Horror en Parque Pereyra: la chica apareció muerta
Fue asesinada la adolescente que había desaparecido el lunes cuando estaba en el predio con un amigo
| 2 de Enero de 2004 | 00:00

El cadáver de Natalia Fabrizio, la chica de 16 años que desde hace cuatro días era intensamente buscada, tras desaparecer en el Parque Pereyra Iraola cuando se encontraba con un amigo en el interior de un auto, fue hallado anoche dentro de una bolsa a metros del cruce de los caminos Belgrano y Centenario.
La desaparición de la adolescente había acaparado la atención de las máximas autoridades del país y la Provincia a partir del dramático pedido de ayuda de sus padres para que se intensificara la búsqueda, quienes en la noche de fin de año recibieron llamados telefónicos personales del presidente Néstor Kirchner y del gobernador Felipe Solá, con sendos compromisos de encontrarla cuando aún se mantenía la esperanza de que estuviera secuestrada pero viva.
Según las primeras versiones, el cuerpo de la chica presentaba un fuerte golpe en la cabeza, aunque hasta el cierre de esta edición no se había realizado la operación de autopsia para determinar las causas de la muerte.
Pese a que hasta el cierre de esta edición los padres no habían visto el cadáver, los médicos policiales y peritos que llegaron al lugar la reconocieron por la ropa que llevaba puesta y por las fotografías de la chica que se difundieron.
Fuentes policiales indicaron que el cadáver se encontraba en posición fetal, envuelto en una bolsa, en el zanjón ubicado al costado del camino General Belgrano, a 600 metros del cruce con el Centenario, donde hay un destacamento policial. En rigor, estaba dentro del Parque Pereyra Iraola.
Uno de los jefes policiales dijo que pese a que desde la madrugada del lunes se produjeron lluvias, la bolsa en la que se encontró el cadáver de Natalia no presentaba signos de haberse mojado. Por eso el investigador sospecha que el cuerpo fue depositado allí en las últimas horas, y esto abrió un interrogante: ¿el asesino regresó a la zona del crimen a arrojar el cuerpo cuando cientos de policías rastrillaban el lugar?
En ese sentido, además, anoche había datos contrapuestos: algunas fuentes decían que la zona donde apareció el cuerpo había sido revisada con anterioridad, y no habían visto la bolsa -por negligencia, o porque no estaba- y otras afirmaban que ese lugar, puntualmente, no había sido rastrillada.
Las fuentes indicaron también que la Policía arribó al lugar alertada por un llamado telefónico anónimo. Lo que se encontró fue una bolsa con olor a putrefacción y las autoridades ordenaron no tocar nada hasta que llegaran los peritos que descubrieron el cadáver.
El hallazgo se produjo mientras la Policía y bomberos de Villa Elisa realizaban una reconstrucción del episodio en que desapareció Natalia y cuando el fiscal del caso, Claudio Pelayo, le tomaba por primera vez en sede judicial declaración testimonial a Nicolás Gómez, el joven de 19 años que llevó en su auto a Natalia al Parque Pereyra Iraola y contó que un delincuente la capturó.
El testimonio del muchacho era analizado anoche por el fiscal y los investigadores, que consideraban que presentaba "muchos puntos oscuros".
Los padres de Natalia se enteraron del hallazgo en los Tribunales de Quilmes, donde mantenían una reunión con el fiscal general de ese distrito Marcelo Dragui, el secretario de Seguridad Interior Norberto Quantín y el ministro de Seguridad bonaerense Raúl Rivara.
El fiscal Pelayo ordenó el traslado del cuerpo a la morgue para que se le practique la autopsia que revelará las causas y el momento de la muerte.
Los forenses trabajarán además en la búsqueda de algún rastro del asesino -piel, pelos o semen en caso de que haya sido víctima de un ataque sexual-, que pudiera haber quedado en el cuerpo de Natalia.
Como se dijo, el presidente Kirchner se comunicó anteayer telefónicamente con los padres de Natalia y se había comprometido a colaborar con todos los medios que estuvieran a su alcance para ubicar el paradero de la adolescente. Por eso Quantín pasó el día de ayer en la casa de la familia de Natalia y le ofreció a la Fiscalía la colaboración de expertos en búsquedas de personas de la Policía Federal.
El caso se inició el lunes pasado cerca de las 2 de la madrugada, cuando Natalia llegó junto a Nicolás Gómez -a quien que había conocido días atrás-, al Parque Pereyra Iraola que tiene una superficie de 800 hectáreas.
Según la versión que le dio a la Policía, Gómez llevó a la chica al parque a bordo de su Renault 11 y estacionó el vehículo a un costado del camino Centenario, que une la rotonda Gutiérrez con nuestra ciudad. Según el lugar que describió, se detuvo a escasos metros de la mencionada rotonda.
Siempre de acuerdo al relato del joven, mientras conversaba con Natalia un hombre se acercó hasta el auto y rompió uno de los vidrios delanteros, tras lo cual los amenazó con un arma. Allí, obligó a Nicolás a introducirse en el baúl del auto, amenazó a la chica para pasarse al asiento trasero y pretendió arrancar el auto para escapar.
Pero, según el propio relato de Nicolás, el auto no arrancó, por lo que el hombre lo dejó encerrado y se llevó a Natalia. Un rato después el muchacho logró salir del baúl y corrió hasta una comisaría, donde realizó la denuncia de lo ocurrido.
Desde ese mismo lunes, la Policía realizó rastrillajes en el parque que no dieron resultados hasta anoche. Tanto Hilda González, la mamá de Natalia, como el resto de sus familiares sospecharon desde el principio de la versión que dio Gómez.
La desaparición de la adolescente había acaparado la atención de las máximas autoridades del país y la Provincia a partir del dramático pedido de ayuda de sus padres para que se intensificara la búsqueda, quienes en la noche de fin de año recibieron llamados telefónicos personales del presidente Néstor Kirchner y del gobernador Felipe Solá, con sendos compromisos de encontrarla cuando aún se mantenía la esperanza de que estuviera secuestrada pero viva.
Según las primeras versiones, el cuerpo de la chica presentaba un fuerte golpe en la cabeza, aunque hasta el cierre de esta edición no se había realizado la operación de autopsia para determinar las causas de la muerte.
Pese a que hasta el cierre de esta edición los padres no habían visto el cadáver, los médicos policiales y peritos que llegaron al lugar la reconocieron por la ropa que llevaba puesta y por las fotografías de la chica que se difundieron.
Fuentes policiales indicaron que el cadáver se encontraba en posición fetal, envuelto en una bolsa, en el zanjón ubicado al costado del camino General Belgrano, a 600 metros del cruce con el Centenario, donde hay un destacamento policial. En rigor, estaba dentro del Parque Pereyra Iraola.
Uno de los jefes policiales dijo que pese a que desde la madrugada del lunes se produjeron lluvias, la bolsa en la que se encontró el cadáver de Natalia no presentaba signos de haberse mojado. Por eso el investigador sospecha que el cuerpo fue depositado allí en las últimas horas, y esto abrió un interrogante: ¿el asesino regresó a la zona del crimen a arrojar el cuerpo cuando cientos de policías rastrillaban el lugar?
En ese sentido, además, anoche había datos contrapuestos: algunas fuentes decían que la zona donde apareció el cuerpo había sido revisada con anterioridad, y no habían visto la bolsa -por negligencia, o porque no estaba- y otras afirmaban que ese lugar, puntualmente, no había sido rastrillada.
Las fuentes indicaron también que la Policía arribó al lugar alertada por un llamado telefónico anónimo. Lo que se encontró fue una bolsa con olor a putrefacción y las autoridades ordenaron no tocar nada hasta que llegaran los peritos que descubrieron el cadáver.
El hallazgo se produjo mientras la Policía y bomberos de Villa Elisa realizaban una reconstrucción del episodio en que desapareció Natalia y cuando el fiscal del caso, Claudio Pelayo, le tomaba por primera vez en sede judicial declaración testimonial a Nicolás Gómez, el joven de 19 años que llevó en su auto a Natalia al Parque Pereyra Iraola y contó que un delincuente la capturó.
El testimonio del muchacho era analizado anoche por el fiscal y los investigadores, que consideraban que presentaba "muchos puntos oscuros".
Los padres de Natalia se enteraron del hallazgo en los Tribunales de Quilmes, donde mantenían una reunión con el fiscal general de ese distrito Marcelo Dragui, el secretario de Seguridad Interior Norberto Quantín y el ministro de Seguridad bonaerense Raúl Rivara.
El fiscal Pelayo ordenó el traslado del cuerpo a la morgue para que se le practique la autopsia que revelará las causas y el momento de la muerte.
Los forenses trabajarán además en la búsqueda de algún rastro del asesino -piel, pelos o semen en caso de que haya sido víctima de un ataque sexual-, que pudiera haber quedado en el cuerpo de Natalia.
Como se dijo, el presidente Kirchner se comunicó anteayer telefónicamente con los padres de Natalia y se había comprometido a colaborar con todos los medios que estuvieran a su alcance para ubicar el paradero de la adolescente. Por eso Quantín pasó el día de ayer en la casa de la familia de Natalia y le ofreció a la Fiscalía la colaboración de expertos en búsquedas de personas de la Policía Federal.
El caso se inició el lunes pasado cerca de las 2 de la madrugada, cuando Natalia llegó junto a Nicolás Gómez -a quien que había conocido días atrás-, al Parque Pereyra Iraola que tiene una superficie de 800 hectáreas.
Según la versión que le dio a la Policía, Gómez llevó a la chica al parque a bordo de su Renault 11 y estacionó el vehículo a un costado del camino Centenario, que une la rotonda Gutiérrez con nuestra ciudad. Según el lugar que describió, se detuvo a escasos metros de la mencionada rotonda.
Siempre de acuerdo al relato del joven, mientras conversaba con Natalia un hombre se acercó hasta el auto y rompió uno de los vidrios delanteros, tras lo cual los amenazó con un arma. Allí, obligó a Nicolás a introducirse en el baúl del auto, amenazó a la chica para pasarse al asiento trasero y pretendió arrancar el auto para escapar.
Pero, según el propio relato de Nicolás, el auto no arrancó, por lo que el hombre lo dejó encerrado y se llevó a Natalia. Un rato después el muchacho logró salir del baúl y corrió hasta una comisaría, donde realizó la denuncia de lo ocurrido.
Desde ese mismo lunes, la Policía realizó rastrillajes en el parque que no dieron resultados hasta anoche. Tanto Hilda González, la mamá de Natalia, como el resto de sus familiares sospecharon desde el principio de la versión que dio Gómez.
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