El delirio racional de Lalo Mir

En su espacio matutino en Radio Del Plata le agregó al absurdo que cultivó durante años en FM: una sintonía fina con la realidad

Lalo Mir conduce "Lalo Bla Bla", de lunes a viernes de 9 a 12 por Radio Del Plata. Lo acompañan: Luciano Galente (actualidad), Alfredo Zaiat (economía), Juan Szafrán (deportes), Pancho Muñoz (humor), Fernando Peña (personajes), Andrea Taboada (locución), Mariana Karpovich (coordinadora de producción), Cecilia De Dan (producción periodística), Julio Leiva (producción creativa), Martín Canay y Diego Colombres (móviles).

¿Por qué hace radio?

"En realidad, creo que todo es obra de la casualidad. A los 15 años fui con la escuela a hacer un trabajo práctico a una radio y los tipos de la emisora percibieron que yo podía servir y me dieron para leer algunas tandas de avisos y noticias. Recién a los 25 me dediqué casi en forma exclusiva a la radiofonía y hoy es parte de mi vida".

¿Cómo definiría al ambiente de la radiofonía?

"Creo que los que trabajamos en los medios masivos no somos gente normal. Estamos todos un poco locos".

¿Ante qué temas no puede permanecer imparcial?

"Ante los vinculados con los problemas cotidianos de la gente".

En lo profesional, ¿qué barrera sabe que no debe atravesar?

"La de herir gratuitamente a alguien. En mi caso, como hago bastante humor siempre estoy tanteando los límites".

En lo profesional, ¿qué le importa un comino?

"El qué dirán".

Habitualmente, ¿qué se critica?

"El ser demasiado autista y demasiado obsesivo".

Cuando se equivoca, ¿cómo reacciona con usted mismo?

"Me da bronca. Siempre pienso '¡Qué pelotudo! Cómo me equivoqué'. Por suerte, muchas veces se me enciende la lucecita roja una milésima de segundo antes y, como tengo la cintura acostumbrada a las vicisitudes profesionales, puedo hacer una finta y escaparle al horror".

La radio es...

-"...un presente continuo con mucha adrenalina".

Al aire, ¿cuál es el sentimiento que más reprime?

"La excitación. Si no lo hiciera, en varias ocasiones quedaría en otra sintonía".

Cuando se cruza con un entrevistado que lo incomoda o lo irrita, ¿qué actitud toma?

"En lugar de convertirme en un torero peleador me gana el desgano, me pongo más abúlico y dejo hacer. Creo que es un error, pero es así".

¿Qué representa el estudio radial para usted?

"Es mi lugar de trabajo; es el sitio en el que he fabricado la mayor cantidad de fantasías; es el testigo y la caja de resonancias de la fantasía que invento. Tal vez es por eso que entrar a un estudio de radio siempre me resulta placentero, tranquilizante y mágico".

Cuando está frente al micrófono, ¿tiene verdadera noción de la cantidad de gente que hay del otro lado?

"No. Frente al micrófono soy un loco que habla solo".

¿Cómo mide sus responsabilidades éticas, morales e intelectuales?

"Tanto en mi vida como en la profesión lo que digo, lo que hago y lo que pienso está concatenado. En líneas generales digo lo que pienso, pienso lo que digo y hago lo que digo, y pienso con sentido común. Por lo tanto, en este terreno no tengo conflictos".


PERSONAJE DEL ETER

Buceando en su trayectoria, ¿el oyente se puede encontrar con el verdadero Lalo Mir?

"Si hablamos de la ética y la moral, sí. Respecto de las formas, no. En radio fabrico un personaje de comedia que tiene mil caras, mil gestos y mil voces. Yo, normalmente, soy una persona mucho más llana y más lineal".

¿Usted podría resistir un archivo?

"Sí, y bastante bien. Todo lo que hice, mal o bien, en definitiva estuvo bien hecho porque aprendí de eso".

Gran parte de los colegas sostienen que estamos viviendo una guerra de medios, ¿usted siente lo mismo?

"No. Lo que yo siento es que se está viviendo una competencia de medios cargada de política".

En el orden profesional, ¿qué ha defendido siempre con uñas y dientes?

"Los honorarios".

La radio basura, ¿existe?

"Todos somos un poco radio basura y usamos elementos que, por ahí, merecerían ir al basurero, pero esto sucede porque a todo el mundo le gusta revolver la basura".

¿Sobre qué cosas no le gusta hablar por radio?

"Sobre mí. Me cuesta hablar en primera persona, salvo cuando se trata de anécdotas".

¿Cómo se define profesionalmente?

"Como un animador y un conductor radial".

¿Qué es lo peor que le puede ocurrir a un conductor y animador radial como usted?

"Pasar de moda".

¿Lucha contra eso?

"No, pero cuando me toque, seguramente me va a pegar fuerte, como a todo el mundo. Tengo en claro que existe un tiempo para todo y que en esta profesión te jubila el desinterés de la gente y cuando dejás de ser negocio para la empresa que te contrata".

¿Qué programa no haría por nada del mundo?

"Ninguno que me disguste o me haga sentir incómodo".

¿Cuándo se dio cuenta que hacía bien su trabajo?

"Cuando la gente y la prensa me lo empezaron a decir. De todos modos, hasta llegar a 'Radio Bangkok', mi crecimiento fue lento y paulatino, a partir de ahí, sobre todo en el último año, se produjo una explosión, y desde entonces hasta la fecha todo fue producto de la inercia.


EN LA CUERDA FLOJA

¿Qué opina de la radio que tenemos?

"Que es como nosotros. La radio, como el país, está medio destrozada. Hoy, en radio es difícil financiar, mantenerse tecnológicamente y, por ende, sobrevivir".

¿Por qué cree que lo escuchan?

"Al menos, los que se me acercan me dicen que conmigo se divierten, la pasan bien y que los ayudo a ver la realidad con un poquito más de optimismo".

Por último, ¿tiene algún remordimiento profesional?

"Sí. Haber herido gratuitamente a alguna gente".

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