Celulares al volante, casi la mitad de los conductores no hace nada para evitarlos

Aunque el 90% reconoce el riesgo de usar el teléfono mientras maneja, el 41% no deja de hacerlo, revela una encuesta de la Defensoría

Edición Impresa

Aunque la gran mayoría de los conductores reconoce el riesgo que implica tanto para ellos como para terceros uso del teléfono al manejar -y de hecho algunos hasta admiten haber sufrido ya algún accidente vial a causa de él- casi la mitad no toma ninguna medida para evitarlo.

Esta peligrosa contradicción, que se traduce a diario en siniestros viales con heridos, constituye uno de los hallazgos una nueva encuesta realizada por la Defensoría del Pueblo bonaerense. El trabajo, que se realizó como parte de la campaña “Desconectá para conectar”, una iniciativa que busca repensar el uso que le damos a las pantallas, expone en cifras el alto impacto que tiene el uso de celulares en la conducción y la baja conciencia que se tiene de él.

“Existe una brecha entre creencias y comportamientos, por lo que es necesario profundizar en un mensaje de concientización que muestre el peligro real al que nos enfrentamos con esta práctica”, explicó el Defensor del Pueblo, Guido Lorenzino, al presentar los resultados de la investigación.

UN RIESGO NATURALIZADO

Al analizar las reacciones de los conductores ante una llamada entrante, el estudio muestra qué cuatro de cada diez (el 41%) no duda en atender: mientras que el 13,4% lo hace sin dejar de conducir, el 28,2% utiliza manos libres o altavoz, alternativas que también suelen ser causas de distracción.

En este aspecto, sólo el 33,4% de los conductores consultados dijo que prefiere no atender y un 24,6% aseguró que elige detenerse para contestar.

Con respecto a los mensajes, la encuesta pone en evidencia cómo un alto porcentajes de los conductores utiliza los momentos de pausa en el tránsito para ocuparse de ellos pese al riesgo de perder atención.

Concretamente, el 43,8% de los consultados admitió que revisa los mensajes recibidos mientras espera un semáforo en rojo, el 34,8% aguarda a finalizar el viaje y un 5,5% confiesa leer y responder sin dejar de manejar. Además, un 12,3% opta por contestar con audios y un 8,8% sólo lee sin responder.

Al indagar sobre los hábitos de ubicación del dispositivo dentro de los vehículos, el estudio halló también una fuerte tendencia a incurrir en prácticas inseguras. Y es que el 30% reconoció que lo coloca en el tablero o un soporte, el 19% dijo que lo deja en el asiento, el 14% afirmó que lo guarda en el bolsillo y un 2% admitió que lo sostiene en la mano al conducir.

Aun con estos comportamientos, el 64% de los consultados considera el uso del teléfono al volante como “muy peligroso”, y un 12% reconoce haber tenido ya incidentes relacionados con él: desde maniobras bruscas (6,4%) hasta choques (3,8%) o multas (1,6%).

PROBLEMA DE OTROS

Un dato llamativo que surge del sondeo es que la preocupación sobre la peligrosidad aumenta cuando la conducta la tiene otro: el 46,6% siente inquietud al ver a alguien usando el teléfono mientras maneja y un 39,7% afirma que le molesta o enoja. Esta percepción refuerza la sensación colectiva de peligro, aunque no siempre se traduzca en cambios de hábitos propios.

En cuanto a las normas vigentes, el 79% apoya totalmente la prohibición de usar teléfonos al conducir y el 78% considera que las sanciones deberían ser más duras pese a que en muchos casos (dado la incidencia de uso) esas multas podrían recaer sobre si.

 

celulares
volante

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE