Desesperada búsqueda de una menor

Ya pasó más de un mes desde la misteriosa desaparición de la adolescente Ana María Celeste Pereyra, la joven de 13 años que el 5 de septiembre pasado fue hasta la casa de un compañero de escuela en la localidad bonaerense Longchamps y nunca más fue vista. Por el caso, toda la familia de la menor apunta sus sospechas contra el padre del amigo, un ex boxeador calificado de "baboso" por la propia chica y que pocos días después de iniciado el episodio abandonó su casa con destino desconocido.

En diálogo con este diario, Elizabeth y Paula, madre y tía respectivamente de la menor, explicaron que en los últimos días no se registraron avances en la investigación, y comentaron que "el único sospechoso se fue cuando quiso, se llevó a su familia y ahora nadie sabe dónde está".

Este hombre es un ex boxeador, padre de un compañero de colegio de Ana María, quien frecuentemente "molestaba" a la menor con "frases obscenas", de acuerdo a lo que expresaba la chica antes de desaparecer. Justamente en la puerta de la vivienda del hombre fue vista la adolescente por última vez, por otro amigo que la acompañó hasta allí.

Desde el laboratorio

Tal como expresó la familia, fuentes judiciales indicaron que en la causa el único "sospechoso" es el pugilista. De hecho, el fiscal adjunto de la Unidad Fiscal de Instrucción N°7 del Departamento Judicial Lomas de Zamora ordenó dos allanamientos en la vivienda del sujeto, en ambas con presencia de perros rastreadores y personal de la Policía Científica, que levantó rastros en toda la superficie del terreno.

Aunque restan conocer los resultados de varios análisis realizados en la Procuración de la Corte Bonaerense, voceros de la causa adelantaron que "en ninguno de los allanamientos se lograron ubicar rastros visibles de la presencia de la niña en el interior, y los perros perdieron su capacidad porque la familia residente poseía un can, lo que limita la capacidad olfativa de nuestro animal".

Según pudo averiguarse, en el primer allanamiento el sujeto estuvo presente, pero en el segundo operativo la vivienda estaba vacía. "El hombre informó que viajaría a la provincia de Misiones hasta que se descubra quién se llevó a la chica, pero no sabemos la dirección", admitió un investigador, agregando que "es el único sospechoso, pero no hay pruebas contundentes en su contra para pedir la detención o su imputación".

Mentiras y verdades

Sobre esta línea de investigación, Paula, tía de la menor, comentó que el día de la desaparición, Ana María pidió permiso para concurrir hasta la casa de su compañero de escuela, porque debía buscar la tarea. "No quería ir sola, porque el padre del chico siempre le decía barbaridades, así que le pidió a un pibe del barrio que la acompañe. Este chico la llevó, y la dejó en la puerta de la casa, incluso vio que salió el hombre a recibirla", explicó.

Este último dato es clave para la familia, porque se comprobaría que el sujeto fue la última persona en ver a la menor. "El dijo que no vio ese día a mi sobrina, pero es mentira, porque tenemos un testigo que lo vio cuando la atendió", agregó Paula.

Fuentes de la comisaría de Longchamps también coincidieron en afirmar que el perfil del ex boxeador es extraño, por referencias de los vecinos. Sin embargo, no surgen evidencias condenatorias en torno a su responsabilidad en la desaparición. "Dimos vuelta la casa y no tenemos nada", se resignó un vocero consultado.

Familia desesperada

Ante la desesperación que genera la ausencia de Ana María, quien no presenta antecedentes de fuga de hogar y tampoco de conflictos de conducta, sus familiares comenzaron a reclamar mayor profundidad en la investigación, y hasta cortaron en dos ocasiones una transitada avenida de la localidad al sur del conurbano.

De ese modo, lograron captar la atención de Aníbal Fernández, titular del Ministerio del Interior, quien días pasados los recibió y prometió incluir en la pesquisa a expertos en búsquedas de la Policía Federal. "Hasta ahora no cambió nada, y Ana María sigue sin aparecer", finalizó la tía.