Una película de terror

    Inofensivo. Ultraliviano. Gimnasia en la Bombonera fue la tibieza hecha equipo. Otra vez. Como antes de Huracán. Como en todo el torneo, un campeonato para el olvido, una campaña que mete miedo en la pelea por no descender.
     Ordenado. Prolijo. Sin cambio de ritmo. Sin profundidad. Sin convicción. Medio libreto cumplido no alcanza cuando las individualidades rivales brindan jerarquía y gol. Huracán jugó sin delanteros. Boca tuvo dos tiros de media distancia (el primero responsabilidad de Sessa) y chau partido. El equipo ordenado y prolijo se paseó por la cancha de Boca como un conjunto lento, previsible, "ochentoso", que termina jugando "fulbito".
     ¿Ahora como sigue esta historia? Gimnasia no puede estar con la espada de Damocles en la cabeza cada vez que juega de local. Frente a Argentinos Juniors, tendrá las mismas presiones que ante Huracán. El DT estará expuesto a un mal resultado para que tome una decisión. Y las fechas pasan, los puntos no aparecen, el equipo como tal dió mil pasos hacia atrás y los refuerzos son imprescindibles para no terminar sufriendo como en la temporada anterior.
     Los números son lapidarios: apenas 13 puntos, más de la mitad de los partidos perdidos (8 de 15), uno de los ataque menos eficaces (solamente peores, Huracán, Racing, Arsenal y Chacarita) y cuatro partidos perdidos en el Bosque. Una pregunta recurrente: ¿tiene Madelón con qué darle una vuelta de tuerca, un plus, algo más a este equipo? Ya se fue casi media película...

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