Una banda vació cuatro departamentos en menos de tres horas
Edición Impresa | 8 de Septiembre de 2025 | 01:32

La inseguridad volvió a hacerse sentir en la región y esta vez el blanco fue un complejo habitacional de Manuel B. Gonnet.
En apenas tres horas, cuatro de las siete viviendas del predio fueron saqueadas, dejando a sus moradores con una sensación de vulnerabilidad extrema.
El hecho no solo significó pérdidas millonarias, sino también la certeza de que los delincuentes actuaron con planificación, eligiendo con precisión el momento y el modo de ingreso.
Según pudo saber este diario, el único de los damnificados que hasta el momento pudo hacer la denuncia se retiró de su casa pasado el mediodía de ayer.
Al regresar, cerca de las tres y media de la tarde, descubrió que su hogar había sido violentado.
El impacto fue inmediato: la puerta permanecía cerrada, pero al recorrer la casa el caos era notorio.
Gran parte de su ropa se encontraba tirada en el piso y los cajones de sus muebles permanecían abiertos.
De forma inmediata el damnificado se abocó a intentar hallar una explicación a lo que estaba viendo. Estaba claro que había pasado una ola delictiva por su casa pero quería entender cómo habían logrado vulnerar la seguridad de su domicilio si su puerta estaba cerrada.
En el recorrido que hizo notó que habían entrado por el segundo piso tras forzar una ventana y que, para lograrlo, antes habían roto un alambrado olímpico que da a la calle 504.
Ese sector, justamente, carece de cámaras de seguridad.
En medio de esos ambientes revueltos y con la seguridad plena de que se había convertido en blanco de un asalto, realizó un inventario y pudo detectar el faltante de dinero en dólares y pesos, dos notebooks, una consola de videojuegos, perfumes y dos tarjetas de crédito.
Todo indicaba que los intrusos se tomaron el tiempo suficiente para revisar cada rincón en busca de lo que más valor tuviera y resultara fácil de trasladar.
A esa altura, la alarma instalada en la casa era un detalle inútil: aparentemente no se había activado.
El episodio no fue un hecho aislado. Los mismos ladrones aprovecharon la oportunidad para forzar otras tres viviendas del complejo. Hasta el cierre de esta edición aún no se conocían las pérdidas sufridas en esas tres casas ya que, según indicaron fuentes policiales, sus propietarios se encuentran de viaje.
En pocas horas, la tranquilidad de un predio que hasta entonces parecía seguro se convirtió en un lugar vulnerable, marcado por el temor de sus propios habitantes.
La simultaneidad de los ataques refuerza la hipótesis de que no se trató de un robo improvisado, sino de un operativo planificado y dirigido.
Las pistas, por ahora, apuntan a las cámaras de seguridad de negocios cercanos, entre ellos una empresa lindera dedicada a los alambrados que podría haber registrado el paso de los intrusos.
Esos registros podrían ser clave en las próximas horas para reconstruir la ruta de entrada y salida, además de precisar el número de participantes en el hecho.
Mientras tanto, el barrio se mantiene en vilo.
La magnitud del botín, sumada a la cantidad de viviendas atacadas en simultáneo, refleja una modalidad delictiva que preocupa y que deja claro que los delincuentes actuaron con conocimiento de las falencias en la seguridad.
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