Después de varios años, volverá la grúa para combatir infracciones de tránsito

Cuando un vehículo obstruía la entrada/salida de una cochera o el paso de una rampa para discapacitados caía la grúa municipal y se lo llevaba. El procedimiento fue habitual en La Plata hasta 2011, año en que, a falta de un remolcador oficial, se puso fin a los acarreos como sanción de esa falta, considerada grave dentro del mal estacionamiento. Ahora, quieren reflotar esa modalidad de sanción y se estudia la manera de ponerla en práctica.

En el área comunal de Convivencia y Control Ciudadano, desde donde se planifica el ordenamiento del tránsito de la Ciudad, buscan frenar la permanente contravención de los automovilistas que obstruyen con sus vehículos el acceso a un garaje, la subida de las rampas para sillas de rueda o que dejan atrapados, por un estacionamiento indebido, a otros conductores. “Vamos a salir a levantar los autos en infracción”, anticipó el titular de la repartición, Roberto Di Grazia.

Lo que todavía no se definió es si el servicio será directo por parte del Municipio o si se le encargará el trabajo a terceros, como ocurre en la capital federal. “Estamos estudiando si vamos a adquirir grúas o vamos a contratar a alguna empresa que realice los acarreos - indicó Di Grazia -. La gestión anterior los tercerizó, pero cuando iniciamos esta administración ya no se contaba con la modalidad del remolque. Las dos formas tienen sus ventajas y desventajas, por eso lo estamos analizando”.

Además, según confió el funcionario, para avanzar en el objetivo de volver con el sistema de acarreos, la Municipalidad debe primero liberar de vehículos - principalmente de motos que fueron secuestradas - el playón de 20 y 50. También ese aspecto es motivo de análisis, pues se debe ver con qué estrategia “limpiarán” el espacio antes de salir a la calle con la grúa. “Tenemos que realizar una reestructuración porque ahora la operatividad es muy reducida; no hay casi capacidad para llevar más vehículos. Hay que ver si salen por subasta o compactación”, dijo Di Grazia.

En la “época de oro” de la grúa, por caso entre 2002 y 2009, se realizaba un promedio de 30 acarreos diarios, por lo general en puntos del microcentro. En esos años se procedía así: los inspectores de tránsito detectaban la infracción de un vehículo que taponaba el acceso a una cochera o se había estacionado en doble fila. Si estaba presente el conductor del coche, se le ordenaba el retiro de la unidad y se le aplicaba, al mismo tiempo, una multa por la falta. Pero si el dueño del móvil no estaba, además de imponer una sanción, se levantaba el vehículo y se lo trasladaba al playón de 20 y 50, adonde el propietario del auto debía concurrir para pagar la gestión del acarreo y la multa y así poder retirarlo.

También se procedía a utilizar ese mecanismo frente a la denuncia de algún vecino por la obstrucción con un auto de una cochera particular.

En un caso que se recuerda como “insólito”, durante el auge de los remolques por infracción, una grúa se llevó un automóvil mal estacionado que, para desesperación del dueño del vehículo, tenía en su interior un maletín lleno de oro. El hecho sucedió en 54 entre 7 y 8 cuando un hombre que se dedicaba a la compra - venta del valioso metal dejó su Fiat Uno mal estacionado para realizar un trámite bancario y al regresar ya no estaban ni el auto ni su pequeño tesoro.

De acuerdo a la ley nacional de Tránsito, está prohibido dejar un automóvil en la bajada de un garaje ajeno en uso y con el correspondiente cartel que indique la prohibición para estacionar en ese lugar. La realidad es que no obstante la norma, desde hace años numerosos vecinos vienen quejándose por no poder retirar el vehículo de su vivienda a raíz de que otro auto, sin conductor a la vista, impide el paso.