Prof. Dr. Fidel Schaposnik

Falleció en nuestra ciudad el profesor doctor Fidel Schaposnik, prestigioso docente e investigador que desarrolló una actuación brillante en círculos universitarios y científicos.

Había nacido en Torrecita, actualmente Urdampilleta, provincia de Buenos Aires, trasladándose junto a su familia a La Plata cuando sólo tenía 5 años. Hizo sus estudios primarios en la escuela Nº 39, luego en el Colegio Nacional, en donde fue formado por profesores como Martínez Estrada, Sánchez Viamonte, Loedel Palumbo, Lizarán, Destéfano y por último en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de La Plata.

El doctor Schaposnik fue un destacado clínico, dedicado a esa disciplina a la que consagró su vocación médica y docente, publicando más de 200 trabajos científicos, entre ellos textos clásicos como su Clínica Médica y su Semiología que merecieron varias reediciones.

Comenzó su dilatada trayectoria docente como ayudante del profesor Nicolás Romano y recorrió todo el escalafón hasta llegar a profesor titular de Clínica Médica, cátedra que obtuvo por concurso y que desempeñó durante veinte años, llegando finalmente al rango de profesor emérito, desde donde siguió formando discípulos y entregado a la pasión de la lectura que tuvo desde la adolescencia. Asimismo fue decano de la facultad, jefe de la sala III del Hospital Policlínico General San Martín donde, entre otros aportes, incorporó el primer riñón artificial.

Entre sus referentes, comentaba el Dr. Schaposnik a EL DIA en ocasión de una entrevista, "me formé junto al doctor Felipe Cieza Rodríguez, gran clínico, un señor, y con el profesor Federico Christman, gran cirujano y organizador, de quien fui al cabo de los años su médico de cabecera".

En el San Martín realizó un trabajo titánico. Cuando el Dr. Schaposnik ingresó a la sala III todavía no estaban configuradas las especialidades, de manera que tuvo que abordar todas las innovaciones que se iban produciendo en medicina. EL primer riñón artificial estuvo en su sala, pero tuvo que comenzar por formar un nefrólogo y luego crear el departamento de nefrología. También se hizo en su sala la primera biopsia de intestino delgado; él había viajado a Estados Unidos y había traído un instrumento especial que se fabricaba a pedido. También se realizó la primera de hígado y de pulmón.

A lo largo de su destacada trayectoria recibió numerosas distinciones. Quienes lo conocieron lo recuerdan por su honestidad, sus fuertes convicciones, su compromiso y la sencillez con que hablaba de los problemas científicos más complejos.

El doctor Schaposnik fue un profesional inspirado siempre en la vocación de servicio; un hombre de extraordinaria sensibilidad y calidez. Siempre puso en primer término el vínculo personal con sus pacientes y fue construyendo un lazo de afecto profundo con las familias que recurrían a él.

Casado con Victorina Scoccia, profesora de literatura, tuvieron dos hijos, Viviana, arquitecta y Fidel, especialista en física teórica, que le dieron varios nietos.

Una vez retirado de las actividades que lo colocaron en un lugar de privilegio se convirtió en un profesional de consulta, a cursos de posgrado y a su otra pasión, la lectura de los clásicos, Shakespeare, Cervantes, Dickens, Balzac, Unamuno y también Macedonio Fernández. En los últimos tiempos le tocó pelear contra una enfermedad que lo imposibilitó y lo hizo con valentía y con la entereza que lo caracterizó.

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