El uniforme escolar: ¿una tradición que se pierde?
En los colegios privados flexibilizan el uso de la indumentaria para los alumnos
| 23 de Marzo de 2003 | 00:00

Para colaborar con la economía de las familias o porque se adaptan a las nuevas tendencias del vestir que definen un atuendo más suelto y desacartonado, los colegios privados han ido modificando en los últimos años los uniformes que requieren a sus alumnos, hasta presentar diseños más sencillos o con menos prendas.
Según cuentan desde algunas instituciones, el tradicional blazer, por ejemplo, ya empieza a considerarse una "pieza de museo" que cedió terreno frente a las camperas y rompevientos que incluso pueden sumar menos a la hora de comprar el equipamiento en el inicio de clases.
"El uniforme se mantiene aún en escuelas que son gratuitas (el estado se hace cargo de las cuotas en zonas donde no hay oferta pública) porque es una solución para los padres y el colegio, ya que evita diferencias entre los chicos. No obstante, se ha operado una simplificación al reemplazar la camisa y corbata por una chomba o el blazer por una campera", señaló el presidente de la Asociación de Escuelas Privadas de la República Argentina (ADEPRA), Perpetuo Lentijo.
Los referentes de las entidades del sector coinciden en que la realidad ha operado sobre los colegios. Desde la Asociación de Instituciones de Educación Privada de la República Argentina (AIEPBA) se remarcó que entre un 70 y un 80 % de las instituciones subvencionadas ha achicado la lista de prendas que deben tener los alumnos.
El dirigente de la entidad, Armando Yáñez Martínez, calculó que la sustitución de camperas por blazer, camisas por remeras y equipos completos de gimnasia por buzos que se pueden usar también fuera del colegio puede hacer bajar un gasto del orden de los 80 o 90 pesos "a la mitad".
En los negocios del ramo de la Ciudad creen que la reducción de costos es relativa y más bien, los cambios obedecen al dictado de la moda. "Un blazer vale 70 pesos y una campera puede ir de 30 a 120", dijo una empleada de un comercio céntrico y añadió que un buzo completo (pantalón y campera con logo del colegio) puede ir de los 20 a los 60 pesos. En otro negocio tradicional de La Plata explicaron que el equipo completo para algunos colegios, con zapatos, pantalón, chomba, camisa, corbata, pulóver y campera llega a los 150 pesos. Los costos se mantienen en un nivel similar para vestir a las mujeres.
Parece que no sólo es cálculo económico y que con la misma intensidad los colegios buscan "aggiornarse" con lo que se usa en la actualidad: "Es difícil hacerle poner un jumper hasta los tobillos a las chicas ahora. Así que se opta por la pollera y una remera", apuntó Lentijo. Del mismo modo opinó que "a los chicos no les hace ninguna gracia ponerse un blazer y corbata".
Según informó ADEPRA, en la Provincia la normativa libera de la obligación de llevar uniforme a los estudiantes que asisten a los colegios con subvención estatal del 100 por ciento para los salarios de los docentes. Esas instituciones cobran los aranceles más bajos. Aún así, se sostiene que todos conservan la exigencia de asistir con pantalón negro o azul, chomba o camisa, zapatos y campera, por ejemplo, y que eso no ha derivado en quejas o conflictos.
El padre Domingo Miner, del colegio San José (11 entre 51 y 53) contó que en esa institución se optó hace unos años por una nueva fórmula, que presenta uniforme de invierno y de verano. "Se trata de darles algo que no sea tan pesado de llevar; la chomba permite que se sientan más libres", contó sobrela adaptación de la vestimenta que se dispuso más por cuestiones de comodidad para los alumnos, que de economía familiar.
Si de ajuste se trata, en algunas escuelas privadas del Conurbano encontraron una forma de economizar intercambiando libros y prendas usadas en el comienzo del ciclo lectivo. La modalidad del trueque escolar entre familias de un mismo establecimiento se vio por primera vez hace dos años en colegios del sur del Conurbano y La Matanza.
LOS CHICOS SIEMPRE ENTRAN AL COLEGIO
Ahora bien, qué ocurre cuando un alumno asiste a su colegio sin el uniforme. El director del Lincoln, Daniel Evans, sostuvo que "cuando el chico llega a la escuela nuestra obligación es que ingrese más allá de que tenga o no puesto el uniforme. Esto quiere decir que de ninguna manera los alumnos se quedan en la calle por la falta de indumentaria", y agregó que "de todos modos ahora no es tan exigente la ropa que se utiliza para el uniforme. Pues se eligen los colores de remeras y pantalones y hay que tratar de respetarlos".
"Hace unos años atrás -señaló el director de otra escuela privada- si un alumnos llegaba sin el uniforme no podía entrar a la escuela. Pero las reglas de juego ahora cambiaron, ya sea por un tema de seguridad como así también por una cuestión económica. Pues si un chico llega sin uniforme es mejor que ingrese a la escuela a que ande dando vueltas por la calle, que hoy en día es muy peligroso".
Según cuentan desde algunas instituciones, el tradicional blazer, por ejemplo, ya empieza a considerarse una "pieza de museo" que cedió terreno frente a las camperas y rompevientos que incluso pueden sumar menos a la hora de comprar el equipamiento en el inicio de clases.
"El uniforme se mantiene aún en escuelas que son gratuitas (el estado se hace cargo de las cuotas en zonas donde no hay oferta pública) porque es una solución para los padres y el colegio, ya que evita diferencias entre los chicos. No obstante, se ha operado una simplificación al reemplazar la camisa y corbata por una chomba o el blazer por una campera", señaló el presidente de la Asociación de Escuelas Privadas de la República Argentina (ADEPRA), Perpetuo Lentijo.
Los referentes de las entidades del sector coinciden en que la realidad ha operado sobre los colegios. Desde la Asociación de Instituciones de Educación Privada de la República Argentina (AIEPBA) se remarcó que entre un 70 y un 80 % de las instituciones subvencionadas ha achicado la lista de prendas que deben tener los alumnos.
El dirigente de la entidad, Armando Yáñez Martínez, calculó que la sustitución de camperas por blazer, camisas por remeras y equipos completos de gimnasia por buzos que se pueden usar también fuera del colegio puede hacer bajar un gasto del orden de los 80 o 90 pesos "a la mitad".
En los negocios del ramo de la Ciudad creen que la reducción de costos es relativa y más bien, los cambios obedecen al dictado de la moda. "Un blazer vale 70 pesos y una campera puede ir de 30 a 120", dijo una empleada de un comercio céntrico y añadió que un buzo completo (pantalón y campera con logo del colegio) puede ir de los 20 a los 60 pesos. En otro negocio tradicional de La Plata explicaron que el equipo completo para algunos colegios, con zapatos, pantalón, chomba, camisa, corbata, pulóver y campera llega a los 150 pesos. Los costos se mantienen en un nivel similar para vestir a las mujeres.
Parece que no sólo es cálculo económico y que con la misma intensidad los colegios buscan "aggiornarse" con lo que se usa en la actualidad: "Es difícil hacerle poner un jumper hasta los tobillos a las chicas ahora. Así que se opta por la pollera y una remera", apuntó Lentijo. Del mismo modo opinó que "a los chicos no les hace ninguna gracia ponerse un blazer y corbata".
Según informó ADEPRA, en la Provincia la normativa libera de la obligación de llevar uniforme a los estudiantes que asisten a los colegios con subvención estatal del 100 por ciento para los salarios de los docentes. Esas instituciones cobran los aranceles más bajos. Aún así, se sostiene que todos conservan la exigencia de asistir con pantalón negro o azul, chomba o camisa, zapatos y campera, por ejemplo, y que eso no ha derivado en quejas o conflictos.
El padre Domingo Miner, del colegio San José (11 entre 51 y 53) contó que en esa institución se optó hace unos años por una nueva fórmula, que presenta uniforme de invierno y de verano. "Se trata de darles algo que no sea tan pesado de llevar; la chomba permite que se sientan más libres", contó sobrela adaptación de la vestimenta que se dispuso más por cuestiones de comodidad para los alumnos, que de economía familiar.
Si de ajuste se trata, en algunas escuelas privadas del Conurbano encontraron una forma de economizar intercambiando libros y prendas usadas en el comienzo del ciclo lectivo. La modalidad del trueque escolar entre familias de un mismo establecimiento se vio por primera vez hace dos años en colegios del sur del Conurbano y La Matanza.
LOS CHICOS SIEMPRE ENTRAN AL COLEGIO
Ahora bien, qué ocurre cuando un alumno asiste a su colegio sin el uniforme. El director del Lincoln, Daniel Evans, sostuvo que "cuando el chico llega a la escuela nuestra obligación es que ingrese más allá de que tenga o no puesto el uniforme. Esto quiere decir que de ninguna manera los alumnos se quedan en la calle por la falta de indumentaria", y agregó que "de todos modos ahora no es tan exigente la ropa que se utiliza para el uniforme. Pues se eligen los colores de remeras y pantalones y hay que tratar de respetarlos".
"Hace unos años atrás -señaló el director de otra escuela privada- si un alumnos llegaba sin el uniforme no podía entrar a la escuela. Pero las reglas de juego ahora cambiaron, ya sea por un tema de seguridad como así también por una cuestión económica. Pues si un chico llega sin uniforme es mejor que ingrese a la escuela a que ande dando vueltas por la calle, que hoy en día es muy peligroso".
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