España sabía que el avión llevaba droga

El gobierno admitió que tenían el dato de que el Challenger alquilado por los Juliá transportaba cocaína

Ni bien tocó la pista en Barcelona, los efectivos de la Guardia Civil Española se acercaron al Challenger 604 donde iban los tres argentinos hijos de militares. Los hombres de seguridad tenían claro que no se trataba de un aterrizaje más. Sabían que esa nave llegaba droga.

Sólo unos minutos les llevó a los guardias confirmar que el dato era cierto. Y unas horas más tardaron en darse cuenta que el golpe al narcotráfico había sido "muy importante". En rigor, lo supieron cuando uno de los efectivos colocó el cartel sobre el último paquete con cocaína, que indicaba que el secuestro rozaba la tonelada: 944,5 kilos.

La actitud de los guardias había hecho presumir desde el primer momento que los españoles sabían que la droga arribaría en el aeropuerto de El Prat, en Barcelona, el 2 de enero. Ayer, esa versión quedó confirmada oficialmente por el vicepresidente de ese país.

LA CONFIRMACION

El vicepresidente y ministro de Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró ayer que la policía ya le había adelantado que se iba a producir la detención de los tres pilotos argentinos en el aeropuerto de Barcelona con 944 kilos de cocaína, lo que finalmente ocurrió el pasado 2 de enero.

"Conozco la operación porque evidentemente es muy importante y me informó la policía que se iba a hacer", aseguró Rubalcaba al ser consultado sobre el caso en la habitual conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros que se realiza los días viernes.

Con estas declaraciones, el "número dos" del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero despejó una de las incógnitas en torno al caso, ya que admitió implícitamente que ya contaban el dato de que se iba a producir la llegada de la droga.

CASI SIN DETALLES

Rubalcaba, no obstante, se excusó de dar más detalles debido a que la operación es "secreta".

El 2 de enero pasado, la Policía Civil española logró la detención de los hermanos Gustavo y Eduardo Juliá y de Matías Miret, quienes tripulaban un lujoso avión Challenger 604 alquilado por uno de los hijos del ex militar José Juliá, que había partido de Argentina y en el que se hallaron 944 kilos de cocaína.

Sin embargo, en las últimas horas trascendió que los hermanos Gustavo y Eduardo Juliá jamás hicieron aparecer el vuelo, con escala en Africa y destino final en Barcelona, como perteneciente a una de sus empresas preferidas, Medical Jet.

Según determinó la justicia española, el jet había despegado del aeropuerto de Ezeiza el 1º de enero por la noche, había realizado una escala técnica en la isla de Sal, en Cabo Verde, frente a las costas de Africa, y había llegado al aeropuerto de El Prat, en Barcelona.

Casi una semana después, los tres pilotos fueron trasladados a una cárcel común de Barcelona y permanecerán allí hasta tanto se resuelvan sus situaciones procesales.

LA CAUSA LOCAL

En tanto, en Argentina, la justicia intenta determinar si la droga salió del país o bien fue cargada en el avión en otro destino.

Por ese motivo, como informó este diario, el miércoles agentes de Gendarmería Nacional allanaron a pedido del juez en lo penal económico 2, Alejandro Catania, los domicilios particulares y las oficinas de los pilotos detenidos en España.

Las casas estaban ubicadas en la localidad de Acassuso, en San Isidro y en Victoria, de donde se llevaron computadoras y otros elementos de importancia para la causa.

Pero los pesquisas se sorprendieron cuando determinaron que en los CPU secuestrados en las oficinas comerciales de Medical Jet no se hallaban los discos rígidos en los cuales se almacena la información.

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