Con los precios ya ni se hace la diferencia en las ferias francas
Edición Impresa | 19 de Septiembre de 2025 | 04:00

Las ferias francas tenían una diferencia con las verdulerías y carnicerías: el precio. El cliente conseguía ofertas y variedades que hoy es casi imposible de encontrar en las 8 ferias que funcionan en la Ciudad.
“No te dan factura, apenas un papel con la cuenta a mano o una máquina cualquiera, y los precios son iguales que en cualquier comercio tradicional”, dijo una clienta de la feria de 38 entre 9 y 11.
Fernando, otro cliente de la feria de parque Saavedra, planteó que hay algunos puestos que te hacen un descuento si pagas en efectivo. “Igual que en cualquier comercio, 10 ó 15 por ciento”, sostuvo.
En una feria céntrica, algunos ejemplos para esas afirmaciones: 6 naranjas de ombligo por 3.600 pesos, el brócoli grande a 4 mil, medio kilo de tomate cherry a 3 mil pesos y la bolsa de papas de 3 kilos a 2.500 pesos. Igual o por encima de lo que se puede ver en comercios del Centro.
Con el paso del tiempo, los puestos fueron sumando billeteras virtuales, tarjetas de débito, cajas de ahorro para recibir transferencias y otras modalidades de pago electrónicas. La mayoría ya no maneja efectivo”, dijo una puestera de 51 entre 21 y 23. Esas modalidades ya superan largamente la mitad de las ventas que están en el foco de un debate sobre esta modalidad que ocupa espacios públicos cerca de otros comercios. Por caso, hay 700 verdulerías en la Ciudad, según el registro Municipal.
La Comuna tiene en carpeta un plan de reforma del sistema. Por el momento afirma que no las va a trasladar ni sacar del mapa comercial.
ORDENANZA
Por la ordenanza municipal 10.432 los puesteros de las 8 ferias de la Ciudad tienen que cumplir con obligaciones y requisitos. La norma autoriza rubros variados del consumo doméstico que pueden ir más allá de la alimentación (librería, herrería, tienda, entre otros). Sin embargo, últimamente se ven más puestos de frutas y verduras.
Uno de los puntos en observación en la Comuna es el canon: consideran que quedó desactualizado y en cualquier momento se aplicaría un incremento.
En total, hay 187 puestos registrados en los distintos puntos de venta: 68 entre 12 y 14 (parque Saavedra), 51 entre 21 y 23; 38 entre 9 y 11; diagonal 79 y 4; 38 y 116; diagonal 79 y 117, en Tolosa y en City Bell.
Desde la Municipalidad plantean que “con el plan de recuperación del espacio público, la Comuna está próximo a iniciar un plan de ordenamiento de las ferias para que mejoren su funcionamiento y, además, se preserve el espacio urbano, la limpieza y el orden de cada lugar donde se desarrolla”.
Ese ordenamiento tiene que ver con un análisis del deterioro del espacio público, los módulos donde trabajan, la seguridad.
“Se está trabajando para que la Ciudad tenga por primera vez una política ferial que permita tener un espacio público cuidado y ordenado”, agregaron fuentes oficiales.
La idea es sostenerlas en los puntos de venta en el que se encuentran desde hace décadas, remodelando la propuesta para preservar los lugares que ocupan a lo largo de la semana.
También se está revisando quiénes pagan el canon, cómo es la situación de los trabajadores (hay emprendimientos con empleados y otros que son familiares) y la actualidad tributaria (la mayoría son responsables inscriptos por el volumen de dinero que manejan).
En las ferias, desde hace varias décadas, no hay productores. La mercadería la compran en el mercado o bien en quintas de la Región, según pudo saber este diario.
QUEJAS VECINALES
En distintas ferias, las quejas vecinales llegaron en cantidades llamativas al 147 de la Municipalidad: falta de higiene, ruidos molestos y conductas que chocan contra la buena convivencia con vecinos y comerciantes de la zona en las que se instalan: “Hacen sus necesidades en las veredas y frentes de las propiedades del barrio”, dijo una vecina de la feria de 38 entre 9 y 11.
Otra de las quejas tiene que ver con el tránsito. “Los camiones muchas veces no permiten el paso de otros vehículos o los dejan al borde del roce. Donde hay escuelas, como el caso de diagonal 79 y 117, en barrio Mondongo, se hace muy difícil pasar sin tener algún inconveniente, principalmente en el horario escolar”, dijo un vecino de ese barrio que habló con este diario.
En la feria de 51 entre 21 y 23, la Municipalidad encaró una obra de puesta en valor de la rambla.
Esa situación generó preocupación entre los puesteros, quienes iniciaron una campaña de firmas para permanecer en el lugar.
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