Cuatro horas de terror en la toma de un ministerio

Agredieron y golpearon a los empleados y cuatro fueron "retenidos en garantía". Bombas molotov

La violenta toma en el edificio de la sede del ministerio de Desarrollo Social, en 55 entre 6 y 7, llevada a cabo por un grupo de organizaciones piqueteras, comenzó poco después del mediodía, tras fracasar un rato antes la reunión que los dirigentes del sector habían mantenido con el ministro de esa cartera, Daniel Arroyo, para conseguir la entrega de alimentos para las fiestas de Fin de Año. Y la ocupación dio paso a cuatro horas de extrema tensión y episodios de violencia inusitada.

Los integrantes del Movimiento 29 de Mayo y del Movimiento Trabajo y Dignidad redujeron al policía Pablo Lozano -le arrojaron una bomba molotov sobre el cuerpo, provocándole graves heridas- y al vigilador privado Oscar David, encargados de custodiar el ingreso al edificio y rápidamente tomaron el control del lugar.

Los piqueteros inutilizaron los ascensores y coparon el segundo piso y luego pasaron a los demás para obligar a los empleados a salir del edificio. Incluso, habrían golpeado y agredido a algunos trabajadores, arrojándoles sillas y escritorios para que apuraran el paso por las escaleras.

Uno de los empleados contó a este diario que estaba en el tercer piso del edificio y "apareció gente con botellas con nafta y pirotecnia que más que para hacer ruido era para destruir, y le pegaron a algunos compañeros". Otro trabajador relató que "a algunos nos agarraron de los pelos para que saliéramos más rápido del lugar".

Por su parte, un policía que estaba trabajando de custodia en el edificio aseguró que los piqueteros intentaron fusilarlo. "Estaba en el octavo piso con dos personas reducidas en el piso y cuando las iba a esposar aparecieron otras y una de ellas me disparó con un arma. No me mató porque erró el tiro", afirmó.

EMPLEADOS "RETENIDOS"

En media hora los piqueteros lograron evacuar casi por completo el edificio y se abroquelaron en el cuarto piso, desde donde desplegaron hacia el exterior una gran bandera blanca con la consigna: "Edificio tomado para pedir justicia social. Los desocupados tenemos derechos humanos".

Luego, para garantizarse que la Policía no ingresara, los ocupantes decidieron "retener" a cuatro empleados, de las cuales una era una mujer en sillas de ruedas, hasta que se permitiera el ingreso de los medios de prensa, según relataron los propios "retenidos". Y para asegurarse que la Policía no pudiera entrar, rociaron con nafta las escaleras y amenazaron con prenderlas fuego si alguien superaba la línea permitida.

Los cuatro empleados del ministerio finalmente fueron liberados luego de que la secretaria de Derechos Humanos de la Provincia, Sara Derotier de Cobacho, se ofreció a mediar en el conflicto. Entonces, los trabajadores fueron subidos a una ambulancia y fueron sacados rápidamente del lugar sin hacer declaraciones a la prensa.

Con la certeza de que ya no había rehenes en el lugar, Derotier y el jefe de la Policía, Daniel Salcedo, se pusieron al frente de las negociaciones con los piqueteros y acordaron la salida en tandas para ser trasladados a dependencias policiales para ser notificados del inicio de una causa por los incidentes.

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