Minutos que fueron siglos

     Estaba ganado. El latigazo de Cuevas había provocado un alarido (para el pibe era el partido de su vida). Solamente faltaba el pitazo final de Bassi para el desahogo. Cuatro minutos más. Una eternidad. El último centro, la última bola, en las manos de Gastón Sessa (el cabezazo infernal que le sacó a Braña se gritó como un gol). Era el final...pero no. Bassi entendió que 30 segundos de tiempo ameritaban dos minutos de adicional y el último grano de arena del reloj le dió una puñalada artera a las ilusiones de Gimnasia.
     Después, las preguntas sin respuestas. O con muchas, tantas como personas vimos el partido.
     ¿Adicionó bien Bassi? 4 minutos estaban bien, los últimos 2 no los agrega nadie, más allá de la "fuga" de alcanza-pelotas, de los balones desaparecidos y de la caída de Sessa.
     ¿Dirigió bien Bassi? Si durante 70 minutos, pero no dirigió los últimos 20, quiso "sacar" el partido. Y ahí casi se le va de las manos en un clima -dentro del campo- que no ayudaba demasiado.
     ¿Se equivocó Sessa al hacer tiempo? Sí, con el diario del lunes. Cualquier arquero hubiese hecho lo mismo. A Gimnasia esas cosas jamás le salen bien. ¿Si sacaba largo Bassi lo terminaba? Es probable, pero la historia no se escribe en potencial. Gastón Sessa fue uno de los mejores de Gimnasia.
     ¿Gimnasia merecía ganar? No, pero la historia no se escribe en potencial y tampoco con merecimientos. Estudiantes fue previsible, no desbordó a Gimnasia y el equipo de Leonardo Madelón acariciaba los tres puntos aunque Calderón (cuando empataban 0-0), Boselli y Braña tuvieron chances claras.
     ¿Fueron buenos los cambios de Madelón? Los ingresos de Piatti y Cuevas le hicieron muy bien a Gimnasia, especialmente Pipino que pintaba para héroe. Teté por Sosa fue un cambio para bajar la persiana. Esteban González entró bien pero el cambio salió mal. Gimnasia entregó campo y pelota, no sacó contras y un par de fallas (colectivas más que individuales) le arruinaron la tarde.
     ¿Cómo repercutió anímicamente el resultado? "El vestuario fue un velorio" resumió Fabián Rinaudo.
     ¿Cómo sigue esta historia? Con la cabeza en alto, porque quedan 11 partidos todavía más importantes que el clásico. Caerse es un lujo que este equipo no se puede dar.
    
       









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