Murió Herminio Iglesias: un histórico del peronismo
Falleció por una insuficiencia cardíaca. Tenía 77 años
| 17 de Febrero de 2007 | 00:00

El histórico dirigente peronista Herminio Iglesias murió ayer a los 77 años a raíz de una disfunción cardíaca, luego de estar internado en la Fundación Favaloro porteña durante los tres últimos meses.
Allegados al dirigente afirmaron que la muerte de Iglesias se produjo "a las 6 de la mañana" de ayer, luego de que su salud se deteriorara "poco a poco" durante el período de internación.
Recordado por la quema de un cajón con el sello de la UCR durante el cierre de la campaña para las elecciones presidenciales de 1983, Herminio Iglesias vivió los últimos años alejado de las grandes marquesinas de la política.
Sus restos iban a ser velados a partir de la medianoche en el Salón Eva Perón de la Municipalidad de Avellaneda -donde vivió y desarrolló su carrera política- hasta el mediodía de hoy, cuando serían trasladados al Cementerio de esa localidad.
El director general de la Fundación Favaloro, Eduardo Raimondi, explicó que la muerte del ex candidato a gobernador peronista se produjo como consecuencia "de la suma de una insuficiencia cardíaca y una insuficiencia renal".
"El señor Iglesias fue operado hace muchos años del corazón por (René) Favaloro y a partir de ahí fue siempre atendido por médicos nuestros. Hace un tiempo comenzó con una insuficiencia cardíaca severa, que derivó en una insuficiencia renal severa y la suma de estas patologías llevaron al desenlace final", señaló el médico.
En declaraciones radiales, Raimondi sostuvo que "en los últimos seis meses había sido internado y dado de alta muchas veces, pero en los últimos cuatro meses había pasado la gran parte del tiempo" dentro del centro de salud.
SU VIDA
Iglesias nació el 20 de octubre de 1929 y militó fervorosamente en el peronismo, siendo candidato por ese partido a la Gobernación de Buenos Aires en 1983.
Su extensa trayectoria política se inició en el terreno gremial, cuando se desempeñó como delegado de la metalúrgica Siam-Di Tella, y se proyectó hasta convertirse en virtual "dueño" de Avellaneda y casi toda la provincia de Buenos Aires.
Ligado a sectores sindicales, proyectó su carrera política desde Avellaneda donde fue concejal e intendente, antes de intentar su acceso frustrado a la Gobernación, en buena parte por aquel acto que también frustró el triunfo general del PJ.
Era marzo de 1983 y luego de varios años de dictadura militar se estaban por llevar a cabo las primeras elecciones democráticas, en las que Iglesias se presentaba como candidato a gobernador de Buenos Aires e Italo Lúder aspiraba a la Presidencia.
A Herminio Iglesias se le ocurrió quemar un cajón con el sello de la UCR, algo que, más tarde, sería cuestionado hasta por los miembros de su propio partido.
El histórico dirigente tuvo que responder por la famosa quema del cajón en casi todas sus apariciones públicas posteriores.
Esa ocasión, que para muchos derrumbó la posibilidad de que Italo Lúder le ganase al radical Raúl Alfonsín las presidenciales que marcaron el retorno de la democracia al país, fijó una suerte de mojón en la historia.
La última vez que se refirió a la cuestión, defendió su accionar y expresó: "Hay gente en la calle que me dice que antes de quemar el cajón tendría que haber puesto a alguno adentro".
Herminio fue autor de otras frases poco felices como la que señalaba que la provincia saldrá adelante "conmigo o sinmigo" y la que reflejaba su vocación peronista "las 24 horas del día y de la noche también".
Tras lograr una banca como diputado nacional, fracasó en un segundo intento por ser gobernador en 1991 y tampoco logró una banca como legislador por un partido vecinalista en 1999 y por el Partido Laborista en 2001.
En su casa de Villa Castellino, Avellaneda, durante la jornada de ayer se sucedieron los llamados telefónicos desde distintos puntos del país para transmitir el pésame a la familia, según informó una amiga personal de Iglesias.
Entre éstos, figuraron los del ex presidente Raúl Alfonsín; el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, y el histórico dirigente justicialista Antonio Cafiero.
Allegados al dirigente afirmaron que la muerte de Iglesias se produjo "a las 6 de la mañana" de ayer, luego de que su salud se deteriorara "poco a poco" durante el período de internación.
Recordado por la quema de un cajón con el sello de la UCR durante el cierre de la campaña para las elecciones presidenciales de 1983, Herminio Iglesias vivió los últimos años alejado de las grandes marquesinas de la política.
Sus restos iban a ser velados a partir de la medianoche en el Salón Eva Perón de la Municipalidad de Avellaneda -donde vivió y desarrolló su carrera política- hasta el mediodía de hoy, cuando serían trasladados al Cementerio de esa localidad.
El director general de la Fundación Favaloro, Eduardo Raimondi, explicó que la muerte del ex candidato a gobernador peronista se produjo como consecuencia "de la suma de una insuficiencia cardíaca y una insuficiencia renal".
"El señor Iglesias fue operado hace muchos años del corazón por (René) Favaloro y a partir de ahí fue siempre atendido por médicos nuestros. Hace un tiempo comenzó con una insuficiencia cardíaca severa, que derivó en una insuficiencia renal severa y la suma de estas patologías llevaron al desenlace final", señaló el médico.
En declaraciones radiales, Raimondi sostuvo que "en los últimos seis meses había sido internado y dado de alta muchas veces, pero en los últimos cuatro meses había pasado la gran parte del tiempo" dentro del centro de salud.
SU VIDA
Iglesias nació el 20 de octubre de 1929 y militó fervorosamente en el peronismo, siendo candidato por ese partido a la Gobernación de Buenos Aires en 1983.
Su extensa trayectoria política se inició en el terreno gremial, cuando se desempeñó como delegado de la metalúrgica Siam-Di Tella, y se proyectó hasta convertirse en virtual "dueño" de Avellaneda y casi toda la provincia de Buenos Aires.
Ligado a sectores sindicales, proyectó su carrera política desde Avellaneda donde fue concejal e intendente, antes de intentar su acceso frustrado a la Gobernación, en buena parte por aquel acto que también frustró el triunfo general del PJ.
Era marzo de 1983 y luego de varios años de dictadura militar se estaban por llevar a cabo las primeras elecciones democráticas, en las que Iglesias se presentaba como candidato a gobernador de Buenos Aires e Italo Lúder aspiraba a la Presidencia.
A Herminio Iglesias se le ocurrió quemar un cajón con el sello de la UCR, algo que, más tarde, sería cuestionado hasta por los miembros de su propio partido.
El histórico dirigente tuvo que responder por la famosa quema del cajón en casi todas sus apariciones públicas posteriores.
Esa ocasión, que para muchos derrumbó la posibilidad de que Italo Lúder le ganase al radical Raúl Alfonsín las presidenciales que marcaron el retorno de la democracia al país, fijó una suerte de mojón en la historia.
La última vez que se refirió a la cuestión, defendió su accionar y expresó: "Hay gente en la calle que me dice que antes de quemar el cajón tendría que haber puesto a alguno adentro".
Herminio fue autor de otras frases poco felices como la que señalaba que la provincia saldrá adelante "conmigo o sinmigo" y la que reflejaba su vocación peronista "las 24 horas del día y de la noche también".
Tras lograr una banca como diputado nacional, fracasó en un segundo intento por ser gobernador en 1991 y tampoco logró una banca como legislador por un partido vecinalista en 1999 y por el Partido Laborista en 2001.
En su casa de Villa Castellino, Avellaneda, durante la jornada de ayer se sucedieron los llamados telefónicos desde distintos puntos del país para transmitir el pésame a la familia, según informó una amiga personal de Iglesias.
Entre éstos, figuraron los del ex presidente Raúl Alfonsín; el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, y el histórico dirigente justicialista Antonio Cafiero.
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