Alumnos de escuela denuncian olores de planta de residuos a cielo abierto

Una grave situación ambiental y sanitaria afecta a la comunidad de Quilmes, donde el denominado Ecoparque, una planta de tratamiento de residuos, está generando fuertes olores que provocan descompensaciones en los alumnos de una escuela cercana. Vecinos denuncian que la planta funciona como un basural a cielo abierto, comprometiendo la salud y la calidad de vida de miles de personas.

La basura de los 600 mil habitantes de Quilmes es trasladada a este Ecoparque, que, a pesar de haber sido concebido para la separación de residuos y la disminución del volumen enviado a rellenos sanitarios como el CEAMSE, se encuentra adyacente a una institución educativa emblemática y a un humilde club de barrio. Martín González, periodista de Telenoche, explicó que la planta se ubica junto a la Escuela IMPA, una institución con casi 70 años de historia en Quilmes y que se destaca por ofrecer especialidades en aeronáutica y aviónica a más de mil alumnos. Del otro lado, colinda con un club de barrio de escasos recursos.

Los residentes locales y padres de los estudiantes denuncian que la planta opera como un basural a cielo abierto, lo que genera una atmósfera irrespirable para los alumnos, quienes sufren mareos y náuseas. Además, señalan que los vecinos del barrio se ven afectados por la acumulación de agua hasta las rodillas debido al relleno del terreno. Victoria, madre de un alumno del IMPA, expresó el orgullo que representa la escuela por su especialidad en Aeronáutica, única en el ámbito público, pero Mario, otro padre, alertó sobre la cercanía del basural, a tan solo "100 metros de donde está el comedor de mil alumnos". Gisela, otra madre, relató que varios estudiantes tuvieron que ser retirados de la institución debido a las descompensaciones provocadas por los intensos olores, y manifestó su preocupación por la expectativa de que el Ecoparque reciba más de 16.000 toneladas de basura.

La problemática se extiende al club de barrio, donde un padre lamentó: "No podemos entrar en el predio, no podemos hacer de local acá, no podemos entrar ni a entrenar". Atribuyó el problema al desborde de agua proveniente de una fábrica adyacente al área de reciclaje, que "nos manda toda el agua por la altura que rellenaron 4 metros arriba. Esto que ves acá es contaminación para los chicos. No se seca más". Paula, también madre de la escuela, aseguró que la planta no fue declarada en el informe presentado al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entidad que proporcionó los fondos a Nación, y que luego fueron destinados a la provincia y a los municipios. "El BID no sabe lo que hay acá", afirmó, sugiriendo una falta de transparencia en la información brindada sobre el proyecto.

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