganó las elecciones locales al Pro porque fueron enfrentados.
En la mencionada reunión, Pareja se comprometió a que los libertarios le darán “gobernabilidad” a todos los municipios en donde haya intendentes de Pro. O sea, moderarán pretensiones de esmerilamiento. En efecto, dicho así suena a un primer avance. Si se quiere, una primera concesión del mileísmo. Que, en rigor, aspira a ganar esta elección legislativa de medio término y, al día siguiente, empezar a trabajar para tratar de quedarse con el gobierno de la Provincia en 2027 y con la mayor cantidad de municipios posibles.
Lo que no ha quedado claro en está última charla, y este es un punto clave, es el criterio con el que se armarían las listas de candidatos a concejales en los distritos gobernados por el Pro. Y esa es una de las cosas que a Ritondo y Santilli le generan ruido entre los propios.
Con la lógica de cualquier jefe distrital, los intendentes amarillos pretenden ser los que manejen la lapicera para definir los nombres de los postulantes a los concejos deliberantes. Y, además, tener supremacía a la hora del poroteo de nombres. Para ser claros: supongamos que se eligen 12 ediles, pues el intendente pretende poner la mayoría de los candidatos en esa nomina y cederle, digamos, tres, cuatro, nombres a los violetas. Obvio que, cebados con la lógica de la sumisión, los libertarios pretendían inicialmente lo contrario. “Más generosidad”, piden ahora. Porque están convencidos de que la marca LLA es garantía de triunfo en todo lados. Discutible.
Esto es lo que espantaba a una parte de los 13 alcaldes amarillos. En especial a los que, en la dinámica interna del Pro, se referencian en Jorge Macri. Como Pablo Petrecca (Junín), Javier Martínez (Pergamino), Soledad Martínez (Vicente López) o María José Gentile (9 de Julio). Pero no serían los únicos.
“¿Por qué no vendrían por mi si quieren ir por mi jefe en la CABA?”, se preguntan con cierta lógica esos intendentes, que incluso ya tienen tironeos con referentes libertarios locales.
Supuestamente, la garantía de que eso no sucederá es lo que consiguieron Ritondo y Santilli. Pero, la verdad, nada está firmado. Es todo de palabra. Los negociadores del Pro buscan alejar la amenaza que les hace llegar ese grupo de jefes comunales: que podrían sumarse a una tercera vía que buscaría alejarse de la polarización “Mileismo vs. Kirchnerismo” y que ya están explorando dirigentes como Facundo Manes, un sector del radicalismo oficial, peronistas alejados del cristi-camporismo y demás actores.
Incluso las malas lenguas dicen que hasta lo están tentando al mismísmo Mauricio Macri, vía el examarillo Emilio Monzó, con el argumento de que ese sería el mejor camino para preservar la identidad partidaria. Falta nada para definir todo esto porque las alianzas deben presentarse en la justicia el próximo 9 de julio.
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